Regiones polares: características, ubicación, clima, flora, fauna, relieve
Las regiones polares son las zonas de la Tierra ubicadas en torno a los polos norte y sur del planeta. En el caso del hemisferio norte, la región polar llamada Ártico se compone de hielo y masas de agua líquida oceánica. Mientras que en el hemisferio sur se presenta una masa de tierra continental, la Antártida.
Se extienden desde el paralelo 66º hacia el extremo norte en el hemisferio norte y desde el paralelo 60º hacia el sur en el hemisferio sur. Las regiones polares se caracterizan por un clima frío extremo y la presencia de capas de hielo permanentes. Las temperaturas descienden hasta los -98 ºC en la Antártida y hasta los -68 ºC en el Ártico.
La flora es escasa en ambas regiones polares, restringiéndose a la presencia de musgos, hongos, hierbas y algas. Las angiospermas dominantes son gramíneas y ciperáceas y la fauna es abundante, especialmente los mamíferos marinos.
En las aguas marinas abundan las especies de focas y ballenas, así como muchas especies de peces. En la región polar Ártica se encuentran también el oso polar, el reno, el lobo ártico y muchas otras especies terrestres.
El relieve de la región polar ártica es mayormente plano, con un paisaje marino dominado por las masas de hielo flotante. Mientras que la Antártida es un continente con muchas áreas superiores a los 2.000 msnm.
Las regiones polares son de gran importancia geopolítica por la gran cantidad de recursos naturales que allí existen. Entre estos están el agua dulce, los hidrocarburos y recursos minerales y pesqueros.
Índice del artículo
- 1 Características generales
- 2 Ubicación
- 3 Clima
- 4 Flora
- 5 Fauna
- 6 Relieve
- 7 Importancia geopolítica
- 8 Recursos naturales
- 9 Referencias
Ambas regiones polares tienen en común el clima frío extremo y la presencia del hielo como protagonista del paisaje. Más allá de eso, estas regiones muestran importantes diferencias.
Se trata de un área oceánica dominada por capas de hielo flotante, donde solo existe tierra firme en las costas periféricas continentales e islas. El hielo flotante o banquisa varía de 1 a 5 metros de espesor, formándose frecuentemente los llamados témpanos de hielo o iceberg.
Los icebergs son masas de hielo duro de grandes dimensiones que son arrastrados por las corrientes y solo emerge la octava parte de su volumen. Esto los convierte en un peligro para la navegación, como lo demostró el famoso caso del hundimiento del Titanic.
Suelos
Lo más relevante de los suelos de las escasas áreas terrestres de la región polar ártica es la presencia del permafrost. Estos son suelos con una capa permanentemente congelada, que se presenta de forma continua en zonas de temperaturas medias inferiores a -5 °C.
En aquellas áreas con temperaturas entre 0 °C y -5 °C se presenta un permafrost intermitente durante el año.
Deshielo
El calentamiento global está ocasionando el derretimiento de los hielos árticos, lo cual provoca alteraciones ambientales graves. Entre estas, se ven afectadas las corrientes marinas, al modificarse las temperaturas, así como se producen desequilibrios ecológicos.
Esta región es el cuarto continente en tamaño con 14 millones de kilómetros cuadrados. Salvo la península Antártica, que constituye el territorio más septentrional, el resto del continente está cubierto por una capa de hielo de 1,9 Km.
Uno de los graves problemas de esta región es el deshielo producto del calentamiento global. Al tratarse de tierra firme cubierta de hielo, la fundición de dicho hielo incorpora volumen al agua marina.
Por tanto, se genera el aumento del nivel del mar con los efectos negativos que esto acarrea a nivel mundial.
Icebergs
Producto de este proceso de deshielo, en la Antártida se generan los icebergs de mayor magnitud. Sin embargo, las corrientes marinas de la zona los mantienen confinados cerca del continente.
En la parte superior de la atmósfera existe una capa de ozono (O3) cuya función es filtrar los rayos ultravioleta provenientes del Sol. Esa capa se ha visto afectada a nivel mundial por el efecto de ciertos gases contaminantes que destruyen el ozono.
Fenómeno cíclico
La capa de ozono es más delgada sobre las regiones polares, denominándose a esas áreas agujeros de la capa de ozono. Se trata de un fenómeno cíclico anual, reduciéndose el espesor en la primavera y aumentando en verano.
Implicaciones
Esto trae como consecuencia que la penetración de la radiación ultravioleta es mucho mayor en las regiones polares, con los consecuentes efectos en el calentamiento global. Esto es especialmente relevante por el impacto en el derretimiento de los hielos polares que es más marcado sobre la Antártida.
Las regiones polares son las zonas que conforman casquetes en torno a los polos geográficos norte y sur de la Tierra.
