Historia

Edad Media: origen, características, etapas, feudalismo, final


La Edad Media fue el periodo de la historia de la humanidad que abarcó desde el siglo V hasta el siglo XV. Aunque las fechas son orientativas y hay varias opiniones entre los historiadores, tradicionalmente se ha señalado la caída del Imperio Romano de Occidente como su inició y la caída de Constantinopla como su finalización.

El término Edad Media fue creado entre los siglos XIV y XV, cuando Europa estaba evolucionando hacia el Humanismo y el Renacimiento. Para los intelectuales de esa época, ese periodo intermedio entre la antigüedad clásica y los nuevos tiempos había tenido un carácter oscuro y decadente, muy marcado por la influencia absoluta de la Iglesia.

Por otra parte, la Edad Media es un concepto eminentemente europeo. En otras partes del mundo, como en Asia o en América, las características de ese periodo cronológico fueron muy diferentes. A pesar de eso, al final del medievo los contactos con civilizaciones no europeas fueron ampliándose, muchas veces en forma de guerra.

Este periodo se divide en tres etapas, aunque muchos historiadores consideran a la primera de ellas, la Temprana Edad Media, como un periodo de transición. Las otras dos fueron la Alta Edad Media y la Baja Edad Media. Entre sus características más importantes se encuentran el mencionado poder de la Iglesia y el establecimiento del sistema feudal.

Índice del artículo

Origen

La Edad Media abarcó diez siglos de la historia de la humanidad, desde el siglo V hasta el XV. Para acotarla, los historiadores han usado tradicionalmente dos sucesos de gran trascendencia: la caída del Imperio Romano de Occidente, en el 476 d. C. y la conquista de Constantinopla, en 1453 d. C. Otros prefieren marcar su final en el descubrimiento de América, en 1492.

La invención de la imprenta o el final de la Guerra de los Cien años también han sido utilizados como fechas indicativas de la finalización de ese periodo.

Estas fechas, no obstante, no son referencias fijas, ya que la historia es un proceso continuo en el que no existen rupturas bruscas.

Inicio de la Edad Media

Como se ha señalado, muchos historiadores señalan que la Edad Media comenzó en el 476 d. C., con el fin del Imperio Romano de Occidente. Sin embargo, solo se trata de una fecha aproximada, ya que el proceso que dio lugar al paso desde la Antigüedad clásica a este nuevo periodo fue progresivo y largo.

Algunos autores señalan que ese proceso de transición se prolongó durante cinco siglos y que comenzó con la crisis del siglo III que puso en problemas el modelo esclavista de producción económica.

Igualmente, también influyeron factores climáticos, las malas cosechas y las epidemias. A esto hay que unir las primeras invasiones germánicas y algunas revueltas protagonizadas por los campesinos. El Imperio romano entró en crisis y fue adquiriendo una forma cada vez más medieval, especialmente tras las reformas de Diocleciano.

Estas reformas provocaron que la sociedad se hiciera más rural y aumentó la importancia de la aristocracia, dos elementos clave en el feudalismo.

Otro factor importante fue la declaración del cristianismo como religión oficial, así como la división del Imperio al crearse el Imperio Romano de Oriente.

Características generales de la Edad Media

Los humanistas del Renacimiento crearon el término Edad Media con un propósito despectivo. Para ellos, esa etapa había sido una época oscura entre dos momentos de gran esplendor.

Sin embargo, esa consideración de época de retroceso no es totalmente cierta. En algunos campos, como el arte, esta etapa mostró ejemplos de gran interés.

La religión como base fundamental de la sociedad

La religión católica se convirtió en el eje de toda la sociedad. La Iglesia y el resto de instituciones religiosas adquirieron un gran poder, muchas veces superior al de los propios reyes y nobles. El control de las creencias religiosas era utilizado como una forma de evitar que la población se rebelara.

Los eclesiásticos fueron una de las pocas clases sociales con acceso a la educación y eran los encargados de impartirla a unos pocos elegidos.

Europa en esta época era teocéntrica y todo se explicaba mediante conceptos religiosos. Se consideraba que la realidad era un producto de la voluntad divina.

El miedo y la obediencia a los dogmas

En relación con el punto anterior, la Iglesia y el resto de los poderes propiciaba la existencia de un alto nivel de miedo entre la población. Esta era, en su gran mayoría, analfabeta y solo recibían información sobre los fenómenos naturales desde un punto de vista religioso. Esto llegaba a extremos que provocaba actitudes de fanatismo y persecución.

