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Hábitat y nicho ecológico

Te explicamos qué es hábitat, qué es nicho ecológico, y cuáles son sus diferencias. Además, algunos ejemplos puntuales de ambos.

¿Qué es hábitat y nicho ecológico?

Estos términos a menudo se emplean a la hora de hablar de especies animales, como si fueran sinónimos. Pero no lo son y más adelante veremos por qué.

El hábitat refiere al lugar físico en donde vive un organismo determinado, sea animal, hongo, planta o microorganismo. Es el ambiente cuyas condiciones físicas son propicias para que éste crezca, se desarrolle y se reproduzca. Sin embargo, dicho ambiente suele estar poblado por una o varias especies, y puede ser tan amplio como un bosque, o tan reducido como las piedras de la costa marítima o incluso el tracto intestinal de otro ser vivo.

El nicho ecológico es un concepto que alude al modo en que se posiciona una especie específica o un conjunto de organismos dentro de un hábitat específico y siempre en relación con tanto las condiciones ambientales, como las otras especies que cohabitan en dicho espacio. En otras palabras: el nicho ecológico de una especie es su relación puntual con los demás elementos de su ecosistema.

Así, se suele identificar dos tipos distintos de nicho ecológico:

  • Fundamental o potencial. Se piensa a partir de las condiciones mínimas que una especie determinada (y sólo ella) requiere para subsistir.
  • Efectivo o real. Se piensa a partir de esas mismas necesidades, pero en el marco de la competencia y la interrelación con las demás especies.

En conclusión, en un mismo hábitat pueden identificarse muchos nichos ecológicos, tantos como especies haya.

Por ejemplo: En una selva tropical (hábitat) podemos hallar muchas especies de pájaros y de ranas, pero cada una posee su nicho ecológico específico: los primeros serán los depredadores y presas de las copas de los árboles, mientras que las segundas lo serán de los espacios húmedos del follaje.

Ver además: Adaptación de los seres vivos

Diferencias entre hábitat y nicho ecológico

Estos conceptos se distinguen fundamentalmente en el abordaje de la vida de la especie que ofrece cada uno. Como hemos dicho, la noción de hábitat apenas hace alusión al medio físico en el que un animal se desarrolla biológicamente, y en el que es posible identificar otras muchas especies, ya que la vida nunca ocurre de manera aislada.

En cambio, cuando hablamos de nicho ecológico, partimos de comprender a la especie en cuestión dentro de las dinámicas ecológicas en las que habita y se desarrolla, es decir, inserta en un ecosistema dentro del cual juega un rol determinado. La lucha por la supervivencia, como se desprende de los conceptos de Darwin, implica numerosos tipos de relaciones con el entorno biótico (vivo) y abiótico (inanimado), y en el nicho ecológico se toman todas en cuenta.

Ejemplos de hábitat y nicho ecológico

A continuación algunos ejemplos puntuales de hábitat y nicho ecológico:

  • Cucaracha común (Periplaneta americana). Su hábitat es variado, ya que son tremendamente adaptables, pero es posible hallarlas en contextos urbanos, como edificios oscuros y cálidos o el interior de las alcantarillas. Su nicho ecológico tiene que ver con su rol de carroñeras urbanas, sobre todo nocturnas, de reproducción rápida y masiva que las convierte en una peste para las comunidades urbanas, en donde no abundan sus depredadores naturales, como alacranes, arañas, aves y anfibios.
  • Gavilán común (Accipter nisus). Su hábitat son las zonas boscosas de árboles dispersos, frecuentes en las regiones templadas de Europa y Asia. Su nicho ecológico lo posiciona como un importante depredador de especies pequeñas de aves, aunque también puedan comer polluelos directo del nido o incluso carroña, y en ocasiones pequeños mamíferos como los murciélagos. Es un ave carnívora muy adaptable, que sirve a su vez de sustento a Lechuzas, Águilas, Halcones y Zorros.
  • Paramecio común (Paramecium aurelia). El hábitat de este organismo unicelular son las aguas estancadas o las orillas de ríos y estanques. Su nicho ecológico tiene que ver con las aguas ácidas y ricas en bacterias, de las que se alimenta este microorganismo. Juegan un rol importante en la descomposición de la materia orgánica en ecosistemas acuáticos y brindando sustento a protistas de mayor tamaño y a animales sumamente pequeños.