Definición de atropello
Se conoce como atropello al acto y el resultado de atropellarse o atropellar. Este verbo, por su parte, alude a empujar o chocar a alguien o algo; actuar sin respeto; o realizar una acción de manera precipitada e irresponsable.
Por ejemplo: “Los investigadores buscan testigos del atropello de un niño en la Avenida Central”, “La decisión del gobierno de despedir a algunos periodistas de los medios de comunicación estatales es un atropello a la libertad de expresión”, “¡Esto es un atropello! No pueden penalizarme por la falta de pago de una factura que nunca me enviaron…”.
Atropello puede emplearse para nombrar al hecho que se produce cuando un vehículo embiste a un peatón (es decir, cuando lo atropella). Si un automovilista que conduce a una velocidad de más de 100 kilómetros por hora atraviesa un semáforo en rojo y arremete contra una mujer que intentaba cruzar la calle, la transeúnte es víctima del atropello.
Es importante señalar que en el habla cotidiana e incluso en la prensa no es tan común el uso del término atropello para hacer referencia a dicho tipo de situaciones, sino que optamos por accidente automovilístico, proveyendo más información a continuación para explicar que se trata del daño que sufrió una persona o un animal a causa de haber sido embestidos por un automóvil, o bien que murieron por dicha razón.
Por otro lado, el verbo de esta familia de palabras, es decir atropellar, sí se usa en algunos países de habla hispana para describir la acción que lleva acabo el conductor, sea o no de forma intencional: «Estamos en la escena de un terrible accidente automovilístico que ha causado la muerte de dos personas: el dueño del coche se encontraba en estado de ebriedad y las atropelló en un cruce, de manera que no tuvieron tiempo suficiente para reaccionar y hacerse a un lado».
La noción suele utilizarse cuando una persona o una institución actúan sin respetar las leyes, los reglamentos o incluso las normas de convivencia social. Supongamos que un gobierno decide que todos los ciudadanos están obligados a acreditar su identidad si un agente policial así lo requiere, señalando que de no hacerlo serán detenidos. Numerosos abogados califican la medida como un atropello contra la libertad individual, sosteniendo que nadie tiene la obligación de demostrar quién es solo por estar en un espacio público y recordando que todas las personas son inocentes de cualquier delito hasta que un proceso judicial demuestre lo contrario.
El atropello a los derechos de los ciudadanos es un tema recurrente en muchos países, aunque se trata de un tema indefectiblemente sujeto a la época y los diversos factores que constituyen la cultura, por lo cual no es fácil estudiarlo ni resolverlo.
Otra acepción de este término que suele usarse con frecuencia lo define como la privación de la palabra a un tercero, de manera que no pueda expresar su punto de vista o justificar sus actos. Si pensamos en la magnitud que tiene el impacto de un vehículo motorizado contra una persona, nos resulta fácil entender que no sólo le pueda provocar grandes daños sino que también la deje inconsciente y limite su movilidad; el atropello simbólico no es muy diferente, ya que alguien hace uso del poder para que otro individuo no pueda actuar con libertad.
En el tango titulado «Cambalache«, escrito y compuesto por Enrique Santo Discépolo en el año 1934, aparece este término en el siguiente fragmento: «¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!». Se trata de una canción muy famosa, que ha sido grabada por numerosos artistas latinoamericanos, entre los que se encuentran Julio Sosa, Libertad Lamarque, Alfredo Sadel (cantante de ópera), Caetano Veloso, Tita Merello, Joan Manuel Serrat, Nacha Guevara, León Gieco, Raphael y Liuba María Hevia.