Según los dogmas de la época, las enfermedades u otros aspectos negativos eran provocados por la brujería o la intervención del demonio. Las epidemias eran consideradas castigos divinos y el temor de la llegada del fin del mundo produjo fenómenos como el milenarismo del año 1000 d. C.

Entre los conceptos que la Iglesia trató de promover entre la población estaban en de la culpa, el de los pecados y el de la obligación de mantener la virtud.

División católica

El poder acumulado por la Iglesia católica se vio mermado por una gran crisis interna que finalizó con su división temporal en 1378. Ese año, tras la muerte de Gregorio XI, los cardenales romanos eligieron como nuevo pontífice a Urbano VI. Sin embargo, un grupo de cardenales disidentes proclamó a Clemente VII como papa, con sede en Aviñón, Francia.

Organización política

El sistema de gobierno durante la Edad Media era la monarquía, aunque esta institución perdió parte de su poder con la implantación del feudalismo.

En el comienzo de este periodo, los monarcas gozaban de casi todas las atribuciones y algunos extendieron sus territorios hasta formar grandes imperios.

Sin embargo, a partir del siglo XI la situación fue cambiando con la llegada del sistema feudal. Aunque el rey mantenía su posición, el poder fue repartiéndose con los señores feudales. Estos eran nobles que gobernaban sus tierras de manera independiente y que rendían vasallaje al monarca.

La defensa de los territorios estaba en manos de estos nobles, con lo que las casas reales tenían una posición de debilidad frente a ellos.

Los castillos fueron uno de los símbolos de este tipo de organización. En cinco siglos, entre el año 1000 y el 1500, se construyeron un gran cantidad de este tipo de estructuras, destinadas a servir como residencia de los señores feudales y como defensa ante posibles ataques.

Grandes diferencias sociales

La sociedad medieval estaba totalmente dividida en clases sociales jerarquizadas: la nobleza, incluido el rey, el clero y los campesinos. Entre ellas existían grandes diferencias de derechos y obligaciones.

La clase más baja y más numerosa, el campesinado, apenas tenían derechos. Su rol era trabajar en las tierras de sus señores para proporcionar alimentos para todos. Con mucha frecuencia, estos trabajadores agrícolas sufrían abusos por parte de los más privilegiados, además de tener que pagar tributos y diezmos.

La nobleza conformaba la clase social más alta y eran favorecidos con derechos especiales. La gran mayoría no trabajaban más allá de dirigir sus negocios y sus tierras. Aunque tenían acceso a la educación, muchos de ellos no lo aprovechaban.

Entre las ocupaciones más frecuentes de estos nobles se encontraba la vida militar, como altos mandos del ejército. Igualmente, eran los propietarios de las tierras trabajadas por los campesinos. Con el sistema feudal, su poder aumentó hasta el punto de llegar a ser superior al del propio monarca, que era consideraron el “primero entre iguales”.

El clero, por su parte, formaba también parte de las clases privilegiadas. Estaban exentos de tributos y podían acceder a posiciones de gran poder. Además, se trataba del grupo con mayor nivel de educación de la época.

Toda esta estructura social comenzó a cambiar en la última parte de la Edad Media, cuando surgió una nueva clase: la burguesía.

Posición de nacimiento

La pertenencia a una de las mencionadas clases sociales, con la excepción de clero, estaba determinada por el nacimiento. Si se nacía en el seno de una familia noble, los descendientes también los serían, mientras que los hijos de los campesinos estaban destinados a serlo ellos también.

Solo en el caso de los miembros de la Iglesia era posible cambiar de clase social. Entre los menos favorecidos era de las pocas maneras de mejorar su posición, aunque solo podían acceder a los cargos menores. Por su parte, era frecuente que los hijos de los nobles que no fueran a heredar optaran por la carrera eclesiástica.

Economía

Las principales actividades económicas durante la Edad Media fueron la agricultura y la ganadería. Eran la principal fuente de riqueza y la base de la economía.

El sistema feudal estaba organizado de tal manera que los aldeanos trabajaban las tierras de sus señores a cambio de un tributo, económico o en especies. La posesión de esos terrenos era la principal diferenciación económica entre ricos y pobres.

Antes de implantarse ese sistema existía un grupo de campesinos denominados libres. Con el tiempo, empezaron a depender cada vez más de los señores feudales, con lo que apareció la figura del siervo. Estos, como se ha señalado, estaban obligados a pagar una renta para poder trabajar la tierra.

