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Etapas del desarrollo humano

Te explicamos cuáles son las etapas del desarrollo humano, sus características y qué marca el inicio o final de cada una.

¿Cuáles son las etapas del desarrollo humano?

Las etapas del desarrollo humano son las distintas fases que atravesamos los seres humanos en la vida, es decir, desde el nacimiento hasta la muerte, y que se repiten de manera similar en cada individuo.

Dichas etapas se pueden organizar en distintos modelos y esquemas para su estudio, y existen así propuestas muy diferentes de cuáles son los rasgos básicos de cada etapa o sus rangos de edad aproximados, dependiendo del autor consultado y del punto de vista: psicológico, biológico, social, etc.

De hecho, los primeros modelos al respecto surgieron a mediados del siglo XVIII, obra de científicos como el enciclopedista Philippe Guéneau de Montbeillard (1720-1785), quien fue midiendo los cambios de estatura de su hijo desde el nacimiento hasta sus dieciocho años de edad, para intentar establecer así un modelo del crecimiento y desarrollo.

Sin embargo, desde un punto de vista muy amplio, el transcurso de la vida humana comprende las siguientes etapas:

  • Primera infancia, desde el nacimiento hasta alrededor de los 6 años de edad.
  • Niñez, desde los 6 hasta los 12 años de edad.
  • Adolescencia, desde los 12 hasta los 21 años de edad.
  • Adultez, desde los 21 hasta los 60 años de edad.
  • Ancianidad, desde los 60 años de edad hasta la muerte.

Los rangos de edades son muy aproximados, ya que cada individuo es distinto, pero en cada una de ellas se producen ciertos cambios reconocibles de tipo corporal, mental, emocional, social y fisiológico, de acuerdo al patrón de existencia predefinido en nuestro ADN, que definen más o menos las vivencias esperables en cada peldaño del ciclo vital.

A continuación los abordaremos cada uno por separado.

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Etapa pre-natal

La vida inicia su recorrido con el nacimiento, ya que es el momento en que la existencia pasa a ser del todo independiente del cuerpo materno. Esa es la razón por la cual comencemos a llevar la cuenta de nuestra vida a partir de entonces.

Toda la existencia previa al nacimiento puede ser considerada como la etapa “pre-natal” de la vida. Se extiende desde la concepción hasta el parto y durante la cual el cuerpo del individuo se forma y adquiere sus condiciones mínimas básicas para venir al mundo.

No existe consenso en la comunidad científica respecto a cuándo exactamente el individuo comienza a vivir y deja de ser simplemente parte del cuerpo materno, o sea, cuándo dejamos de ser un conjunto de células y pasamos a ser un individuo.

Primera infancia

La primera infancia o infancia temprana es la etapa inicial del desarrollo humano, en un sentido estricto: inicia con el nacimiento y culmina alrededor de los 6 años de edad, cuando el individuo entra en la niñez.

En esta primera etapa los individuos se encuentran en un estado de indefensión y vulnerabilidad extremos, dado que a diferencia de los animales, nuestro cerebro culmina su evolución y desarrollo bastante después de haber abandonado el útero.

Normalmente llamamos a los individuos en esta etapa “bebés”, y sabemos que inicialmente están desprovistos del habla, del control de sus esfínteres y que se relacionan con el mundo a través del llanto. La alimentación depende de la leche materna, dado que no se poseen dientes, y las habilidades psicomotrices son mínimas.

Sin embargo, a lo largo de la primera infancia estos rasgos básicos de comunicación entre el adentro y el afuera comienzan a formarse, conforme el individuo se prepara para una existencia más independiente. Así, se dan los primeros desplazamientos autónomos (primero el gateo, luego el caminar) y se pronuncian las primeras palabras, enteramente por imitación de los progenitores.

Al término de la primera infancia, un individuo debe:

  • Desplazarse de manera autónoma e interactuar a voluntad con los objetos del entorno.
  • Expresarse de manera hablada, reconocer a sus pares y jugar con ellos.
  • Ser capaz de reconocer las emociones primarias y sus expresiones más básicas (llanto, risa).
  • Manejar los rudimentos de la lectoescritura.

Niñez

La niñez o segunda infancia es una etapa más avanzada de la existencia humana inicial, en la que se da el desarrollo propiamente dicho de las habilidades básicas psicosociales y cognitivas, razón por la cual coincide con el inicio de la escolaridad formal. Para muchos especialistas se trata de una etapa crucial en la constitución del individuo, clave para definir la personalidad del individuo.

Se puede pensar la niñez como una meseta entre la primera infancia y la turbulencia de la adolescencia, a lo largo de la cual el individuo aumenta paulatina y constantemente de estatura, ganando además capacidades expresivas, motrices y sociales más refinadas, y pudiendo así interactuar de maneras más complejas con el mundo.

Al término de la niñez, un individuo debe:

  • Manejar herramientas conceptuales de mayor complejidad (matemáticas, comunicación verbal, etc.) y establecer relaciones socioafectivas más complejas (amistad, compañerismo, etc.).
  • Manejo primario del pensamiento lógico, manejo formal de la lectoescritura y capacidad de asociación de ideas y conceptos.
  • Socializar continua e intensamente a través de actividades recreativas, y formar los primeros vínculos sociales fuera del hogar.

