Delfín rosado: características, hábitat, alimentación, comportamiento
El delfín rosado (Inia geoffrensis) es un mamífero placentario que forma parte de la familia Iniidae. La característica principal de esta especie es su coloración rosada, la cual adquieren en la etapa adulta. Los machos suelen tener un tono más fuerte que las hembras, además de ser más grandes y pesados que estas.
Dicha especie es la más grande de los delfines que habitan en ríos. Posee un cuerpo aerodinámico, que termina en una aleta caudal triangular. En el dorso presenta una larga y angosta cresta, que tiene forma de quilla. Con relación a las aletas pectorales, son de gran tamaño.
El delfín del río boto, como también es conocida esta especie, no tiene las vértebras cervicales unidas, tal como ocurre en la mayoría de los cetáceos. Por consiguiente, este animal puede girar su cabeza.
Esta particularidad en su sistema esquelético, unido al tamaño de sus aletas, permiten que el Inia geoffrensis tenga una excelente maniobrabilidad, cuando navega entre las plantas sumergidas del bosque inundado, en búsqueda de sus presas.
Los dientes de este cetáceo están anatómicamente diferenciados. Así, los anteriores son afilados y cónicos, mientras que los dientes posteriores son anchos y planos.
Índice del artículo
- 1 Características del delfín rosado
- 2 Ecolocalización
- 3 Taxonomía y subespecies
- 4 Hábitat y distribución
- 5 Estado de conservación
- 6 Reproducción
- 7 Alimentación
- 8 Comportamiento
- 9 Referencias
El delfín rosado presenta un dimorfismo sexual muy marcado, donde el macho es alrededor de un 16% más largo y un 55% más pesado que la hembra. Esta característica es muy resaltante entre los cetáceos de río, ya que generalmente en este grupo, la hembra es más grande que el macho.
Así, el macho mide 255 centímetros y pesa 207 kilogramos. En cuanto a la hembra, tiene un largo de 225 centímetros y una masa corporal de aproximadamente 153 kilogramos.
La contextura del Inia geoffrensis es corpulenta y pesada, pero, aunque parezca contradictorio, tiene un cuerpo muy flexible. En este sentido, las vértebras cervicales no están fusionadas, por lo que permiten que la cabeza se mueva en todas las direcciones.
El delfín rosado carece de aleta dorsal, sin embargo, presenta una especie de quilla. Esta no es muy alta, pero si es alargada, extendiéndose desde la mitad del cuerpo hasta la región caudal. Con relación a la aleta caudal, es triangular y ancha.
En cuanto a las aletas pectorales, tienen un gran tamaño y su forma es de remo. Así, es capaz de realizar movimientos circulares, pudiendo de esta manera maniobrar el nado entre la vegetación de bosque inundado. No obstante, esta característica le restringe velocidad durante el desplazamiento.
El color del cuerpo presenta variaciones de acuerdo a la edad. Así, el recién nacido y el juvenil son de color gris oscuro, mientras que, en la adultez temprana, el tono del cuerpo se torna gris claro. Una vez que el desarrollo corporal ha finalizado, el adulto tiene una coloración rosada sólida o con pequeñas manchas.
El Inia geoffrensis puede ser totalmente rosado o tener el vientre blanco. En la gran mayoría de las especies, el macho es más rosado que la hembra. Algunos adultos tienen la superficie dorsal más oscura, lo que pudiera estar asociado a la temperatura, a la claridad del agua y a la ubicación geográfica.
El cráneo del delfín rosado presenta una menor asimetría que el resto de los odontocetos. En la frente tiene un melón de pequeño tamaño, que, por medio del control muscular, el animal puede modificar su forma. Esto lo hace especialmente cuando es utilizado para la ecolocación.
Tiene un hocico largo, estrecho y prominente, donde se encuentran pelos sensoriales especializados, conocidos como vibrisas. Estos funcionan como órganos de detección de las presas, cuando se encuentran en el fondo fangoso de los ríos.
La dentición de esta especie es inusual entre los cetáceos, ya que las piezas dentales están claramente diferenciadas. Los dientes delanteros son cónicos y afilados, mientras que los traseros son planos y anchos. Además, estos últimos tienen rebordes en la parte interna de la corona.