Durante el Imperio romano, el comercio había llegado a cobrar bastante importancia. Sin embargo, las invasiones de los pueblos germánicos y la aparición del Imperio musulmán provocaron que esta actividad decayera.

Con el tiempo, el comercio recobró parte de su importancia. Con la producción de excedentes, los mercados fueron ampliándose. Los campesinos pudieron empezar a intercambiar y vender sus productos.

Además, empezó a potenciarse el comercio de larga distancia, centrado en los productos considerados de lujo.

La aparición de comerciantes fue uno de los factores que provocó que el feudalismo se debilitara y que la economía evolucionara hacia un sistema capitalista.

Inicio de la burguesía

A esta actitud mercantil también se le unió el surgimiento de diferentes oficios y profesiones, cuyos trabajadores empezaron a organizarse en gremios. Esta circunstancia fue especialmente notable en las ciudades, en las que proliferaron artesanos, comerciantes y orfebres.

Todos esos gremios darían lugar a la aparición de la burguesía. Esta clase social estaba formada por individuos pertenecientes a la clase no privilegiada, pero su creciente poder económico provocó que fueran fundamentales en la siguiente etapa histórica.

Las cruzadas

Entre los acontecimientos que más marcaron la época medieval se encuentran las cruzadas. Estas fueron un conjunto de guerras religiosas, hasta nueve en total, en la que los soldados cristianos apoyados por el papado trataron de conquistar las tierras consideradas sagradas de Oriente Medio.

Las cruzadas tuvieron en general una concepción religiosa, pero también existieron otros factores importantes. Por una parte, la Iglesia las utilizó para afianzar su poder y, por otro, los intereses comerciales de las ciudades-estado italianas trataron de aprovecharlas para abrir nuevas rutas en la zona.

Aunque las primeras cruzadas consiguieron recuperar Jerusalén y otros lugares, el resultado final fue un fracaso. Los reinos cristianos establecidos en oriente fueron reconquistados por los musulmanes y, además, el Imperio bizantino quedó dividido por la acción de los propios cruzados. Su debilitamiento abrió las puertas a la conquista de Constantinopla.

Educación

La educación en la Edad Media solo estaba reservada para las clases privilegiadas: la nobleza y, especialmente, el clero. Estos últimos no solo tenían derecho a recibirla, sino que también eran los encargados de impartirla.

Las materias presentes en la educación eran bastante pocas: lenguas, derecho, medicina y teología. Además, los religiosos controlaban que el estudio de los clásicos no abarcara aspectos que pudieran ser contrarios a los dogmas de la Iglesia. El método de estudio era eminentemente memorístico.

En el aspecto positivo, en este periodo aparecieron las primeras universidades. Estas, aunque reservadas a los más privilegiados, acabarían convirtiéndose en focos de nuevos inventos e ideas.

Cultura y arte

Uno de los aspectos que rompe la tradicional creencia que afirma que la Edad Media fue un periodo decadente es el de la cultura. Aunque el control religioso era casi absoluto en el arte y la literatura, el medievo dejó importantes creaciones.

Entre los escritos que sobrevivieron a la labor vigilante de los religiosos se encuentran los relatos místicos y aquellos que trataban sobre la propia tradición judeocristiana. Otra temática que alcanzó gran popularidad fue la del amor cortés, sobre todo en lengua romance.

Los grandes poemas épicos fueron típicos de la literatura germánica, con obras como Beowulf o el Cantar del Mio Cid.

Otros campos de las artes, como la pintura, la escultura o la arquitectura, también dejaron grandes obras, entre las que destacas de manera notable las grandes catedrales. Durante la Edad Media, el estilo fue evolucionando, aunque destacaron especialmente el Románico y el Gótico.

Avances técnicos y científicos

Aunque el peso de la religión en la Edad Media limitó mucho las investigaciones científicas, estas se produjeron y permitieron algunos avances técnicos. En muchas ocasiones, los investigadores tuvieron que enfrentarse con la Iglesia, que estaba centrada en confirmar la vigencia de los dogmas y se negaba a las novedades.

En el campo de la ciencia se produjeron avances en conocimientos astronómicos, mecánicos o en la epistemología. Como se ha señalado, algunos de ellos no fueron sencillos y científicos como Copérnico sufrieron persecuciones por parte de los tribunales eclesiásticos por difundir datos que contradecían a la Biblia.

