Anatomía y fisiología

Órganos vestigiales: características y ejemplos


Los órganos vestigiales son restos de estructuras que alguna vez tuvieron alguna función para el ancestro de la especie estudiada pero que, hoy en día, el órgano ya no cumple ningún papel aparente. Por ello, la importancia de estos órganos para el organismo que la porta es marginal o prácticamente nula.

En la naturaleza, existen múltiples ejemplos de órganos vestigiales. Entre los más notables tenemos el esqueleto de ciertas especies de serpientes que aún conservan restos de la pelvis. Curiosamente, el mismo patrón se ha observado en las ballenas.

Los órganos vestigiales también se encuentran en nuestro cuerpo. Los humanos poseemos una serie de estructuras que ya no nos son de utilidad, como las muelas del juicio, el apéndice, las vértebras del coxis, entre otros.

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¿Qué son los órganos vestigiales?

El año 1859 fue crucial en el desarrollo de las ciencias biológicas: Charles Darwin publica su obra maestra El Origen de Las Especies. En su libro, Darwin expone dos ideas principales. Primero, propone como agente causal de la evolución al mecanismo de selección natural y propone que las especies son descendientes con modificaciones de otras especies ancestrales.

Existe evidencia contundente y numerosa que apoya los principios darwinianos mencionados. Las pruebas las encontramos en el registro fósil, en la biogeografía, en el biología molecular, entre otras. Una de los argumentos que permite apoyar la idea de “descendientes con modificaciones” es la existencia de los órganos vestigiales.

Por ello, la presencia de órganos vestigiales en los organismos son pruebas importantes del proceso evolutivo. Si alguna vez dudamos de la veracidad de la evolución, bastará con observar nuestros propios órganos vestigiales (ver más adelante ejemplos en el ser humano).

No obstante, los órganos vestigiales habían sido notados desde tiempos pre-darwinianos. Aristóteles advirtió la paradójica existencia de ojos en animales de vida subterránea, considerándolos como un retraso en el desarrollo.

Otros naturalistas hicieron referencia a los órganos vestigiales en sus manuscritos, como Étienne Geoffroy Saint-Hilaire.

Características

La una característica común de todas las estructuras vestigiales es su aparente carencia de funcionalidad.

Suponemos que, en el pasado, estas estructuras llevaban a cabo una función importante y, en el curso de la evolución, la función se perdió. Las estructuras u órganos vestigiales son una especie de “sobras” del proceso evolutivo.

¿Por qué existen las estructuras vestigiales?

Antes de la publicación de la teoría de Darwin, los naturalistas tenían sus propias ideas con respecto a los cambios evolutivos. Uno de los más destacados fue Jean-Baptiste Lamarck y la herencia de los caracteres adquiridos.

Para este zoólogo francés “el uso frecuente y sostenido de un órgano cualquiera lo fortifica poco a poco, dándole una potencia proporcional a la duración de ese uso, mientras que el desuso constante de tal órgano le debilita”. Sin embargo, hoy en día sabemos que no es la falta de uso lo que promueve el debilitamiento de la estructura en cuestión.

Los procesos evolutivos nos explican por qué existen las estructuras vestigiales. Por algún cambio ambiental, biótico o abiótico, ya no existe una presión selectiva bajo el órgano, y este puede desaparecer o mantenerse.

En caso de que la presencia misma del órgano se traduzca en una desventaja, la selección tenderá a eliminarlo: si surge una mutación que elimine el órgano y logre tener mayor éxito reproductivo que los compañeros que aún presentan el órgano. Así trabaja la selección.

Si la presencia del órgano no supone ninguna desventaja a su portador, podrá persistir en el curso de la evolución, convirtiéndose en un órgano vestigial.

Ejemplos

Estructuras vestigiales en humanos

Existen varios ejemplos de órganos vestigiales de los humanos, muchos de ellos resaltados por Darwin. El embrión del humano posee una cola, que a medida que transcurre el desarrollo se acorta y se pierde antes del nacimiento. Las últimas vértebras se fusionan y forman el coxis, un órgano vestigial.

El apéndice es otro ejemplo icónico. Se piensa que, anteriormente, esta estructura estaba relacionada con la digestión de la celulosa – gracias a evidencia del órgano homólogo en otras especies de mamíferos.

Hoy en día se discute si el apéndice es un órgano vestigial o no, y algunos autores argumentan que contribuye a funciones en el sistema inmune.

Molares en los vampiros

Los miembros del orden Chiroptera son animales increíbles desde cualquier punto de vista. Estos mamíferos voladores han radiado en múltiples hábitos tróficos, incluyendo insectos, frutas, polen, néctar, otros animales y la sangre de estos.

Los murciélagos que se alimentan de sangre (solamente existen 3 especies, de las cuales una consume sangre de mamífero y las dos especies restantes sangre de aves) poseen molares.

Desde una perspectiva funcional, un mamífero hematófago (término usado para los animales que consumen sangre) no necesita de un molar triturador de alimento.

Las alas en las aves no voladoras

A lo largo de la evolución, las aves han modificado los miembros superiores en estructuras sumamente especializadas para el vuelo. Sin embargo, no todas las aves que vemos hoy en día se movilizan por los aires, existen algunas especies con hábitos terrestres que se desplazan caminando.

Ejemplos puntuales son el avestruz, el emú, el casuario, el kiwi y los pingüinos – y todas estas conservan sus alas, siendo un ejemplo claro de una estructura vestigial.

No obstante, la anatomía de las aves no voladoras no es idéntica de las aves que si vuelan. Existe un hueso denominado quilla ubicado en el pecho que participa en el vuelo, y en las especies no voladoras está ausente o muy reducido. Además, el plumaje suele diferir y es un poco más abundante.

Vestigios de pelvis en ballenas y serpientes

Tanto las ballenas como las serpientes son descendientes de animales tetrápodos que usaban sus cuatro miembros en la locomoción. La presencia de vestigios de pelvis es un “recuerdo” de la trayectoria evolutiva de ambos linajes.

En el transcurso de la evolución de las ballenas, la ausencia de miembros posteriores represento una ventaja selectiva para el grupo – el cuerpo era más aerodinámico y permitía un desplazamiento óptimo en el agua.

Sin embargo, no es aceptado por todos los autores que dichas estructuras son vestigiales. Por ejemplo, para  West-Eberhard (2003), los huesos pélvicos en las ballenas adquirieron nuevas funciones relacionadas con el sistema urogenital de algunas especies modernas.

Referencias

  1. Audesirk, T., Audesirk, G., & Byers, B. E. (2003). Biología: La vida en la Tierra. Pearson educación.
  2. Campbell, N. A., & Reece, J. B. (2007). Biología. Ed. Médica Panamericana.
  3. Conrad, E. C. (1983). True vestigial structures in whales and dolphins. Creation/Evolution10, 9-11.
  4. Dao, A. H., & Netsky, M. G. (1984). Human tails and pseudotails. Human pathology15(5), 449-453.
  5. West-Eberhard, M. J. (2003). Developmental plasticity and evolution. Oxford University Press.