Definición de fototropismo
La noción de fototropismo se emplea, en el terreno de la biología, para aludir al tropismo que genera la luz. El tropismo, por su parte, es el movimiento que realiza un organismo sésil (sujeto a un sustrato) a modo de respuesta a un estímulo.
Puede decirse, por lo tanto, que el fototropismo es una reacción de una planta ante un estímulo luminoso. Cuando el vegetal crece hacia la fuente de dicho estímulo luminoso, se habla de fototropismo positivo. En cambio, si la planta se desarrolla en la dirección opuesta a la de la luz, se trata de un fototropismo negativo.
Las raíces, por ejemplo, tienen fototropismo negativo: crecen alejándose de la luz. Los tallos, por el contrario, evidencian un fototropismo positivo debido a que se desarrollan hacia la fuente luminosa.
Es importante mencionar que las plantas disponen de fotorreceptores, que son moléculas que perciben la luz. En los fotorreceptores hay un pigmento denominado cromóforo, que absorbe la luz y genera cambios en proteínas, respondiendo ante el estímulo lumínico. El fototropismo supone una respuesta direccional, ya sea hacia la fuente de luz o en dirección opuesta.
Las fototropinas son los fotorreceptores más importantes. Cuentan con una proteína unida al cromóforo que, al absorber la luz, puede actuar sobre la actividad de otras proteínas. El diferente modo de activación de las fototropinas hace que la auxina, una hormona vegetal, se dirija de modo desigual a los distintos sectores de la planta. Como la auxina fomenta el desarrollo celular, el crecimiento de la planta varía según la incidencia de la luz por el fenómeno del fototropismo.
Las auxinas son un conjunto de hormonas que se encargan de regular el crecimiento de las plantas, en particular de la elongación de sus células. Su síntesis tiene lugar en el ápice del tallo y desde allí se trasladan a otras partes de la planta, especialmente hacia su base, donde se concentran en gran medida. Es gracias al parénquima de los haces vasculares que se vuelve posible este desplazamiento.
Si bien la primera descripción formal de las auxinas y su papel en el desarrollo de los vegetales corresponde a Frits Warmolt Went, un micólogo y botánico de origen neerlandés, fue gracias al trabajo del científico polaco Theophil Ciesielski que tuvo lugar su descubrimiento. En el año 1871, por ejemplo, Charles Darwin se apoyó en la tesis doctoral de Ciesielski para hablar de una «influencia» que se transmitía desde el extremo del tallo y que era responsable de una forma de tropismo.
Que las partes aéreas de las plantas como los tallos crezcan hacia la luz por el fototropismo positivo es clave ya que esta respuesta favorece el desarrollo de la fotosíntesis: las hojas tiene un mejor acceso a la energía luminosa. De hecho, el tallo crece hacia la luz mientras que la raíz va en sentido contrario y por esta razón se puede decir que el primero presenta un fototropismo positivo pero el segundo, uno negativo.
Si bien el fototropismo es uno de los tropismos más evidentes en las plantas, no es el único. Los dos más importantes además de éste son los siguientes: el tigmotropismo, que resulta de vital importancia para las plantas trepadoras ya que les permite aferrarse a un objeto sólido y crecer a su alrededor; el gravitropismo, un crecimiento proporcional a la aceleración de la gravedad, necesario para las raíces que deben penetrar el suelo para funcionar correctamente.
Todos esto conceptos fueron estudiados por los científicos antes mencionados, a lo largo de los muchos experimentos que llevaron a cabo para estudiar el desarrollo de las plantas. Uno de ellos consistió en cubrir los coleóptilos (hojas que se cierran sobre otras) para observar el comportamiento de la Phalaris canariensis frente a la luz en estas condiciones: el resultado fue que no se doblara, es decir, que no realizara el fototropismo.