El avance científico se intensificó a finales de este periodo. Fue entonces cuando aparecieron nuevos movimientos ideológicos que fueron fundamentales para la llegada del Renacimiento. Además, algunos investigadores recogieron aportes de otros pueblos, como el árabe o el chino.

Los avances técnicos, centrados en lo práctico, sufrieron menos problemas con la Iglesia. Entre los más importantes se encuentran los anteojos, las brújulas, los arados metálicos, las primeras armas de fuego o los primeros relojes.

Uno de los acontecimientos que, para muchos historiadores, marcaron el final de la Edad Media fue, precisamente, un invento: la imprenta. Gracias a ella, los escritos pudieron llegar a más personas y dejaron de ser un bien exclusivo solo del clero.

Etapas de la Edad Media

La Edad Media, con sus diez siglos de duración, es una de las etapas más extensas de toda la historia. Aunque tradicionalmente se ha dividido entre Alta Edad Media y Baja Edad Media, en los últimos años se ha añadido una tercera fase en su inicio y que sirve de transición desde el periodo anterior: la Temprana Edad Media.

Temprana Edad Media

Los historiadores afirman que la transición entre la Antigüedad clásica y la Edad Media fue desarrollándose durante un largo periodo de tiempo. Así, la llamada Antigüedad Tardía y la Temprana Edad Media habrían sido las etapas que se produjeron durante esa evolución histórica.

Esta primera parte de la Edad Media comenzó a finales del siglo V y se prolongó hasta el siglo VII. Fue en este periodo cuando las culturas germánicas llegadas a Europa y la latina heredera del Imperio romano empezaron a mezclarse.

El Imperio romano de occidente se desintegró y su lugar fue ocupado por los Reinos Romano Germánicos. En algunas zonas de Europa aparecieron reinos más débiles, como el de los visigodos en España o el de los sajones en Inglaterra.

Fue también en esta etapa cuando nació la nueva gran potencia continental: el Imperio Carolingio. Su aparición se produjo cuando Pipino III controló con ayuda del papa a los dos grandes reino existentes, en manos de los merovingios.

Su heredero, Carlomagno, logró unificar gran parte del continente bajo su reino, tanto en lo político como en lo cultural.

Por otra parte, en este periodo se produjo la gran expansión musulmana. Los pueblos árabes conquistaron todo el norte de África, extensas zonas del Mediterráneo y la mayor parte de la actual España.

En el ámbito cultural, la Temprana Edad Media fue el momento en el que surgió la vida monástica y, con ella, la reclusión del conocimiento en los monasterios. El estilo arquitectónico propio de esta etapa fue el románico.

Por último, la economía dejó de estar basada en el sistema de producción esclavista que había sido propio de la última etapa del Imperio romano. En su lugar, comenzó a aparecer el feudalismo, que marcaría toda la Edad Media en lo económico y en lo social.

Alta Edad Media

La Alta Edad Media comprendió desde el siglo IX hasta el siglo XI. Durante estos siglos, el feudalismo se implantó por completo en la sociedad. Este sistema se caracterizaba por el trabajo de los siervos en las tierras de los señores feudales. A cambio, debían pagar un tributo.

En el aspecto político, el poder empezó a descentralizarse. Aunque los reyes mantuvieron su posición tuvieron que empezar a compartir sus atribuciones con los grandes señores pertenecientes a la nobleza.

Con la disgregación del Imperio carolingio, Europa pasó por una etapa urbanizadora, además de vivir un fuerte incremento de las fuerzas militares.

Por otra parte, este periodo del medievo estuvo marcado por un gran aumento de la población. La nueva organización política y social y la mejora en las cosechas permitieron que la demografía aumentara.

Baja Edad Media

La Baja Edad Media comenzó a principios del siglo XII y se prolongó hasta mediados del siglo XV, según los que sitúan su final en la caída de Constantinopla, o en 1492, de acuerdo a los que señalan el descubrimiento de América como el hecho que provocó el cambio de época.

En sus inicios, fue un periodo de apertura en el que las ciudades ganaron importancia frente al mundo rural. Buena parte de este cambio se debió a las actividades comerciales y gremiales, que acabaron provocando la aparición de una nueva clase social: la burguesía. El resultado fue el lento declive del feudalismo en favor del capitalismo.

Otro de los acontecimientos que marcaron este periodo fue la epidemia de la peste negra. Según los expertos, esta enfermedad causó la muerte de entre 25 y 50 millones de personas en Europa. El desastre humano fue impresionante: el continente pasó de contar con 80 millones de habitantes a tener solo 30 millones en 1353.