En cada mandíbula existen entre 23 y 35 dientes. Estos tienen una superficie rugosa, debido a que la capa de esmalte tiene como pequeños pliegues. Los dientes frontales son utilizados para sostener a las presas, y los molares, ubicados en la parte posterior, se encargan de moler los alimentos antes de ser digeridos.
Este tipo de dentadura le permite al delfín rosado comer pescado, como characins y pirañas, pero también puede alimentarse de presas con piel más dura, como el bagre, o con caparazón, como los cangrejos o las tortugas.
El delfín rosado habita principalmente en los cauces de los ríos Amazonas y Orinoco en Venezuela, Brasil, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia. Las aguas de estos ríos amazónicos generalmente no son cristalinas.
Debido a esto, para localizar a sus presas no utiliza exclusivamente su visión. También emplea la ecolocación. Para esto, el animal emite una serie de sonidos, conocidos como clics, que cuando impactan sobre un objeto, las ondas sonoras se devuelven.
Estas son captadas por un órgano llamado melón, que se encuentra en la frente del cetáceo. Así, cuando el cerebro interpreta dichas señales, el delfín rosado puede conocer la distancia en la que se encuentra el objeto y hasta algunas de sus características.
No obstante, la ecolocación en las aguas de poca profundidad y en los bosques inundados, donde habita el delfín rosado, pudiera ocasionar muchos ecos. Así, por cada clic emitido, probablemente retornen numerosos ecos, dificultando el proceso de obtención de la información.
Así, dicha especie amazónica vocaliza clics de menor potencia que los de otras ballenas dentadas, de un tamaño similar. De esta manera, solo aquellos objetos cercanos emiten ondas detectables, por lo que el rango biosonar es reducido.
El delfín rosado no produce un nuevo clic hasta que no haya recibido todos los relacionados con el emitido anteriormente. De esta manera, tienen un alto grado de actualización acústica, que contribuye en el rastreo de presas en ríos poco profundos, donde pueden esconderse con facilidad.
Además, el Inia geoffrensis disminuye de manera gradual los intervalos entre cada clic y los niveles de salida. Así mismo, cuando el animal se acerca a su presa, amplía el ancho del haz biosonar. De esta manera abarca un mayor rango y puede detectar si el pez está tratando de escaparse.
-Reino: Animal.
-Subreino: Bilateria.
-Filum: Cordado.
-Subfilum: Vertebrado.
-Infrafilum: Gnathostomata.
-Superclase: Tetrapoda.
-Clase : Mamífero.
-Subclase:Theria.
-Infraclase: Eutheria.
-Orden: Cetacea.
-Suborden: Odontoceti.
-Familia: Iniidae.
-Género: Inia.
Especie: Inia geoffrensis.
Subespecies:
-Inia geoffrensis boliviensis.
-Inia geoffrensis humboldtiana.
-Inia geoffrensis geoffrensis.
Inia geoffrensis se distribuye en las cuencas de los ríos Orinoco y Amazonas en Brasil, Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela.
Brasil
En ese país habita en el área central, en los afluentes de los ríos das Mortes y Verde, Vermelho, Paranã, Peixe, Água Limpa y Crixás-Açú, entre otros. También se encuentra en la cuenca del río Araguaia-Tocantins, en el lago Montaria y en la cuenca del río Araguaia-Tocantins.
Además, se encuentran en afluentes y ríos de la cuenca del Amazonas en Brasil, en hábitats de manglares de la bahía de Marajó y en los rápidos de Teotônio.
Bolivia
El Inia geoffrensis se localiza en las cuencas de Beni, Guaporé y Iténez. Además, vive en la cuenca de Mamoré y en sus afluentes: Pirai, Ichilo, Grande, Chapare, Ibaré, Tijamuchi, Matucaré, Yacuma, Apere y Yata.
Colombia
Esta especie ocurre en los sistemas Amazonas y Orinoco. En el Amazonas se encuentra en los ríos Caquetá-Japurá, Putumayo-Içá.
