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Arañas

Te explicamos todo sobre las arañas, dónde viven, qué comen y otras características. Además, cuáles son las arañas más venenosas.

¿Qué son las arañas?

Las arañas son un grupo de artrópodos inmensamente amplio y variopinto, emparentados con los alacranes, garrapatas y ácaros (miembros todos de la clase arachnida) y muy lejanamente con los insectos, con los cuales es importante no confundirlas.

Las arañas son animales con una importante presencia en nuestras vidas cotidianas, que constituyen el séptimo orden de animales más diverso del planeta entero, con más de 46.500 especies diferentes clasificadas hasta la fecha.

En general, sin embargo, las arañas son artrópodos de tamaño pequeño a mediano, célebres por su capacidad para producir una especie de seda (telaraña) con la que tejen redes o trampas dispuestas para la caza de sus presas, ya que se trata de importantes depredadores de animales pequeños.

Para ello poseen una picadura venenosa capaz de paralizar a sus presas. Sin embargo, dada su gigantesca variedad, las arañas pueden tener hábitos, coloraciones, hábitats y niveles de peligrosidad muy diferentes.

El ser humano conoce las arañas desde tiempos inmemoriales, y les confirió una importantísima presencia en la cultura. No sólo como símbolo de laboriosidad, paciencia y perseverancia, sino también como embajadoras de la depredación, la venenosidad y el peligro, a pesar de que muy pocas especies realmente representan un riesgo para la salud del ser humano.

Según el romano Ovidio (43 a. C. – 17 d. C.) en sus Metamorfosis, los antiguos griegos contaban el mito de aracné, una hilandera cuyos talentos eran tales que se ufanaba de ser mejor que los dioses, a punto tal de vencer a la diosa Minerva en una competencia. Esta última, ofendida no sólo por su derrota sino porque Aracné había tejido diversas escenas de dioses disfrazados como animales, la convirtió como castigo en una araña.

Ver también: Animales insectívoros

Características de las arañas

En general, las arañas se caracterizan por lo siguiente:

  • Sus dimensiones generalmente oscilan entre los 0,5 mm y los 9 cm de longitud corporal, aunque existen casos excepcionales de arañas gigantescas, capaces de alcanzar los 30 cm.
  • Dado que no poseen antenas, sus sentidos más desarrollados son los del tacto y el olfato, que ejercen a través de su primer par de apéndices (pedipalpos), ya que su vista suele ser más bien pobre. A pesar de ello, suelen tener de tres a cuatro pares de ojos, dispuestos de manera y color muy variados.
  • En su región posterior poseen unas glándulas capaces de segregar una seda, compuesta por proteínas complejas, que en contacto con el aire se desecan y endurecen, formando la conocida “tela de araña”. Las arañas son capaces de moldear con ella redes vistosas, o usarla como adhesivo para fabricar madrigueras, o como método de preservación de sus víctimas, envueltas en tela para devorarlas luego.
  • El veneno de las arañas está compuesto por una enzima digestiva especializada, que paraliza a la víctima y en muchos casos inicia un proceso de digestión que licúa las entrañas y le permite a la araña sorber el contenido de la víctima sin problema. Las arañas en general poseen dos tipos de veneno: éste paralizante y otro de mayor efecto, que emplean para defenderse de sus múltiples depredadores.
  • Las arañas poseen una capacidad de aprendizaje muy limitada, como la mayoría de los artrópodos, pero a la vez un amplio rango de conductas instintivas o heredadas, que les permiten imitar a otras especies (hormigas o avispas, por ejemplo) o incluso llevar una vida acuática (patinando en la superficie del agua, o sumergiéndose en ella con una burbuja adherida al abdomen, como un buzo). Todo depende de la especie.

Poseen un cuerpo compuesto en dos partes:

  • Cefalotorax (cabeza y tronco en uno solo), del cual nace un par de quelíceros (piezas bucales) con los que inyectan el veneno a sus presas.
  • Abdomen, del cual nacen cuatro pares de patas articuladas.

¿Dónde viven las arañas?

Las arañas tienen una presencia masiva en todos los continentes, menos en la Antártida, y en todos los climas y hábitats, incluso en los fríos. Están adaptadas a muy diferentes modelos de supervivencia, a menudo en la cúspide de la cadena alimenticia local, aunque también poseen numerosos depredadores (aves, reptiles, mamíferos, etc.).

Asimismo, muchas especies se han adaptado a la vida junto a los seres humanos, ocupando discretos rincones en sus casas, mientras que muchas otras mantienen su vida salvaje.

¿Qué comen las arañas?

Se trata de depredadores por excelencia. Ya sea que asalten directamente a sus presas, o que las esperen pacientemente en medio de su telaraña, la dieta de estos animales se compone de insectos, otros arácnidos, gusanos, larvas, e incluso, en las especies más grandes, de pequeños reptiles o roedores. Son célebres, además, los casos de arañas en las que la hembra, una vez consumada la reproducción, devora al macho.

