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Irritabilidad

Te explicamos qué es la irritabilidad, qué es la irritabilidad celular, irritabilidad en las plantas y animales. Importancia y ejemplos.

¿Qué es la irritabilidad?

En el ámbito de la biología, se entiende por irritabilidad a una de las propiedades fundamentales de los seres vivientes, que les permite detectar cambios desfavorables en el medio ambiente en que se encuentran y reaccionar a los mismos, evitando así que dichos cambios lesionen su bienestar o comprometan su supervivencia.

De este modo, la irritabilidad forma parte de las capacidades homeostáticas de los seres vivos, es decir, de sus mecanismos destinados a perpetuar un equilibrio interno y así adaptarse y sobrevivir a los cambios del medio ambiente que atenten contra ello.

Así, ante un estímulo proveniente del medio ambiente (externo) o del interior del organismo (interno), los seres vivos reaccionan de manera particular, dependiendo de la naturaleza del estímulo que desencadena la reacción y del nivel de complejidad del ser viviente.

Ver también: Gemación

Irritabilidad celular

Las células poseen una membrana plasmática permeable, que le permite al protoplasma interior detectar y reaccionar a cambios químicos y físicos en el entorno, de manera de propiciar un medio más idóneo para su desenvolvimiento. Así, las células reaccionan a los cambios del pH, de la temperatura, de la luz solar, la electricidad o la presencia de nutrientes y materia orgánica.

Este grado microscópico de irritabilidad depende generalmente de reacciones bioquímicas detectables por organelos especializados, o bien por la misma membrana plasmática. Es así que los organismos unicelulares se adaptan, por ejemplo, a las condiciones del entorno, pero también que las células del sistema inmunológico del cuerpo reaccionan a la presencia de agente extraños en el mismo.

Irritabilidad en las plantas

Las plantas carecen de un sistema nervioso complejo que les permita reacciones planificadas ante los estímulos internos y externos, por lo que sus modos de irritabilidad suelen implicar movimientos más o menos lentos, regidos por fitohormonas, y que pueden clasificarse en dos tipos:

  • Tropismos. Reacciones sostenidas de orientación o crecimiento de las plantas, de cara a un estímulo sostenido, y que puede ser de tipo positivo (en dirección hacia el estímulo) o negativo (alejándose del estímulo). Los casos de tropismo son:
    • Fototropismo. Las plantas emplean la luz solar para sus procesos de fotosíntesis, pero demasiado sol puede quemar sus hojas o resecar sus cuerpos. Por ello, las plantas crecerán en búsqueda del sol (fototropismo positivo) cuando les resulte poco, y crecerán alejándose del sol (fototropismo negativo) cuando les resulte excesivo.
    • Geotropismo. Las plantas requieren de fijar sus raíces en la tierra y alzar sus tallos en dirección contraria, sin importar el lugar en donde se encuentren. Por esa razón las raíces buscarán siempre el centro de gravedad terrestre, mientras los tallos crecerán en dirección opuesta, nunca al revés.
    • Hidrotropismo. Otro componente que las plantas requieren para su metabolismo es el agua, y dado que sus raíces son los órganos mediante los cuales pueden absorberla, es común ver que éstas crezcan y se extiendan en dirección a los depósitos de agua, y no al contrario.
    • Tigmotropismo. Habremos notado alguna vez cómo las plantas adaptan su crecimiento a los obstáculos a su alrededor, rodeándolos, creciendo por encima o reptando para alejarse de ellos. Esto se debe a que reaccionan al obstáculo, impidiendo que entorpezca o impida su crecimiento.
  • Nastias. Cambios en las hojas y otras partes de las plantas, como respuesta a un estímulo externo determinado y momentáneo. También pueden ser de distinto tipo, por ejemplo:
    • Fotonastia. Muchas plantas responden a la presencia o ausencia de la luz solar de manera determinada, ya sea arrugando sus hojas para disminuir la superficie expuesta a la luz (en caso de exceso lumínico), o floreciendo una vez que ha caído el sol, si es durante ese momento en que le resulta más conveniente hacerlo, debido a la presencia de insectos o vientos polinizadores, por ejemplo.
    • Sismonastia. Es un tipo de reacción de las hojas de ciertas plantas frente a estímulos físicos como el roce o el tacto. En algunos casos pueden cerrar sus hojas para protegerlas o esconderlas, o bien pueden segregar sustancias tóxicas como reacción a lo que se percibe como una amenaza.

Irritabilidad en los animales

En el caso de los animales, la presencia de un sistema nervioso más o menos complejo determina en gran medida sus reacciones ante estímulos determinados, basándose primero que nada en su conducta. Alejarse activamente de una fuente de malestar, mudarse de hábitat o, por el contrario, aproximarse a una fuente de calor cuando hace frío, o cubrirse del sol cuando hace calor, son ejemplos de ello. Estas conductas pueden clasificarse en:

  • Tactismos. Desplazamientos del organismo como respuesta a la aparición o desaparición de estímulos determinados, asociados a condiciones de beneficio para el animal. Es lo que ocurre cuando los reptiles toman sol para calentar su sangre fría, ya que son incapaces de regularla de otro modo.
  • Actos reflejos. Mecanismos básicos de reacción como respuesta inmediata a una situación de peligro, dolor o amenaza, y que ocurre sin planificación previa, sino como un mecanismo automático. Es lo que ocurre cuando cerramos los párpados ante la posibilidad de que algo nos golpee el ojo.

Importancia de la irritabilidad

La irritabilidad entraña un principio fundamental para el éxito de la vida: la adaptación. Un ser viviente debe ser capaz de percibir los cambios de su entorno, especialmente aquellos que atenten contra su bienestar de un modo u otro, para así poder reaccionar de manera tal que su estado de equilibrio interno se mantenga lo más posible. Esta capacidad juega un papel importante en la evolución, ya que a medida que las adaptaciones se hacen más radicales y más persistentes, se puede dar origen a nuevas especies.

Puede servirte: Adaptación de los seres vivos

Ejemplos de irritabilidad

Algunos ejemplos sencillos de irritabilidad en los seres vivos son:

  • La atracción de las polillas nocturnas ante la luz artificial, que asocian a la luz de la luna (tactismo positivo) versus la huida de las cucarachas cuando encendemos la luz de la cocina y corren a esconderse (tactismo negativo).
  • El encogimiento de sus hojas cuando tocamos una planta “mimosa” o “dormidera”, o el cierre de las hojas de una planta carnívora cuando detecta a un insecto entre ellas.
  • Las raíces de los árboles del género ficus que levantan el hormigón de las aceras en su búsqueda del agua de las cañerías (higrotropismo positivo).
  • El movimiento de las ramas de los girasoles, siguiendo la trayectoria del sol en el cielo (fototropismo positivo).

Referencias