Con relación al Orinoco, está en los ríos Arauca, Meta, Casanare, Vichada, Bita, Tomo, Orinoco, Tuparro, Guaviare. Atabapo e Inírida. Así mismo, ha sido avistado en los rápidos en Puerto Ayacucho y de Córdoba, en el río Caquetá.
Ecuador
El delfín rosado está ampliamente distribuido en los ríos principales, como el Payamino, Napo, Tigre, Pastaza, Tigre y Santiago. En la Amazonía ecuatoriana, habita en todos los sistemas fluviales relevantes, excluyendo el río Morona.
Perú
Este cetáceo vive en los afluentes de Marañón y Ucayali y en los afluentes de Napo, Pastaza y Tigre y Pastaza, que generalmente fluyen al sur.
Venezuela
El Inia geoffrensis se encuentra en el sistema Orinoco, en la zona del delta en Ciudad Bolívar, en Puerto Ayacucho y en Caicara del Orinoco y cerca de Puerto Ayacucho. También, vive en el canal Casiquiare y en los ríos Apure, Guanare, Portuguesa, Guaritico, Capanaparo, Caura y Cinaruco.
La distribución del delfín rosado en los ríos y en las áreas circundantes depende de la temporada del año. Así, en el verano, esta especie se ubica en los lechos de los ríos. Este comportamiento está asociado a que los canales de agua de menor tamaño son de poca profundidad, por lo que las presas se concentran al margen de los ríos.
Durante el invierno, cuando ocurre el desbordamiento de los ríos, se dispersan hacia los afluentes más pequeños y hacia las zonas inundadas, tanto en las llanuras como en los bosques.
Esta especie se localiza en la gran mayoría de los hábitats acuáticos, como cuencas fluviales, los cursos principales y afluentes de los ríos, canales, lagos y en los rápidos y cascadas.
La ecología y la biología están relacionadas con las variaciones estacionales en el nivel del agua. Las adaptaciones físicas del Inia geoffrensis le permiten nadar, durante las temporadas de aguas altas, en los bosques inundados. Esto con la intención de buscar a sus presas entre los troncos y raíces de los árboles que están parcialmente sumergidos.
Selección de hábitats
Con relación a las preferencias de hábitat, difiere en cuanto al sexo y a la edad. En este sentido, los machos regresan a los canales principales del río, en el caso que el nivel del agua sea alto.
En cuanto a las hembras y sus crías, prefieren mantenerse el mayor tiempo que puedan en las áreas inundadas, en pequeños afluentes y en lagos. Esto pudiera estar asociado a que en estas zonas los jóvenes se encuentran protegidos contra los depredadores y contra el posible infanticidio por parte de los machos.
También, en aguas más tranquilas, las crías pueden alimentarse, descansar y cazar sin el riesgo de ser arrastradas con la corriente de los ríos.
Las hembras lactantes se inclinan por los sistemas lacustres. Esto se debe posiblemente a algunos factores favorables para las crías, entre los que se encuentran la baja corriente, la defensa contra depredadores y la abundancia de pequeños peces.
Con relación a los jóvenes, suelen vivir en las bahías, ya que son áreas de baja corriente, alta productividad y abundancia de agua, durante la época de bajo nivel de agua.
Las poblaciones del delfín rosado han decrecido notablemente, debido a la caza indiscriminada y a la contaminación de las aguas por el uso de sustancias químicas, entre otros factores. Esto ha ocasionado que la UICN categorice al Inia geoffrensis como una especie en peligro de extinguirse.
Mortalidad accidental
En el proceso para capturar a los peces comercializados, los pescadores emplean redes de pesca, donde quedan atrapados los delfines rosados. Estos pueden morir ahogados, debido a que se ven imposibilitados de salir a respirar aire. También, suelen matarlos de manera deliberada, para obtener su carne.
También, en los bosques inundados de Perú, se han registrado muertes de estos pequeños cetáceos a causa de las trampas destinadas a la captura de peces de gran tamaño o de manatíes amazónicos (Trichechus inunguis).
Caza
Uno de los principales factores que aqueja al Inia geoffrensis se su caza furtiva. La carne de esta especie es utilizada como cebo para cazar un bagre carroñero que abunda en la zona, el Piracatinga.