Esta epidemia, junto con los cambios climáticos que provocaron pobres cosechas, provocaron la gran crisis que se desató en el siglo XIV. A principios del siglo XV, con la crisis aún presente, estalló la guerra de los Cien Años, que enfrentó a Francia y a Inglaterra. La victoria de los franceses fue fundamental para fortalecer el país.

La Iglesia también pasó por su propia crisis en esta etapa. La corrupción que se desarrollaba en su seno, la venta de indulgencias y otros factores provocaron la aparición del protestantismo y la pérdida de influencia de Roma en buena parte del continente.

Sistema feudal

Una de las características que distingue a la Edad Media de otras épocas de la historia fue su sistema de producción feudal. Este, que afectó también al modo de organización política y social, sustituyó al modelo esclavista anterior.

El feudalismo

De manera resumida, el feudalismo podría definirse como el sistema en el que un hombre libre, llamado vasallo, adquiere la obligación de obedecer y servir a otro hombre libre más poderoso.

Los vasallos tenían que participar en las cuestiones militares de defensa del señorío, además de cumplir con las órdenes que le diera el señor. A cambio, este debía proteger al vasallo y proporcionarle tierras para su sustento. Esas tierras eran denominadas feudos.

En un primer momento, el sistema feudal estaba centrado en el aspecto militar, pero evolucionó hasta conceder a los señores la capacidad de impartir justicia, liderar militar y administrativamente su feudo y de cobrar tributo a los vasallos.

La palabra feudalismo procede del término feudo, que denominaba al territorio que los reyes del medievo entregaban a los nobles a cambio de determinados servicios.

El sistema feudal comenzó a debilitarse a partir del siglo XV. Empezó entonces un periodo de transición en el que se mantuvieron algunos rasgos de ese sistema mientras comenzaban a aparecer otros pertenecientes al modelo capitalista.

Sistema de vasallaje y feudo

Como se ha señalado, el sistema feudal estaba basado en el vasallaje y el feudo. El primer concepto aludía a una relación política y jurídica, mientras que el segundo a una económica y social.

En este sistema, los reyes entregaban feudos a sus vasallos, en este caso pertenecientes a la nobleza. Estos nobles, por su parte, otorgaban sus propios feudos a otros vasallos, con lo que se convertían en señores.

En la mayoría de las ocasiones, el monarca concedía esos feudos o territorios a los nobles que habían destacado por sus servicios o en alguna guerra. Con esta entrega, el rey no solo pretendía premiar a los más valiosos de sus vasallos, sino que intentaba asegurar la defensa y la unión de su reino.

La entrega se realizaba mediante un acto revestido de gran solemnidad y que constaba de tres fases: homenaje, juramento de mantenerse fiel y la investidura.

Los vasallos

El señor feudal se comprometía a proporcionar los medios para que el vasallo pudiera mantenerse y a ofrecerle protección. A cambio, el vasallo debía ayudar a su señor si aparecía cualquier tipo de amenaza, casi siempre militar. Con el tiempo, los grandes señores crearon poderosos ejércitos con sus vasallos.

Además, si algún señor era capturado por sus enemigos, sus vasallos estaban obligados a pagar el rescate para que fueran liberados. Igualmente, tenían que aportar dinero para la armadura que vestía el primogénito del señor cuando era armado caballero. Las cruzadas también fueron sufragadas en parte con las aportaciones de esos vasallos.

Ese vasallaje era, finalmente, una relación entre dos hombre libres, aunque de distinta categoría. El más poderoso se convertía en el señor del otro, que pasaba a ser su vasallo.

Plebeyos

El tercer estamento dentro de la sociedad feudal estaba conformado por los plebeyos, las clases más bajas. Esta clase, la más numerosa, incluía desde los siervos, hombre libres pero sin derechos políticos, a los esclavos. Además, existían también otros hombres libres que gozaban de limitados derechos políticos y era dueños de pequeñas extensiones de tierra.

Los siervos estaban obligados a pagar un tributo al señor feudal a cambio del derecho a trabajar sus tierras para poder obtener alimento. Esto llevó a que los campesinos solo pagaran impuestos a sus señores y no al Estado central.

Dentro de los hombres libres se encontraban los artesanos y comerciantes. Con el tiempo, los que practicaban estos oficios comenzaron a abrir sus propias tiendas y a acumular riqueza. A finales de la Edad Media, serían quienes darían paso a la formación de la burguesía.

