Plebiscito
Te explicamos qué es un plebiscito, su origen, para qué sirve y diversos ejemplos de la historia. Además, diferencias con un referéndum.
¿Qué es un plebiscito?
Un plebiscito es un evento político de consulta popular, en el que una materia determinada se somete a la decisión de la mayoría a través de un acto público de votación. Se trata de un mecanismo de participación política frecuente en los gobiernos democráticos (y, ocasionalmente, en los no democráticos), cuyo fin es brindar al pueblo la oportunidad de expresar su opinión en una materia de importancia colectiva.
El origen de esta palabra se remonta al término latino plebiscitum, que se podría traducir como “decreto aprobado por la plebe”. Para entender qué significa eso, debemos recordar que en la Roma del siglo VIII a. C. los ciudadanos libres se dividían en dos categorías: los patricios, que gozaban de plenitud de derechos de participación política, y los plebeyos (plebeii) extranjeros despojados de derechos políticos.
A los últimos se les llamó así porque formaban “la masa” o “la mayoría” (plebs, en latín), y sólo hacia el siglo V a. C. comenzaron a tener mayores derechos políticos en la conducción del Estado romano, a través de sus asambleas políticas propias (los concilia plebis o concilios plebeyos), cuyos decretos pasaron a tener fuerza de ley y se conocieron como plebiscitos (plebiscitum), para distinguirlos de las leyes patricias (leges).
Pero a partir del siglo III a. C. se logró en Roma la igualdad jurídica entre plebeyos y patricios, transformando así el concepto de plebiscito. Este último fue rescatado por la democracia moderna con su sentido nuevo de “consulta”, prácticamente sinónimo al de referéndum.
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¿Para qué sirve un plebiscito?
En la democracia moderna, los plebiscitos forman parte de los mecanismos de consulta al pueblo, en el cual reside la soberanía del Estado. Es decir, se trata de formas de consultar la opinión de la mayoría respecto de un evento de naturaleza pública que, dada su importancia, su trascendencia o su naturaleza cual sea, amerita ser decidido por la mayoría y no simplemente por los representantes políticos de los poderes públicos.
Sin embargo, los plebiscitos no siempre resultan definitivos o vinculantes, sino que muchas veces son meramente consultivos: los poderes públicos buscan la opinión del pueblo en una materia para orientarse y saber hacia dónde dirigir sus pasos, sin que el voto popular represente una decisión final tomada, sino una directriz emitida por la mayoría.
Así, qué cosas se pueden o no someter a plebiscito, de qué manera y en qué términos, dependerá siempre del marco legal local o nacional, es decir, de lo que establezcan las leyes y la Constitución.
Ejemplos de plebiscitos
Algunos plebiscitos célebres de la historia fueron los siguientes:
- El Plebiscito de independencia chilena de 1817. Este fue el primer plebiscito de la historia latinoamericana, que tuvo lugar el 15 de noviembre de dicho año y sometió a la voluntad popular la ratificación (o no) de la independencia chilena, defendida por el comandante Bernardo O’Higgins (1778-1842). Los resultados fueron favorables a la independencia de España y ésta en diciembre fue proclamada formalmente.
- Los Plebiscitos de Schleswig de 1920. Se llamó así a dos consultas populares que, siguiendo lo establecido por el Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), consultaba al pueblo respecto al establecimiento de la frontera entre Alemania y Dinamarca. Su nombre provino del hecho de que la consulta involucró a los habitantes del antiguo Ducado de Schleswig.
- El Plebiscito Constitucional de Uruguay de 1980. Ocurrido el día 30 de noviembre de dicho año, sometió a votación de las mayorías una reforma constitucional que permitiría a la dictadura cívico-militar perpetuarse en el poder. Sin embargo, el 57,20% de los votantes prefirió la opción del “no”, sentando así las bases de la venidera transición a la democracia, con las elecciones libres de 1984.
- El Plebiscito Nacional de Chile del 5 de octubre de 1988. Ocurrido durante el terrible mandato del general Augusto Pinochet (1915-2006), quien gobernaba el país con puño de hierro desde 1974, fue el evento que marcó el final de la dictadura, cuando el 54,71% de los chilenos votó que “no” a la continuidad del gobierno militar por un nuevo período de ocho años.
Diferencias entre plebiscito y referéndum
Ambos términos se refieren a mecanismos de consulta democrática, o sea, de consulta a las mayorías del pueblo para que se expresen en torno a una materia sensible, entre los cuales no existe una diferenciación clara y explícita. De hecho, la tendencia creciente es a emplearlos indistintamente, como sinónimos.
Sin embargo, en algunas legislaciones y cuerpos jurídicos se considera que los referendos son consultas más formales, y que por lo tanto pueden referirse a asuntos constitucionales y legislativas, de gran importancia y jerarquía, estableciendo así decisiones formales tomadas por la mayoría. En cambio, los plebiscitos vendrían a ser consultas informales, sobre cuestiones territoriales o comunitarias.
Dicha diferencia, conviene repetirlo, es relativa y dependerá siempre del marco legal tomado en consideración.
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Referencias
- “Referendum” en Wikipedia.
- “Plebiscito” en el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española.
- “Plebiscito” en el Sistema de Información Legislativa del Gobierno de México.
- “Plebiscito” en Banrepcultural, Red Cultural del Banco de la República de Colombia.
- “¿Sí o no?: 5 referendos, plebiscitos y consultas que han hecho historia en América Latina” en BBC News Mundo.