Definición de fianza
Se llama fianza al bien o el monto económico que se otorga a modo de garantía del cumplimiento de una determinada obligación. La fianza, por lo tanto, funciona como un aval.
Un contrato de fianza implica el nacimiento de una obligación para alguien que se compromete a responder ante el eventual incumplimiento de un tercero. Si un deudor no cumple con su acreedor, quien da la fianza debe asumir la deuda.
Una fianza convencional se genera a partir de la voluntad del deudor y el acreedor. Una fianza judicial, en cambio, surge a través de una resolución judicial. También existe la fianza legal, fijada por una ley para asegurar que una obligación sea cumplida.
Es habitual que el mecanismo de fianza se utilice cuando una persona que se encuentra sometida a un proceso penal queda en libertad provisional. Si una medida cautelar de prisión preventiva llega a su fin, el juez puede otorgar la libertad bajo fianza: el imputado queda libre siempre que brinde una fianza a modo de garantía para comparecer cuando sea convocado.
Según el tipo de delito y la condición individual del sujeto, el juez determina la clase de fianza y su monto. Hay fianzas reales (dinero en efectivo o bienes), fianzas personales (un sujeto se encarga de garantizar el cumplimiento) y fianzas juratorias (un juramento). En caso de que el imputado no se presente al ser llamado, se le da por perdida la fianza.
Tomemos el caso de un ex funcionario público imputado por el delito de malversación de fondos. Esta persona es encarcelada hasta que el juez le otorga la libertad provisional estableciendo una fianza de 100 000 pesos. Al depositar dicho monto en la cuenta indicada por el juez, el ex funcionario recupera su libertad bajo ciertas condiciones.
Otro ámbito en el que se utiliza el término fianza es el de la renta inmobiliaria, donde también se conoce por el nombre de anticipo. En este caso, se trata de un monto de dinero estipulado por el dueño de la vivienda o indicado por la agencia inmobiliaria que se encuentre a cargo de la operación, que debe abonar el inquilino al momento de celebrar el contrato para cubrir potenciales daños al inmueble o el incumplimiento de un pago cualquiera.
Si una persona alquila un apartamento y a lo largo de su estancia en él lo deteriora de forma considerable, la ley exige que sea ella misma quien se haga cargo de las reparaciones antes de finalizar el contrato. Ya sea que haga marcas en las paredes, o que averíe alguno de los electrodomésticos pertenecientes al dueño, siempre que el inquilino haya causado los daños debe pagar las reparaciones correspondientes con su dinero. Si no lo hace, entonces el casero se ve obligado a quedarse la fianza para destinarla a este fin.
Dependiendo del país, el monto de la fianza varía. En España, por ejemplo, es común que equivalga a un mes de alquiler. Sin embargo, en muchos casos se puede llegar a un acuerdo que lo reduzca al 50%. A este pago inicial se suele sumar el primer mes de alquiler y, si interviene una inmobiliaria, un monto para cubrir sus honorarios.
Es importante no confundir este concepto con la reserva, señal o seña, una cantidad de dinero que fijan entre el potencial inquilino y el dueño para quitar el anuncio de alquiler durante unos días, hasta que se celebre el contrato. Una persona paga una reserva cuando le interesa mucho una vivienda y desea que el propietario le garantice que no se la alquilará a nadie más; con esta seguridad, puede cerrar su actual contrato y comenzar los preparativos para la mudanza.