Esto corresponde para la región polar norte el área delimitada por el círculo polar Ártico al norte del paralelo de latitud 66°33′52″ N.
Por su parte, para la región polar sur abarca el área definida al sur del paralelo de latitud 60º, denominado círculo polar antártico.
Las áreas que pertenecen a la región polar ártica están definidas por la isoterma de los 10 ºC en el mes de julio. Es decir, la línea que une todos los puntos cuya temperatura alcance los 10 ºC de máxima en el mes de julio.
En esos términos, el Ártico abarca toda la costa norte de Alaska (Estados Unidos), Canadá e islas Reina Elizabeth, Groenlandia (Dinamarca) y casi toda Islandia. Igualmente incluye la costa norte de Noruega, parte norte de Suecia y Finlandia, costa norte de Rusia, océano Ártico, mar de Bering y parte del Atlántico Norte.
El Tratado Antártico (1959) delimita esta región a partir del paralelo 60º, para incluir la totalidad de la Antártida (con toda la península Antártica). La soberanía de la Antártida está regida por este tratado firmado por 12 países y suscrito por otros 38.
Argentina y Chile tienen reclamos territoriales en la península Antártica, al igual que Australia, Francia, Nueva Zelanda, Noruega y Reino Unido.
En términos generales, las regiones polares presentan un clima frío extremo con largos inviernos que, en los polos geográficos, duran casi todo el año. La radiación solar es menor por el ángulo oblicuo en el que inciden los rayos solares, pero la radiación ultravioleta es alta por el reflejo de la nieve.
En ambas regiones hay al menos un día en el que no se pone completamente el Sol en 24 h (solsticio de verano). Igualmente existe un día en el que no sale completamente el Sol (solsticio de invierno). En los polos, tanto norte como sur, el invierno dura seis meses y el verano los otros seis meses.
A mediados de invierno la temperatura puede descender hasta -68 ºC, con vientos que pueden alcanzar hasta 97 Km/h. En las zonas periféricas la temperatura en verano asciende hasta los 10 ºC y las precipitaciones en forma de nieve y lluvia alcanzan entre 600 y 1.200 mm anuales.
Se trata de un extenso desierto helado con escasas precipitaciones (media de 10 mm) y temperaturas que pueden bajar hasta los -98 ºC. La media de temperatura en el verano no supera los 0 ºC, siendo la región más fría del planeta.
En estas regiones son comunes las inversiones térmicas, es decir un inusual incremento de la temperatura con la altura. Esto es debido a que el aire frío más denso permanece a nivel del suelo, mientras que el aire caliente asciende.
Debido al clima extremo la vegetación de las regiones polares es escasa, pero es posible encontrar algunos grupos representados.
La vegetación en la región Ártica está restringida a las costas continentales periféricas y las islas. En estas tierras domina el bioma Tundra, constituido fundamentalmente por musgos, así como algunas gramíneas y ciperáceas.
La isoterma de 10 ºC limita la línea de árboles septentrional, por lo que a partir del círculo polar ártico no se desarrollan bosques. Entre las especies de musgos más comunes están las de los géneros Sphagnum y Scorpidium y hay más de 1.000 especies de líquenes.
Entre las ciperáceas comunes en esta región están especies de los géneros Carex y Eriophorum. En el caso de las gramíneas, son frecuentas especies de los géneros Poa y Deschampsia.
El interior frío y seco del continente Antártico carece de vegetación, estando restringida a las zonas costeras, insulares y a la península Antártica. En estas áreas predominan las hierbas y musgos, con relevancia de las gramíneas.
Las especies de angiospermas en las escasas áreas costeras con vegetación son el pasto antártico (Deschampsia antartica) y el clavel antártico (Colobanthus quitensis). Es de resaltar que el pasto antártico posee la peculiaridad de ser resistente a la radiación ultravioleta.
Por otra parte, abundan los musgos, líquenes, hongos, algas terrestres y acuáticas. De los hongos se conocen cerca de 75 especies e igual número de especies de musgos.
Aunque se encuentra fauna terrestre, sobre todo en la región polar ártica, la mayor diversidad está en la fauna acuática.
Mamíferos terrestres
En la región ártica habitan carnívoros como el oso polar (Ursus maritimus), el lobo ártico (Canis lupus arctos) y el zorro ártico (Vulpes lagopus). También herbívoros tales como el reno (Rangifer tarandus), el buey almizclero (Ovibos moschatus) y la liebre ártica (Lepus arcticus).
Mamíferos marinos
Entre los mamíferos marinos están la morsa (Odobenus rosmarus) y diversas especies de focas como la foca barbuda (Erignathus barbatus). También habitan esta región el narval (Monodon monoceros), la beluga (Delphinapterus leucas) y ballenas como la ballena de Groenlandia (Balaena mysticetus).
