Definición de agresión
El vocablo latino aggressĭo llegó al castellano como agresión. La noción hace referencia a un ataque que se desarrolla contra alguien o algo, el cual puede ser físico o simbólico.
Por ejemplo: “Al observar la agresión, el árbitro expulsó al jugador italiano”, “¿Por qué me insultas? Siempre reaccionas con alguna agresión”, “Fomentar el diálogo en todas las esferas de la vida es imprescindible para reducir el nivel de agresividad”.
Se suele entender que la agresión es una conducta que surge por los hábitos o la manera de ser de aquel que es agresivo. Por lo tanto, no es una respuesta o una reacción ante un ataque previo. Se trata de la materialización de una tendencia hostil que pretende dañar al otro.
Si un fanático de un equipo de fútbol, disgustado por un fallo del juez, le arroja una botella de vidrio, dicho acto irracional será considerado como una agresión. En este caso, la agresión en cuestión también puede tipificarse como un delito y ser castigada de acuerdo a lo establecido por la ley.
En el terreno del derecho, se habla de agresión sexual cuando un sujeto atenta contra la libertad de otra persona en el plano sexual a través de amenazas o del uso de la violencia. Un individuo que se arroja sobre un desconocido en la calle y lo manosea, comete una agresión sexual.
La palabra derecho aparece como uno de los ejes del significado de agresión, ya que los derechos del individuo receptor de la agresión se ven vulnerados indefectiblemente. Como se explica más arriba, la agresión no surge como una respuesta a otro acto sino que parece proceder de diferentes rincones de la persona, donde anidan sentimientos tales como la frustración y la ira.
Algunos especialistas en la materia afirman que el objetivo principal de la agresión es causar un daño real y perceptible en otra persona, y que para llegar a cometer un acto de este tipo es necesario que el estado emocional se encuentre alterado. En otras palabras, la agresión persigue algún signo que demuestre su efectividad para ser considerada exitosa.
En el ámbito militar, la agresión verbal es muy usada para coaccionar o intimidar a los soldados en el contexto de sus entrenamientos físicos, con la finalidad de doblegarlos para poder controlarlos con mayor eficacia. Por otro lado se habla de agresión colérica, para hacer referencia a una reacción caracterizada por un estado de cólera, que se origina en una provocación previa y busca anular al otro por medio del daño.
Para el derecho internacional, por otro lado, cuando un país utiliza sus armas contra otro sin que exista previamente una declaración al respecto, realiza una agresión. Eso ocurre si una nación, para forzar un cambio de régimen en un país vecino, lanza bombas contra diversos blancos de aquel territorio.
Pero la agresión no parece ser exclusiva de nuestra especie, y de eso se encarga la etología, una rama de la psicología experimental y la biología que observa el comportamiento de los animales en la naturaleza. Los etólogos intentan entender la agresión entre individuos de otras especies, la cual suele manifestarse de diversas formas, del mismo modo que ocurre entre seres humanos.
Los animales no sólo golpean, embisten y muerden a sus contrincantes, sino que también los intimidan y los amenazan, por lo cual sus agresiones no siempre acaban en un daño físico. Una de las tácticas más observadas de intimidación consiste en exhibir el tamaño del propio cuerpo al adversario, así como los dientes, las garras o la cornamenta, según la especie; por otro lado, también son comunes las expresiones faciales, los cambios en la coloración y la liberación de sustancias.