Final de la Edad Media

Como ocurre con su inicio, no existe un momento exacto en el que la Edad Media se diera por terminada. Los historiadores suelen fijarse en dos fechas relevantes: e 1453, con la caída de Constantinopla en manos de los turcos, o 1492, con el descubrimiento de América.

Aparte de estos dos acontecimientos, el final de la Edad Media estuvo marcado por otros sucesos importantes. Entre ellos se encuentran el cisma religioso de occidente o las distintas oleadas de epidemias de peste.

Por otra parte, las malas cosechas provocadas por el clima y por la muerte de millones de campesinos por la enfermedad hicieron que el sistema feudal entrara en crisis y los precios se incrementaran.

La dificultad para sobrevivir provocó varios levantamientos de campesinos en contra de los señores feudales. Estos fueron perdiendo parte de su poder en favor de los reyes.

Muchos campesinos emigraron a las ciudades y engrosaron los nacientes gremios, la base de la burguesía.

Crisis del siglo XIV

Después del periodo de esplendor económico y crecimiento demográfico que supusieron los siglos XII y XIII, Europa frenó su desarrollo durante el siguiente siglo.

Las causas fueron las malas cosechas provocadas por el clima, lo que supuso que buena parte de la población pasara por episodios de hambruna.

La mencionada peste negra aceleró el efecto de la crisis. Se estima que la epidemia comenzó en Europa en 1348, transmitida por las ratas que llegaban en los barcos mercantes desde Asia.

Por último, el continente sufrió el ataque de los turcos y los mongoles en el este, mientras que Inglaterra y Francia batallaban en la larga guerra de los Cien Años (1337-1453).

Formación de los grandes estados europeos

En el ámbito político los cambios también fueron considerables. Los reyes fueron restando poder a la nobleza y se consolidaron algunos de los grandes estados europeos.

Los emperadores alemanes vieron como su autoridad quedaba limitada al territorio germano, que permaneció dividido en varios estados. Finalmente, el poder imperial pasó a la Casa de Luxemburgo, primero, y más tarde a la Habsburgo.

La mencionada guerra de los Cien Años comenzó cuando Carlos IV de Francia falleció sin dejar heredero en 1328. Los nobles franceses decidieron que su sucesor debía ser Felipe de Valois, pero Eduardo III de Inglaterra, vasallo del monarca francés en los territorios que tenía en Francia, no aceptó esa decisión.

El comienzo de la guerra fue muy negativo para los franceses, que además sufrieron varias rebeliones populares. Fue en este conflicto en el que surgió la figura de Juana de Arco como representante de la resistencia popular francesa frente a los ingleses.

Sin embargo, Francia se recuperó durante el reinado de Carlos VII, a partir de 1422. Así, consiguieron expulsar a los ingleses de sus dominios continentales, exceptuando Calais.

Inglaterra sufrió entonces una guerra civil, la de las Dos Rosas, que se prolongó durante 30 años (1455-1485). Este conflicto enfrentó a la casa de Lancaster contra la de York. Finalmente, el heredero de ambas casas, Enrique VII, subió al trono y fundó la dinastía Tudor.

En la otra parte de Europa, el Imperio bizantino desapareció completamente tras la conquista de Constantinopla por parte de los turcos.

Expansión ultramarina

La caída de Constantinopla afectó seriamente a las rutas comerciales que unían Europa con Asia. Los comerciantes tuvieron que buscar nuevas vías más seguras.

El país que tomó la iniciativa en la apertura de nuevas rutas fue Portugal. Más adelante, España se unió a esta carrera. En uno de los viajes que trataban de encontrar una manera más segura de llegar a Asia, Cristóbal Colón descubrió América para los europeos.

Temas de interés

Principales acontecimientos de la Edad Media.

Filósofos medievales.

Literatura medieval.

Referencias

  1. Ruiz, Gonzalo. La Edad Media – Inicio, características, etapas y final del medievo. Obtenido de sobrehistoria.com
  2. Universidad de Jaén. Época medieval. Obtenido de ujaen.es
  3. La aventura de la historia. Edad Media. Obtenido de laaventuradelahistoria.es
  4. History.com Editors. Middle Ages. Obtenido de history.com
  5. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Middle Ages. Obtenido de britannica.com
  6. Ducksters. Middle Ages for Kids. Obtenido de ducksters.com
  7. Snell, Melissa. The Early, High and Late Middle Ages. Obtenido de thoughtco.com
  8. Infoplease. Middle Ages: The High Middle Ages. Obtenido de infoplease.com