Aves
Entre las aves se encuentra el búho nival (Bubo scandiacus) y el charrán ártico o gaviotín ártico (Sterna paradisaea).
Aves
Las aves más características de esta región son los pingüinos (familia Spheniscidae), con 6 géneros y 18 especies. Entre estas especies están el pingüino emperador (Aptenodytes fosteri) y el pingüino real (Aptenodytes patagonica).
También habitan aquí albatros como el denominado albatros errante (Diomedea exulans) y petreles como el petrel gigante (Macronectes giganteus). Igualmente, se presentan los cormoranes (familia Phalacrocoracidae), con el cormorán de ojos azules (Phalacrocorax atriceps) que habita en la península Antártica.
Focas
En la región polar antártica existen 5 especies de focas, entre ellas la foca de Weddell (Leptonychotes weddellii) y la foca cangrejera (Lobodon carcinophagus). También encontramos al leopardo marino o foca leopardo (Hydrurga leptonyx) y al elefante marino austral (Mirounga leonina).
Ballenas
En las aguas de la región antártica habitan especies de dos órdenes de ballenas, las ballenas desdentadas y las dentadas. Entre las primeras está la ballena azul (Balaenoptera musculus), mientras que entre las dentadas está la orca (Orcinus orca).
La casi totalidad del área de la región polar ártica consta de agua, estando la tierra firme restringida a Groenlandia y las costas continentales. Mayormente se trata de tierras bajas costeras, con excepción de la meseta siberiana y la península de Taimir en Rusia.
Igualmente, se presentan las estribaciones más septentrionales de las montañas Rocosas en Alaska en Norteamérica y los Montes Escandinavos al norte de Europa.
Es el continente con mayor altura promedio, alcanzándose en muchas áreas alturas superiores a los 2.000 msnm. Aunque los mapas mediante imágenes de radar muestran un relieve escabroso, la gruesa capa de hielo que lo cubre lo uniformiza en gran medida.
El punto terrestre más profundo en tierra continental está en el este de la Antártica, bajo el glaciar Denman. Este glaciar es un cañón de 20 Km de ancho lleno de hielo con una profundidad de 3,5 Km debajo del nivel del mar.
Las regiones polares tienen gran importancia geopolítica por la existencia en ellas de yacimientos de minerales estratégicos. De igual forma, los procesos climáticos que en ellas suceden son determinantes para el equilibrio ambiental del planeta.
Por otra parte, los recursos pesqueros y vías de navegación marítima y aérea son también de gran relevancia estratégica.
Según el Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, el Ártico es estratégico dado los extensos recursos de hidrocarburos que existen allí. Según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, se han descubierto 61 grandes campos de petróleo y gas natural en el Ártico.
De estos campos, 43 pertenecen a Rusia, 11 a Estados Unidos, 6 a Canadá y 1 a Noruega. Tomando en cuenta que estas áreas son objeto de disputas territoriales, debe considerarse una fuente potencial de conflictos geopolíticos.
A diferencia de la región polar ártica, en la Antártida hay mayor incertidumbre respecto a los recursos minerales existentes. Esto tiene que ver con limitaciones tecnológicas para explorar la tierra bajo una capa de hielo de más de dos kilómetros de espesor.
Por otra parte, existen limitaciones para la explotación de minerales impuestas por los tratados internacionales. Se estima que la mayor parte de los hidrocarburos accesibles están en las cuencas de los mares de Weddell, Bellingshausen y Ross.
Por las dificultades climáticas para la exploración del territorio se considera que deben existir recursos minerales aún desconocidos en las regiones polares. Sin embargo, de lo que ya se conoce existen importantes recursos naturales tanto en el Ártico como en la Antártida.
La Antártida posee el 90% del hielo del planeta y almacena más del 70% del agua dulce.
Se estima que el 25% de los hidrocarburos aún no descubiertos están en el Ártico, 80% de los cuales están en el subsuelo oceánico.
Ártico
Se calcula que en el subsuelo del océano Ártico hay importantes reservas de estaño, manganeso, oro, níquel, plomo y platino.
Antártida
En la Antártida hay grandes yacimientos de carbón en las montañas transantárticas y hierro cerca de la montaña de Antártida oriental de Príncipe Charles. De igual forma, se considera que existen importantes reservas de oro y cobre en este continente.
Las aguas frías del océano Ártico y del océano Antártico son ricas en nutrientes y albergan gran cantidad de recursos pesqueros. Un ejemplo de esto es la pesca del bacalao ártico en el Mar de Barents.
Recientemente (2017) se estableció un convenio internacional para prohibir la pesca en el centro del océano Ártico. Esto busca permitir que se realicen los estudios científicos necesarios para realizar una explotación racional de estos recursos.
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