Esta práctica posiblemente tuvo su origen en Brasil, alrededor del año 2000, aunque actualmente el uso como cebo de este mamífero acuático se encuentra extendido a otras regiones.
Las estimaciones sobre el número de delfines rosados muertos son difíciles de obtener, no obstante, anualmente la comercialización del Piracatinga en Colombia asciende a 1.200 toneladas anuales. En base a esto, la matanza del delfín rosado podría estar en una alta proporción.
El uso de la carne de este cetáceo como cebo ha sido confirmada en Venezuela, Perú y Bolivia. Además, los pescadores suelen matarlos porque dañan las redes de pesca y por ser considerados una competencia sobre los recursos pesqueros.
Destrucción del hábitat
El incremento de los niveles de contaminación y la destrucción progresiva de la selva amazónica aumentan la vulnerabilidad de esta especie.
Así, la deforestación de las llanuras aluviales reduce la abundancia de las semillas y frutas que forman parte de la dieta de los peces de la región. Esto afecta la alimentación del delfín, ya que estos animales forman parte importante de la dieta del cetáceo.
Construcción de represas
Las poblaciones del Inia geoffrensis habitan arriba y debajo de los rápidos que tienen algunos ríos de la cuenca del Amazonas. La construcción de represas hidroeléctricas repercute negativamente en el desarrollo del delfín rosado, ya que modifica el ambiente y su alimentación.
En este sentido, estas estructuras impiden la migración de los peces, por lo que disminuye el suministro de alimentos. Además, las presas dividen las comunidades de este cetáceo suramericano, pudiendo ocasionar un aislamiento genético.
También, las represas restringen los movimientos de delfines y aperturan nuevas redes de comercialización, debido a que mejoran la navegabilidad de los ríos.
Contaminación química
La contaminación química de las aguas es otra amenaza potencial para esta especie. El mercurio, que es utilizado en la minería para separar el oro de la roca, se acumula en el lecho de los ríos.
Así mismo, los especialistas han identificado altas concentraciones de pesticidas, como el DDT, lo que trae como consecuencia una exposición del animal a este compuesto químico de alta toxicidad.
El delfín rosado está incluido en el Apéndice II de CITES. Además, el gobierno brasileño realiza esfuerzos para controlar la pesca y comercialización de la Piracatinga, con la intención de reducir la presión sobre este cetáceo, utilizado como cebo en dicha pesquería.
Además, en Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela existen planes de acción de protección de las cuencas de los ríos. En Brasil, los organismos conservacionistas están encargados de la ejecución del “Plan de acción nacional para la conservación de mamíferos acuáticos: pequeños cetáceos”.
Los machos de esta especie alcanzan la madurez sexual cuando su cuerpo mide entre 180 y 200 centímetros, mientras que las hembras están aptas para aparearse en el momento que tiene una longitud corporal aproximada de 160 a 175 centímetros.
El cortejo del delfín rosado incluye una gran diversidad de conductas. Como parte de las exhibiciones, el macho, con su boca, toma ramas o bolas de arcillas y se los lleva a la hembra. También, puede morder sus aletas, pero si la hembra no es receptiva, podría responder de manera agresiva.
Los investigadores sostienen que el comportamiento reproductivo de esta especie es polígamo. Para esto se basan en las numerosas heridas que tienen los machos adultos en sus aletas. Esto sugiere feroces competencias entre los machos por tener acceso a las hembras.
Con relación al acto de la copulación, se realiza con una alta frecuencia, en un mismo período reproductivo. Los expertos reseñan a una pareja en cautiverio que copuló un total de 47 veces, en menos de 4 horas.
En cuanto a las posiciones utilizadas, existen tres: en una, el macho forma un ángulo recto con el cuerpo de la hembra, para poder introducir su pene. También, la pareja puede juntas sus cuerpos, cabeza a cola o cabeza a cabeza.
La reproducción del delfín rosado es estacional, pero el pico máximo de nacimiento es entre los meses de mayo a julio, cuando las aguas alcanzan su máximo nivel.