Adolescencia

La adolescencia es una de las etapas más complejas del desarrollo humano. Consiste en una etapa de grandes y profundos cambios a nivel mental, corporal y emocional, que sirven como puente y preparación entre la niñez y la adultez temprana. Es una etapa de mucha turbulencia emocional y de continuas modificaciones fisiológicas, cuyo fin es la maduración reproductiva del individuo.

La adolescencia, a grandes rasgos, se divide en dos etapas diferentes, que son:

  • Adolescencia temprana (12 a 15 años). Una primera fase de cambios más violentos que rompen con la infancia y evidencian el inicio de la maduración sexual del cuerpo: aparición del vello púbico y corporal, inicio de la menstruación y la eyaculación, aumento considerable de estatura, aumento de las mamas en las mujeres, aumento y engrosamiento de los genitales masculinos, aumento de peso y talla, y aparición del deseo sexual.
  • Adolescencia tardía (15 a 21 años). En esta etapa se completa el proceso de preparación reproductiva del individuo, con cambios menos pronunciados en lo corporal y fisiológico, pero grandes cambios conductuales, emocionales y psicológicos. Es una etapa de rebeldías, en que el individuo busca abandonar el hogar y valora sus relaciones con sus pares por encima de su entorno familiar.

Al término de la adolescencia, se espera que el individuo:

  • Haya madurado reproductivamente, con notorios cambios físicos y fisiológicos, es decir, que manifieste ya signos externos de madurez sexual.
  • Sea capaz de hacer cuestionamientos de tipo existencial y filosófico, y pueda abordar materias complejas con relativa soltura cognitiva.
  • Asome su personalidad definitiva, exhibiendo tendencias sociales, emocionales y psicológicas propias, aunque muy influenciados por la presión social y grupal.
  • Posea ya rasgos de pertenencia a una colectividad, en los cuales se base para definir su “identidad”: tribus urbanas, grupos deportivos, etc.
  • Presente una libido activa (deseo sexual).

Más en: Adolescencia

Adultez

La adultez es la etapa intermedia de la vida, y por lo tanto la más extensa de todas. Los adultos son individuos plenamente responsables de sí mismos (legal, social y afectivamente), que ocupan un lugar en la sociedad y velan por sus propios intereses. Esta es la etapa en la que los individuos normalmente ejercen un oficio, forman una familia y se reproducen, asumiendo plenamente su lugar en el conjunto de la especie.

Sin embargo, dada su extensión, conviene pensar la adultez en dos etapas distintas:

  • Adultez temprana (entre los 21 y los 40 años de edad). En esta etapa se desarrolla plenamente la identidad propia y el individuo usualmente constituye una familia y se reproduce. La capacidad intelectual alcanza niveles más complejos y la capacidad física se halla en su plenitud. Respecto al panorama emocional, las turbulencias de la adolescencia quedan atrás y se inicia una etapa más estable.
  • Adultez plena (entre los 40 y los 60 años). Suerte de meseta vital, en que las capacidades intelectuales alcanzan su punto más alto, mientras el cuerpo comienza a dar sus primeras señales de deterioro. Es una etapa en la que los individuos suelen replantearse su existencia, juzgar su recorrido vital y prepararse para la vejez. Los adultos plenos suelen ocupar los puestos de liderazgo en la sociedad.

A lo largo de la adultez, normalmente los individuos:

  • Alcanzan la cumbre de su desarrollo físico, psicológico y emocional.
  • Poseen un sentido complejo pero pleno de la identidad, y reconocen su lugar en el mundo.
  • Se reproducen, forman familias o tienen relaciones interpersonales de profundidad, que ocupan un lugar significativo en la existencia.
  • Forjan un oficio, una profesión o un lugar en la sociedad, a través del trabajo y la experiencia.
  • Maduran del todo físicamente y comienzan a presentar señales de envejecimiento: encanecimiento del cabello, pérdida de flexibilidad, pérdida de cabello en los hombres, y disminución de la libido.

Más en: Adultez

Ancianidad

La ancianidad o vejez es la etapa final en el desarrollo humano, en la que los cuerpos de los individuos manifiestan sus síntomas de deterioro y aparecen las enfermedades y los achaques producto del tiempo. Puede ser una etapa más o menos dolorosa, dependiendo del modelo de vida que se llevó, y de igual forma puede estar signada por la soledad o por la vida familiar, dado que en esta etapa aparecen los nietos.

La mayoría de los ancianos se retiran (o aspiran a hacerlo) del ámbito laboral y emprenden existencias más calmas, aunque muchos aún juegan roles de liderazgo y consejería en la sociedad. Ello también implica un cambio importante en sus necesidades y aspiraciones, que se tornan más urgentes en lo médico y más reflexivas en lo mental, conforme los individuos se preparan para hacer frente a la muerte.

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Referencias