Canguro: características, hábitat, reproducción, alimentación
El canguro es un marsupial que pertenece a la familia Macropodidae. Entre sus rasgos distintivos se encuentran su larga y poderosa cola, que es utilizada como una extremidad adicional, y la disparidad en el desarrollo de sus patas. Las traseras son grandes y fuertes, mientras que las delanteras son más pequeñas.
Otra característica que lo identifica es que las hembras tienen en la región abdominal una bolsa de piel, conocida como marsupio. En esta, la cría recién nacida completa su desarrollo post natal.
Comúnmente, el término canguro es utilizado para describir las especies más grandes de la familia, como el canguro gris oriental y el canguro rojo. Los de menor tamaño son llamados ualabí, siendo uno de los representantes de este grupo el ualabí negro.
El medio de locomoción de este mamífero es el salto, para lo cual emplea la fuerte musculatura que conforma sus poderosas extremidades posteriores. Cuando el animal se desplaza a una velocidad menor, utiliza la locomoción pentapedal. En esta, la cola funciona como una quinta pata, contribuyendo al movimiento.
El canguro es originario de Australia, donde habita en las áreas abiertas de los bosques, en pastizales, matorrales y llanuras.
Índice del artículo
- 1 Evolución
- 2 Características generales
- 3 Estado de conservación
- 4 Hábitat y distribución
- 5 Taxonomía y clasificación
- 6 Reproducción
- 7 Alimentación
- 8 Comportamiento
- 9 Referencias
El registro fósil muestra evidencia de la existencia de canguros gigantes durante el Pleistoceno y el Plioceno. Con relación a los antepasados más pequeños de los canguros, vivieron en el actual continente australiano hace alrededor de 20 millones de años.
Los canguros, al igual que otros macropódidos, comparten un ancestro con la familia de marsupiales Phalangeridae. Este ancestro, que existió a mediados del Mioceno, vivía en la copa de los árboles. Sus dientes eran cortos, apropiados para comer hojas de arbustos y árboles.
A finales del Mioceno y hasta el Plioceno y el Pleistoceno, el clima sufrió grandes cambios, tornándose seco. Esto ocasionó la casi extinción de los bosques y el crecimiento de los pastizales. Al mismo tiempo ocurrió una radiación de macropódidos, que se habían adaptado a una alimentación a base de hierbas leñosas.
Este grupo de marsupiales tenían dientes con coronas altas, una característica imprescindible para los animales que se incluyen en su dieta vegetación áspera.
Las especies relacionadas con los ualabí y con los canguros grises modernos comenzaron a aparecer durante el Plioceno. La evolución más reciente es la del canguro rojo, cuyo registro fósil data de 1 a 2 millones de años atrás.
Las patas traseras son largas, estrechas y poderosas, con cuatro dedos cada una. El cuarto dedo soporta gran parte del peso del cuerpo, mientras que el segundo y el tercero se encuentran unidos y son vestigiales, condición que se conoce como sindactilia.
En cuanto a las extremidades delanteras, son cortas y tienen cinco dedos separados, que incluyen un pulgar no oponible. Cada dedo termina en una afilada garra. Tienen una fuerte musculatura, especialmente en los machos, puesto que utilizan estas patas para pelear y demostrar su dominancia ante el grupo.
Los canguros poseen en sus patas posteriores tendones elásticos y de gran tamaño. En estos se almacena la energía de tensión elástica, que es utilizada en cada salto que realiza. Los movimientos de rebote ocurren por la acción de resorte de los tendones, en lugar de ser un esfuerzo muscular.
El canguro se caracteriza por su cola musculosa, que tiene una gruesa base. En el canguro rojo, esta estructura está formada por más de 20 vértebras, cubiertas por una fuerte musculatura. Esto ayuda a que el animal mantenga su equilibrio corporal y también interviene en la locomoción pentapedal.
Además, la cola contribuye a conservar la energía, ya que su fuerza propulsora es mucho mayor que la que generan las patas delanteras y traseras, de manera combinada. De esta manera, el canguro mantiene su energía independientemente de la fuerza que haya ejercido con su cola.
La forma del cuerpo caracteriza y distingue a los macropódidos. La cabeza es pequeña, en comparación al cuerpo. Tiene unas orejas grandes y flexibles, que pueden girar para captar mejor los sonidos emitidos a distancias largas.
Sus ojos son grandes y se encuentran situados a ambos lados de la cabeza, lo que les confiere una visión binocular. Además, posee una excelente visibilidad nocturna, que les facilita localizar sus alimentos durante la noche.