¿Cómo se reproducen las arañas?

Las arañas se reproducen sexualmente, a través de la puesta de huevos (reproducción ovípara), una vez que la hembra ha sido fecundada por el macho, insertando sus espermatozoides (espermatóforos, en realidad) en las vías sexuales de la hembra usando uno de sus pedipalpos.

Para llegar a ello, el macho debe ser muy cuidadoso, dado que las arañas suelen considerar alimento todo aquello que tenga el peso y tamaño adecuado, y las hembras suelen ser mucho más grandes que los machos. Así, es común que el macho de algunas especies le haga “obsequios” a la hembra: animales envueltos en seda, para que ella se distraiga y no lo devore antes de que la haya fecundado.

¿Cuánto tiempo viven las arañas?

La mayoría de las arañas tienen lapsos de vida relativamente breves, rara vez superiores a un año. Esto, desde luego, depende de cada una de las especies.

Las especies de arañas más venenosas

En un sentido estricto, todas las arañas son venenosas, excepto las que pertenecen a la familia Uloboridae, pero muy pocas representan un riesgo para el ser humano, ya que la inmensa mayoría de ellas son incapaces de atravesar la piel humana con sus quelíceros para inyectar su veneno. Usualmente, son más venenosas aquellas que cazan activamente a sus presas, que las arañas tejedoras.

Por lo general, en los casos en que se recibe una picadura de araña, lo usual es que genere una reacción local desagradable y nada más; aunque muchas otras poseen vellosidades urticantes capaces de causar ardor solamente con el contacto con la piel.

Sin embargo, algunas pocas especies poseen venenos tan intensos que son capaces de producir intoxicaciones severas o reacciones necróticas locales (muerte de tejido) en los seres humanos, tales como las arañas australianas de los géneros Atrax y Hadronyche (alrededor de 35 especies), o las arañas pequeñas del género Latrodectus y Loxosceles, más comunes y cercanas al ser humano.

Las principales especies de peligro son las siguientes:

  • Araña de Sídney (Atrax robustus), nativa del este de Australia, que mide entre 6 y 7 cm de largo, posee una coloración entre azul-negra y marrón brillante. De conducta agresiva, son de las arañas más venenosas del mundo, cuya mordedura inocula cantidades variables de neurotoxinas, muy letales en primates, aunque mucho menos en pollos, perros, gatos y otros animales domésticos. Sin la atención médica especializada, la muerte puede sobrevenir entre 15 minutos y 3 días.
  • Araña de embudo australiana (Hadronyche modesta), nativas de cuevas y regiones rocosas de Australia, es junto con el género Atrax la especie más abundante y peligrosa del continente. De hábitos nocturnos, producen un veneno parecido al de la araña viuda negra, que dispone por suerte de un suero específico con el que tratar a los afectados.
  • Araña viuda negra del sur (Latrodectus mactans), la araña más famosa del mundo, propia de países americanos como Estados Unidos, México y Venezuela, es de un color negro carbón brillante con una mancha rojiza en forma de reloj de arena en la parte inferior del abdomen. Las hembras pueden medir hasta 50 mm de largo y aunque son arañas nocturnas, más bien tímidas y solitarias, el veneno neurotóxico que producen es capaz de paralizar el sistema nervioso central y producir enormes dolores musculares, así como desencadenar episodios hipertensivos. Sin embargo, con el tratamiento apropiado rara vez llega a ser mortal.
  • Araña violinista (Loxosceles laeta), también llamada “reclusa chilena”, es la especie más peligrosa de su género completo, cuya mordedura inyecta sustancias protelíticas y necróticas que pueden producir graves reacciones sistémicas o la muerte. Propia de la América del Sur, habita en rincones y grietas de difícil acceso, y es común en Chile, Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay, Uruguay y el Este del Brasil. Mide entre 8 y 30 mm de largo, es marrón y posee en el tórax una línea negra con forma de violín.
  • Araña bananera (Phoneutria phera), para muchos la araña más venenosa del mundo entero, es una especie errante y agresiva de gran tamaño, capaz de abarcar la palma de una mano. Típica de la amazonía sudamericana (Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil, y del norte de Argentina), es capaz de correr a velocidades de 40 kmph con sus patas velludas, de marcas marrones claras, y es reconocible por sus quelíceros pardos rojizos. Su veneno es capaz de matar a una persona entre 2 y 12 horas de efecto sin tratamiento, durante las cuales se produce una pérdida de control muscular, dolores intensos, dificultad para respirar y riesgo de ataque cardíaco. Otro efecto conocido de su veneno es el de inducir a erecciones muy dolorosas y prolongadas (de mínimo 4 horas de duración) en los varones, capaces de dejar daños físicos permanentes.

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Referencias