Botánica

Mango: características, hábitat, cultivo, enfermedades y plagas


El mango (Mangifera indica) es una especie de árbol frutal, perteneciente a la familia Anacardiaceae. Es originaria de la India, aunque actualmente se encuentra distribuida ampliamente en zonas tropicales y subtropicales. 

En cuanto a su etimología, se halla documentado un origen tanto para el nombre científico como para el nombre común. Ahora bien, se considera que Mangifera proviene de la versión latinizada del nombre malayo del fruto y del sufijo latino fer el cual se refiere a “producir” (producción de frutos), e indica del latín indicus – a – um que significa procedente de la India.

Por su parte, el nombre común “mango” en español es resultante del inglés homónimo “mango” y, a su vez, del portugués “manga”, siendo estos los primeros en introducir este fruto en América. 

Ahora bien, el fruto del árbol de mango es muy utilizado y recomendado para el consumo humano debido a su composición nutritiva. Esta consta de vitaminas A, B, B6, y C, antioxidantes, estimulantes inmunológicos, fibra probiótica y azúcares naturales, entre otros.

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Características

Raíz

Posee una raíz principal que penetra de 6 a 8 metros el suelo y raíces superficiales que se extienden en un radio de aproximadamente a 10 metros del tronco. Esto permite al árbol resistir entornos de baja humedad. 

Tronco 

Es un árbol más o menos recto, que puede alcanzar de 10 a 30 metros de altura y que posee un diámetro de 20 a 30 cm. El color de la corteza varía entre un tono gris claro a un tono castaño, con látex resinoso. Al principio su superficie es lisa y luego, con la edad, se agrieta de forma longitudinal o con surcos reticulados. 

Copa

Tiene una corona densa y amplia, de forma oval o globular. Sus ramillas son gruesas y robustas, encontrándose normalmente en grupos alternos de entrenudos largos y cortos. Son redondeadas, lisas, de color verde amarillento y opaco, con presencia de vello cuando son jóvenes. 

Hojas

Son alternas, persistentes o semipersistentes y carecen de vello, espaciadas irregularmente a lo largo de las ramillas. Tienen forma elíptica y miden de media 6-20 cm por 4-15 cm. Presentan el borde entero y el ápice y la base redondeados. Los pecíolos miden de 1 a 2 cm, de forma oblongo lanceolado y coriáceo. Tienen la parte superior aplanada y la base hinchada. 

Para esta especie se presenta una nervadura central robusta y conspicua y de 12 a 30 pares de nervaduras laterales algo prominentes. Se caracterizan por el olor resinoso que expiden al momento de ser trituradas. En cuanto a su color, cuando son jóvenes son de color violeta rojizo y posteriormente se tornan de color verde oscuro. 

Inflorescencia

Aparecen en panículas o racimos ramificados sobre pedúnculos terminales o axilares, de entre 10 y 25 cm de longitud. Existen casos en los cuales pueden aparecer inflorescencias laterales. Sus raquis o ejes principales son de color rosado a morado, así como en ocasiones pueden ser también verde amarillentas, redondeadas y pubescentes. 

En cuanto a sus brácteas, estas pueden ser oblongas – lanceoladas u ovadas – oblongas, pubescentes, de 0,3 a 0,5 cm de largo.

Este tipo de árbol posee un gran número de ramas floríferas, llevando estas a su vez miles de flores. 

Flor

Aparecen en panículas o racimos. Son de color verde amarillento, polígamas, de 0,2 a 0,4 cm de largo y 0,5 a 0,7 cm de diámetro, con 4 o 5 sépalos y pétalos.

Con respecto a sus sépalos, estos son libres, caedizos, pudiendo ser ovados u ovados – oblongos, algo agudos u obtusos, cóncavos, con pelos visibles de 0,2 a 0,3 cm de largo y 0,1 a 0,15 cm de ancho. Suelen ser de color verde amarillento o amarillo claro. 

En referencia a los pétalos, los mismos son de color rojo o rosado, pilosos, lineales y de 9 a 13 mm de longitud. 

Ahora bien, sus flores masculinas están conformadas por 4 a 5 estambres, de los cuales solo 1 o 2 son fértiles. Sus flores femeninas se constituyen por un ovario globoso y un estilo. 

En lo que refiere a la antesis, esta ocurre ya sea en la noche o en las primeras horas de la mañana. 

Fruto

Su fruto consiste en una drupa carnosa, monoembriónica, variable en forma y dimensión (su forma es semejante a un riñón). Normalmente es ovoide – oblonga, de 4 a 10 cm de longitud y entre 4 a 8 cm de diámetro. Es de color verde, verde amarillento y diferentes tonalidades de rosa, rojo y violeta. 

Posee un mesocarpio comestible muy jugoso, de color amarillo o naranja con fibrosidades (aunque estas dependen de la variedad). Su peso varía de 150 gramos a 2 kg.

Semilla

Al igual que el fruto, la semilla también presenta forma de riñón, es ovoide u oblonga, alargada, cubierta por un endocarpio grueso y leñoso con una capa fibrosa externa. Su testa es fina y permeable. La semilla puede llegar a medir hasta 2,5 cm de longitud. 