En cuanto al hocico, es largo y en su extremo tiene una boca pequeña. En esta se encuentra una dentadura especializada, que le facilita cortar y masticar las plantas leñosas. Los labios son gruesos y el superior se encuentra dividido.
Las hembras tienen un pliegue de piel abierto por la parte frontal, que cubre sus cuatro pezones. En este marsupio o bolsa, la cría culmina su desarrollo, además de servirle de refugio, incluso cuando está más grande y consume alimentos sólidos.
El pelo del canguro generalmente es corto, lanoso y suave. Su coloración varía según la especie, no obstante, suele ser de tonos marrones cobrizos y grisáceos, alternados con pelos blancos que le dan un aspecto canoso. Algunos pudieran tener rayas en la cabeza, en las patas traseras o en la espalda.
Así, el canguro rojo (Macropus rufus) presenta un pelaje marrón rojizo, mientras que el de la hembra es gris o azulado. El área ventral y la parte interna de las extremidades son claras. En cuanto al canguro gris oriental (Macropus giganteus) tienen una coloración marrón claro o gris.
El tamaño del canguro varía según la especie. El de mayor tamaño es el canguro rojo, cuyo cuerpo tiene una longitud, desde la cabeza hasta la grupa, de 1 a 1,6 metros. La cola mide de 90 a 110 centímetros. En cuanto a su peso, está alrededor de 90 kilogramos.
Una de las especies de menor tamaño es ualabí cola cepillo de las rocas (Petrogale penicillata), que mide entre 50 y 60 centímetros de largo, con una cola de aproximadamente 60 centímetros. En cuanto al peso, este varía de 3 a 9 kilogramos.
Las especies más grandes poseen dientes complejos, que tienen corona alta. Los molares tienen crestas transversales, por lo que el pasto de mayor dureza es cortado entre dientes opuestos. Además, el crecimiento de la dentadura es continuo.
Salto
Los canguros utilizan el salto como medio para desplazarse de un lugar a otro. Pueden hacerlo a diversas velocidades, de acuerdo a su necesidad.
Así, el canguro rojo suele moverse entre 20 y 25 km/h, sin embargo, en distancias cortas podría saltar a una velocidad de hasta 70 km/h. Además, esta especie es capaz de mantener un ritmo constante durante largas distancias, recorriendo casi 2 kilómetros a una velocidad de 40 km/h.
Durante este desplazamiento, los fuertes músculos gastrocnemios elevan el cuerpo del suelo, mientras que el músculo plantar, que se une cerca del cuarto dedo de la pata, es empleado para la acción de despegue. La energía potencial en este movimiento es almacenada en los tendones elásticos.
Existe un vínculo muy estrecho entre la respiración y el salto, lo que proporciona una alta eficiencia energética a este tipo de locomoción.
En el momento que las patas se elevan del suelo, los pulmones expulsan el aire, mientras que cuando el animal coloca sus extremidades hacia adelante, listas para aterrizar, estos órganos se llenan nuevamente de aire.
Locomoción pentapedal
Cuando el canguro se desplaza a velocidades lentas utiliza la locomoción pentapedal. Para esto, emplea su cola, formando un trípode con sus patas anteriores, mientras lleva las posteriores hacia adelante. Este movimiento, al igual que el salto rápido, son enérgicamente costosos.
En dicho desplazamiento, la cola juega un papel fundamental, puesto que su fuerza de propulsión es mucho mayor que la ejercida por sus patas traseras y delanteras
Nado
Este mamífero es un experto nadador, pudiendo huir al agua para evitar ser capturado por un depredador. Si este llegase a perseguirlo, el canguro puede tomarlo con sus patas anteriores para sostenerlo debajo del agua y ahogarlo.
Las poblaciones de canguros han disminuido, lo que trae como consecuencia que numerosas especies se encuentren amenazadas de extinguirse. Sin embargo, la mayor parte de este grupo son catalogadas por la UICN como de preocupación menor.
Para esta categorización fue considerada su gran distribución espacial y las escasas amenazas que afectan a esta especie.
La caza furtiva para obtener y comercializar la carne es una de las principales problemáticas que aqueja al canguro. Además, su piel suele emplearse para elaborar artículos de cuero.
En Nueva Guinea, el Macropus agilis está amenazado localmente por una persecución y captura excesiva, sobre todo en aquellas poblaciones ubicadas al sureste de la región.
