Definición de aquelarre
La etimología del término aquelarre nos lleva a akelarre, un vocablo de la lengua vasca que alude a la pradera de un macho cabrío (el ejemplar macho de cabra). El concepto de aquelarre, de este modo, refiere a un encuentro de brujas donde interviene el diablo bajo la representación de una cabra macho.
En el aquelarre, también mencionado como sabbat, las brujas y/o los brujos se reúnen para llevar a cabo hechizos o desarrollar algún ritual. El demonio, en este contexto, puede aparecer como líder de la reunión a partir de la invocación de los presentes.
En la época de la Inquisición, una gran cantidad de personas fueron quemadas en la hoguera, acusadas de participar de aquelarres. Zugarramurdi, Salamanca y Monasterio de Hermo son algunas de las localidades españolas donde, de acuerdo a los documentos de la Inquisición o a las leyendas populares, se realizaban aquelarres.
Aquelarre, por otra parte, es el nombre de un grupo de rock de Argentina fundado en 1971 con Emilio del Guercio como cantante. Del Guercio y el baterista Rodolfo García habían sido integrantes de Almendra, otra mítica banda del rock argentino.
“Aquelarre”, lanzado en 1972, fue el primer disco del grupo. Los músicos luego presentaron “Candiles”, “Brumas” y “Siesta” en la década de 1970. En 1978 Aquelarre se disolvió, aunque la banda volvió a juntarse más adelante en algunos eventos especiales.
Cabe destacar que Aquelarre también es el nombre de un juego de rol creado en España, una telenovela chilena, una pintura de Francisco de Goya y otras obras.
Las fases de un aquelarre satánico
Carmelo Lisón Tolosana, un antropólogo de origen español, se basó en uno de los casos más famosos de brujería de la historia de su país, el de las Brujas de Zugarrmurdi, para elaborar una descripción detallada de las diferentes fases que podemos apreciar en un aquelarre satánico. Obtuvo muchos datos del informe que los inquisidores publicaron en el año 1611, según el cual estos rituales se celebraban en cuarenta y seis sitios del País Vasco.
La convocatoria
De acuerdo con las investigaciones, se cree que las brujas y los brujos tenían la obligación de asistir a los aquelarres; de hecho, en el informe inquisitorial figura la historia de una bruja que recibió azotes por no haberse presentado a uno de ellos. Específicamente en Zugarramurdi, el aquelarre tenía lugar tres veces a la semana, por la noche.
Cada brujo tenía un sapo, del cual extraían un líquido con el cual se untaban el cuerpo cuando llegaba la hora de la celebración, y recitaban una oración de lealtad al demonio antes de salir.
El homenaje
Ya en el sitio del aquelarre, todos debían arrodillarse y besar las partes pudendas del demonio. Seguidamente, se reunían y empezaban a bailar, hasta que llegaba el momento de recorrer la zona asustando a cuanta persona se cruzara en su camino, dañando las viviendas y causando muertes —sus víctimas favoritas eran los niños—. Estaba terminantemente prohibido mencionar el nombre de Jesús: si esto ocurría, se daba por terminada la celebración y el culpable recibía un castigo severo.
La misa sacrílega
Ciertas celebraciones, que coincidían con misas especiales el cristianismo, tenían un carácter especial. Se dividían en dos partes: en primer lugar, los asistentes confesaban ante el diablo actos tales como haber presenciado una misa cristiana o haberse resistido a cometer un pecado, justo lo contrario a lo que ocurriría en una confesión «normal»; luego llegaba la misa sacrílega, que terminaba cuando todos se acercaban al demonio y le besaban sus partes íntimas, para dar lugar a una orgía que no reparaba en grados de parentesco ni orientación sexual.
El banquete
Lejos de ser un tentador festín, durante el banquete de un aquelarre el plato principal eran los cadáveres de las víctimas y de los brujos fallecidos recientemente. Tras descuartizarlos, algunas de sus partes eran asadas, otras hervidas y las restantes quedaban crudas; el demonio tenía el «privilegio» de comer el corazón.