Esto le ofrece a la madre y a su cría una gran ventaja, ya que cuando el nivel del agua disminuye, en el área inundada donde estos habitan aumenta la densidad de las presas. Así, ambos pueden cubrir las altas demandas alimenticias, propio del alumbramiento y del amamantamiento.
Luego de 11 a 13 meses de gestación, nace la cría. Una vez que el cordón umbilical se rompe, la madre lo ayuda a salir a la superficie para que respire. Al nacer, el joven mide alrededor de 80 centímetros de largo.
Con respecto al período de lactancia, dura más de un año. Durante ese largo tiempo, se establece un fuerte vínculo entre la madre y el joven. Algunos expertos afirman que en esta etapa ocurre un proceso de aprendizaje sobre defensa y caza, que le permite a la cría desarrollarse y posteriormente independizarse.
La dieta del Inia geoffrensis es una de las más diversas dentro del grupo de ballenas dentadas. Esto se debe, entre otros factores, a que las características de su dentadura permiten que el animal pueda consumir especies con caparazón, como las tortugas de río (Podocnemis sextuberculata).
Además, capturan especies con exoesqueleto, como los cangrejos de agua dulce (Poppiana argentiniana). En cuanto a los peces, el delfín rosado se nutre de más de 43 especies diferentes, cuyos tamaños promedian los 20 centímetros. Entre las familias de peces más consumidas están Sciaenidae, Characidae y Cichlidae.
El tipo de alimentación varía de acuerdo a las estaciones del año. Así, durante el invierno, la dieta es muy diversa, ya que los peces se extienden hacia áreas inundadas, lejos del cauce de los ríos. Esto hace que sean mucho más difíciles de atrapar. Por el contrario, en el verano, la densidad de presas es mucho mayor, por lo que la dieta se torna más selectiva.
De manera general, el delfín rosado está activo y se alimenta tanto de día como en horas de la noche. No obstante, sus hábitos son predominantemente crepusculares, consumiendo diariamente un equivalente al 5,5% de su peso corporal.
En ocasiones, puede asociarse con la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) y con el tucuxi (Sotalia fluviatilis). De esta manera, cazan de manera coordinada, reuniendo y atacando las agrupaciones de peces de manera conjunta. Una vez obtenidas las presas, no existe competencia por estas, porque cada uno tiene sus propias preferencias.
También pueden cazar en solitario, ubicándose cerca de las caídas de agua y en las desembocaduras de los ríos. En estos sitios, aprovecha el momento en el cual los cardúmenes de peces se dispersan, lo que hace más fácil su captura.
Además, suele capturar a las presas que están desorientadas como consecuencia de las perturbaciones hechas por los botes.
Inia geoffrensis es típicamente un animal solitario, que pocas veces forma grupos, excepto los de la madre y sus crías. No obstante, pudiera formar agregaciones alimentarias, donde incluyen especies de otros géneros.
En la naturaleza, se muestra como un animal curioso y juguetón. Con frecuencia frotan su cuerpo contra las embarcaciones de los pescadores y arrojan hierbas y palos.
Esta especie nada a un ritmo más lento que la gran mayoría de los delfines, alcanzando velocidades entre 1,5 y 3,2 km/h. Sin embargo, cuando se encuentra en los rápidos de los ríos, tiene la capacidad de mantener un ritmo fuerte de nado por un largo tiempo.
Mientras se desplaza por los ríos, no se sumerge a grandes profundidades y en pocas oportunidades levantan sus aletas sobre el agua. Cuando emergen a la superficie, muestran simultáneamente el rostro y las quillas dorsales. En cuanto a la cola, solo la muestra cuando realiza el buceo.
Además, puede sacudir sus aletas y sacar por encima del agua la cabeza y la aleta caudal, con la intención de observar el medio ambiente. Ocasionalmente pudieran realizar saltos fuera del agua, llegando a alcanzar una altura de hasta un metro.
El Inia geoffrensis realiza migraciones estacionales, asociadas con la abundancia de peces y el nivel del agua. Sin embargo, no de desplaza a largas distancias, se limita a pequeñas excursiones dentro del área que ocupa.
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