Dicha especie, al igual que el Macropus rufogriseus, es considerada plaga en algunas zonas de Australia, lo que originó algunas medidas de control para evitar alteraciones ecológicas de mayores envergaduras.
Otro de los factores que afectan el decrecimiento de la población es la fragmentación de su hábitat. En este sentido, la construcción de carreteras no solo altera el ecosistema, sino que constituye un elemento peligroso cuando el animal intenta cruzarla.
Cuando el canguro está cerca de la vía, el ruido del motor o la luz de los faros los asusta, pudiendo ocasionar que realice un salto abrupto frente al carro. Además de causar la muerte del animal, producto del arrollamiento, el fuerte impacto del salto, puede ocasionar graves daños al vehículo y a sus ocupantes.
Es por esto que en las regiones donde abundan canguros, existen numerosas señalizaciones indicando el posible cruce de estos en la vía. Estas señales a menudo incluyen varios números telefónicos donde las personas pueden llamar para reportar el accidente y a los animales heridos.
La mayoría de los canguros viven en Australia, donde pueden habitar una diversidad de regiones, entre las que se encuentran Tasmania, Nueva Guinea y algunos territorios insulares.
De manera general, algunas especies viven en bosques, en el desierto de Savannah y otros en las llanuras, donde abunda la hierba. Sin embargo, cada una tiene su propia distribución y preferencias en cuanto al hábitat.
El canguro gris occidental (Macropus fuliginosus) es endémico de la zona sur de Australia, donde se localiza desde el océano Índico hasta el área oeste de Nueva Gales del Sur y Victoria y Nueva Gales del Sur.
Con relación a los ecosistemas que ocupa, se encuentran los matorrales, los pastizales y las áreas abiertas de los bosques.
El Macropus agilis tiene una distribución muy amplia. Este canguro se encuentra en el sureste de Nueva Guinea, en Indonesia y en Papua Nueva Guinea. También habita en Goodenough, Fergusson y en las islas Kiriwina.
Así mismo vive en amplios territorios al norte de Australia, con algunas poblaciones aisladas en las islas Peel, Stradbroke y Groote del sur y del norte. Puede encontrarse en Nueva Irlanda y en las islas de Normanby, además de haber sido introducida con éxito en la isla de Vanderlin.
El ualabí ágil prefiere los pastizales de sabana en tierras baja. También está a todo lo largo de los arroyos y ríos, en los lugares abiertos de los bosques. Sin embargo, puede vivir en las dunas costeras de arena y en las regiones montañosas del interior, donde se refugia en la densa vegetación.
El Dendrolagus lumholtzi es un canguro arborícola que está presente en las selvas tropicales entre Mossman e Ingham, al noreste de Queensland. Actualmente su rango de ocupación ha disminuido en las tierras altas australianas, debido a la destrucción del hábitat.
Esta especie, principalmente arbórea, vive en la selva tropical y a lo largo de la vegetación ribereña, en hábitats abiertos. Con menos frecuencia se localiza en los bosques húmedos de esclerófilas que forman las mesetas de Atherton.
- Reino Animal.
- Subreino Bilateria.
- Filum Cordado.
- Subfilum Vertebrado.
- Superclase Tetrapoda.
- Clase Mamífero.
- Subclass Theria.
- Infraclase Metatheria.
- Orden Diprotodontia.
- Suborden Macropodiformes.
- Familia Macropodidae.
-Subfamilia Sthenurinae.
Género Lagostrophus.
-Subfamilia Macropodinae.
Géneros:
Dendrolagus.
Wallabia.
Dorcopsis.
Thylogale.
Dorcopsulus.
Setonix.
Lagorchestes.
Petrogale.
Onychogalea.
Macropus.
La hembra suele madurar sexualmente entre los 17 y 28 meses de edad, mientras que el macho puede reproducirse por primera vez aproximadamente a los 25 meses.
Durante el cortejo, las hembras en celo vagan por el territorio, atrayendo a los machos, que las vigilan y siguen sus movimientos. Estos huelen su orina para verificar que se encuentren en celo.
Cuando consigue una hembra, el macho se acerca despacio a esta, para evitar asustarla. Si no huye, este la lame, la rasca y araña suavemente, para luego copular. Debido a que el macho de mayor tamaño forma pareja con hembras que están en celo, los más jóvenes lo hacen con aquellas que están próximo a tenerlo.
