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Mercantilismo

Te explicamos qué es el mercantilismo, cuál fue su origen y los pilares que lo componen. Además, cómo funciona y críticas al respecto.

¿Qué es el mercantilismo?

Por mercantilismo se entiende el conjunto de ideas políticas y económicas desarrolladas en Europa durante los siglos XVI, XVII y la primera parte del XVIII, en el marco del absolutismo monárquico.

Estas ideas proponían una mayor intervención del Estado en la economía y la toma de una serie de medidas de protección a la producción local por encima de la extranjera, con el fin de formar Estados-nación lo más robustos económicamente posible.

El mercantilismo planteaba que la riqueza de las naciones era únicamente alcanzable mediante una balanza comercial positiva respecto al extranjero, por lo que era necesario proteger la economía local mediante fuertes medidas Estatales, dejando atrás la lógica económica que había imperando en Occidente desde el Medioevo: la crematística.

Según esta última, herencia al mundo cristiano de los antiguos filósofos griegos (Tales de Mileto, Platón, Aristóteles), los préstamos y la usura eran contra-natura, un ejercicio deshumanizante; juicio en el que coincidían los cristianos, pues semejante conducta incurría en el pecado de la avaricia.

El mercantilismo pone fin a este pensamiento y abre las monarquías europeas al sistema capitalista, nacido en la Italia del siglo XIV. Será el modelo en boga hasta su crisis a finales del siglo XVIII, dando paso a las nuevas teorías económicas fisiocráticas y liberales. Se estima que a principios del siglo XIX el mercantilismo había desaparecido del todo. A sus intentos de resurrección se los etiqueta como neomercantilismo.

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Origen del mercantilismo

Como se ha dicho, el mercantilismo aparece para introducir a las monarquías absolutistas europeas en el capitalismo, que ya había surgido en la Italia renacentista, y será la teoría económica imperante durante toda la Edad Moderna (siglos XVI al XVIII).

También marcará la aparición de los Estados-nación y del Antiguo Régimen en la Europa Occidental, oponiendo al Estado y su control económico a los poderes espirituales de la Iglesia católica.

Pilares del mercantilismo

Los pilares del mercantilismo fueron tres principios económicos, evaluados distintamente por cada una de las vertientes y variantes que este modelo representaba en la realidad. Estos pilares fueron:

  • Las relaciones entre el poder político y el económico. Lo que antes eran instancias separadas, pasaron a tener una relación de control y reciprocidad. El poder político, representado por la Monarquía absolutista, asumió su rol en la conducción económica de la sociedad y decidió emprender la construcción de un Estado-nación rico, que dispusiera del capital suficiente para sus numerosos proyectos.
  • El control de la moneda. La unificación del mercado interno, el incremento de la población y el privilegio de la producción interna marcharon al compás de la defensa del capital nacional, más que nada en términos de agricultura, minería y manufacturas. Asimismo, se buscaba tener una población numerosa y laboriosa detrás de la moneda.
  • La injerencia del Estado en la economía. El control de las exportaciones (la exportación de materias primas era prohibida, pero el resto de excedentes de la producción eran ampliamente exportados) y sobre todo de las importaciones (aranceladas, bloqueadas con barreras, dificultadas excepto en el caso de las materias primas escasas en el país), le daban al Estado el volante de un modelo de protección de la economía local.

¿Cómo funciona el mercantilismo?

El funcionamiento del mercantilismo responde a nueve principios fundamentales (las nueve reglas de Von Hornick), que se implementaron de manera distinta e individual en cada uno de los Estados-nación europeos, conforme a sus necesidades y particularidades. Estos principios son:

  • La utilización de todo el territorio nacional para la agricultura, minería y manufactura.
  • Dedicar toda la materia prima del país a las industrias nacionales, ya que los bienes manufacturados valen más que las materias primas internacionalmente.
  • Fomentar una población abundante y trabajadora.
  • Prohibir las exportaciones en metales preciosos y mantener la moneda nacional circulante.
  • Obstaculizar la importación de bienes foráneos.
  • Importar los bienes necesarios a cambio de otros bienes escasos y no del pago de oro y plata.
  • Limitar las importaciones a la materia prima escasa en el país.
  • Vender el excedente de la producción manufacturada al extranjero, en pagos de oro y plata.
  • No permitir las importaciones de bienes producidos y disponibles en el país.

Críticas al mercantilismo

El mercantilismo tuvo numerosos detractores, que lo acusaban de no comprender los beneficios del comercio y de la ventaja comparativa. Teóricos como David Hume denunciaron la imposibilidad del mercantilismo de mantener una balanza comercial favorable todo el tiempo (mayores exportaciones que importaciones) y el excesivo interés en los metales preciosos como el oro y la plata, que acaparados por el Estado perdían su valor comercial y debían más bien ser tratados como cualquier otro bien escaso.

Finalmente el mercantilismo fue sustituido en el siglo XIX por las teorías del liberalismo y el laissez-faire propuestas por Adam Smith.