En el proceso de fecundación, el óvulo desciende hasta el útero, donde es fertilizado por los espermatozoides. El desarrollo del embrión ocurre rápidamente, en el canguro rojo, la cría nace a los 33 días después de la fecundación.
Generalmente, nace una cría a la vez. Esta es ciega y sin pelos. Las patas posteriores no están bien desarrolladas, mientras que las anteriores son fuertes, permitiéndole trepar por la piel del abdomen de la madre y llegar al marsupio.
Una vez que está en la bolsa, se acopla a una de las cuatro tetillas y comienza a alimentarse de la leche materna. Casi de manera inmediata, la hembra puede volverse sexualmente receptiva al macho después del parto.
Si este nuevo huevo es fecundado, el embrión entra en una etapa fisiológica de inactividad, hasta el momento en el cual la cría que está en el marsupio culmina su desarrollo. Esta condición reproductiva es conocida como diapausa embrionaria.
La cría que se encuentra en la bolsa continúa su desarrollo y luego de 190 días emerge de la bolsa. Sin embargo, no la abandona completamente hasta que han pasado alrededor de 7 a 10 meses.
Los canguros son animales herbívoros. Dentro de su dieta incluyen hierbas, musgo, flores, hojas de árboles y de manera esporádica podrían consumir algunos hongos.
La alimentación varía en cada especie y va a depender de las características ambientales del hábitat donde se encuentre. De esta manera, el canguro gris oriental come principalmente una gran variedad de gramíneas, mientras que el canguro rojo incluye grandes cantidades de arbustos en su dieta.
Muchas especies tienen hábitos nocturnos y crepusculares, por lo que durante los días calurosos generalmente están descansando. En las noches y en las mañanas, donde la temperatura es más baja, se movilizan por el territorio en búsqueda de su alimento.
Su organismo ha sufrido algunas adaptaciones, basadas en la dieta altamente fibrosas. Entre las estructuras que han sufrido modificaciones están los dientes. A medida que el canguro va madurando, los molares delanteros se desgastan, por lo que cíclicamente sufren una reposición.
En el proceso de cambio, los molares posteriores brotan de la encía, empujando así al resto de los molares hacia adelante. De esta manera, los molares que están desgastados y ya no son funcionales, se caen hacia el frente.
Los molares posteriores brotan a través de las encías, empujando los otros molares hacia adelante y obligando a los molares desgastados al frente a caerse. De esta manera, el canguro siempre tiene dientes afilados por adelantado.
En cuanto al estómago, tiene dos cámaras: la tubiforme y la sacciforme. La cavidad frontal, que tiene forma de saco, contiene en su interior abundantes bacterias. Estas son las encargadas de iniciar el proceso de fermentación de los alimentos.
El canguro puede regurgitar parte de la comida, para contribuir con la degradación de las moléculas de celulosa. Luego del proceso de fermentación, el alimento ya fermentado para a la segunda cámara, donde las enzimas y los ácidos culminan con el proceso digestivo.
Los canguros son animales sociales y forman grupos, llamados manadas. Los integrantes de estas se cuidan y protegen unos a otros. Si alguno advierte la presencia de una amenaza, golpea fuertemente el suelo con sus poderosas patas traseras, alertando al resto.
Un comportamiento común dentro de la agrupación consiste en olfatear y tocar la nariz de los nuevos integrantes, obteniendo así información de estos. Entre las madres y sus crías existe un fuerte vínculo, que es reforzado por medio del aseo que estas le realizan a los jóvenes.
Entre la gran mayoría de las especies se han descrito conductas agresivas. Estas peleas pueden ser momentáneas o pueden formar parte de un largo ritual. En aquellas situaciones de alta competencia, como cuando los machos luchan por una hembra en celo, la lucha es breve.
Sin embargo, los machos suelen practicar una pelea ritualizada, que pudiera surgir repentinamente cuando forrajean juntos o cuando dos machos se rascan y asean entre sí. Los combatientes, se agarran el cuello y se tocan en la cabeza y en los hombros, utilizando para esto sus patas delanteras.
Además, pueden actuar intentando empujar al adversario. En algunas oportunidades, la conducta desafiante pudiera ser rechazada, sobre todo si un macho adulto se ve amenazado por otro más joven. Aquel que interrumpa la pelea o la abandone será el perdedor.
Estas luchas son utilizadas para establecer niveles de jerarquías entre los machos. Dicho dominio es ratificado cuando en la mayoría de las veces los ganadores desplazan al vencido de las áreas de descanso.
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