Taxonomía

La especie Mangifera indica L., además de ser conocida comúnmente como “mango” también se encuentra documentada como: ambó, manga, manglar, mangotina, palo de mango, mamgueira, mangueiro. 

Su descripción taxonómica es la siguiente:

Reino: Plantae

Filo: Tracheophyta

Clase: Magnoliopsida

Orden: Sapindales

Familia: Anacardiaceae

Género: Mangífera 

Especie: Mangifera indica L.

Hábitat y distribución

En lo que respecta a su hábitat, el árbol del mango presenta ciertas limitaciones al crecer en zonas mayores a los 1600 msnm, por lo tanto requiere de climas suaves sin heladas. No tolera la sombra.

Ahora bien, en cuanto a su distribución esta especie es originaria de la región indomalaya. El cultivo data de hace más de 4000 años en la India, donde se pueden encontrar poblaciones silvestres, así como cerca de 1000 variedades de la especie más próxima a ella, la M. sylvatica. 

La expansión de la especie hacia el este pudo suceder antes de la época cristiana. Su extensión hacia el oeste debió de ser en un período más reciente, posiblemente cuando los colonizadores portugueses y españoles la llevaron a todas las zonas en que se asentaron. Hoy día se encuentran ampliamente distribuida en los trópicos y subtrópicos del mundo. 

Cultivo

Este árbol se puede propagar por semilla y, para el caso de las variedades, se utiliza la técnica del injerto.

– Propagación mediante semilla

Para el caso de propagación mediante semillas, son utilizadas semillas sin corteza. La mejor forma de quitarla es cortar los bordes de la cápsula con una tijera de podar y luego plantarla en bolsas negras de plástico preferiblemente de 20 a 25 cm de profundidad y 18 a 20 cm de diámetro.  

La tierra a utilizar debe ser preferiblemente ligera y mezclada con turba. Las semillas deben enterrarse de 2,5 a 3,5 cm de profundidad. Esto debe dejarse bajo poco sol y en un ambiente húmedo. Desde la siembra hasta la brotación suelen transcurrir 2 o 3 semanas.

Es importante plantar las semillas enseguida, preferiblemente los días luego de haber sido liberada la pulpa, ya que el poder germinativo de las semillas se pierde muy rápido. 

– Propagación mediante injerto

Se pueden emplear los métodos de injerto de aproximación o de escudete. El mejor momento para el injerto de yema es a mediados de la primavera y el verano, ya que las plantas están en crecimiento activo. 

Por lo tanto, el momento adecuado para colocar los injertos es cuando la planta comienza a brotar, siendo esos nuevos brotes de color vinoso. Esto indica que la corteza se puede separar fácilmente de la madera. 

Es importante considerar que la madera de injerto esté madura y que la punta de la ramita de la cual es tomada no esté en crecimiento activo.

Ahora bien, la incisión en el patrón debe hacerse en forma de T o T invertida, donde la yema debe ser de 3,5 a 4 cm de longitud. Luego de ser insertada, se amarra. Al cabo de 3 o 4 semanas, es necesario examinar la yema. 

Es recomendable que, durante la etapa de vivero, se aplique un abono nitrogenado cada dos meses, además de hacer aplicaciones foliares de boro, los cuales pueden combinarse con fungicidas e insecticidas. 

– Plantación definitiva

Es importante tener en cuenta que el trasplante de la planta constituye una operación delicada y de esta depende su cosecha.

Ahora, por lo que concierne al establecimiento de las plantas de Mangifera indica en el terreno definitivo, estas deben llevarse en marco real con distancias de 8 por 8, 10 por 10 o 12 por 12 metros. 

Con respecto al momento de ser trasplantadas, es pertinente realizarse al principio de la estación de las lluvias, después de reducir el sistema foliar, y aplicar una fertilización con un producto de alto contenido en fósforo. 

Después de 1 o 2 meses y al culminar las lluvias, es necesario la aplicación de nitrógeno. Al segundo año es importante iniciar un plan de fertilización acorde a las características propias de explotación, además de controlar la acidez aplicando carbonato de calcio. 

– Requerimientos edafoclimáticos

Suelo

En particular, requiere de suelos medianamente profundos, con buen drenaje. Esta planta se adapta a suelos de diferentes clases y texturas. Sin embargo, los limo–arenosos y arcillo–arenosos son los ideales para la penetración y el anclaje de las raíces. 

Referente al pH, esta planta soporta suelos ligeramente ácidos hasta neutros (entre 5,5 a 7), con disponibilidad de microelementos como el hierro y el magnesio.

Necesidades hídricas

Estas dependen del tipo de clima del área donde se encuentre la planta. Ya que, si se encuentra en zonas con alternancia de periodos secos y húmedos, basta con un pequeño aporte de agua en el período seco.

En cambio, en áreas más frías el riego debe ser más copioso, pero teniendo en cuenta que un exceso de humedad puede ser perjudicial para la fructificación. 

Sucede que esta especie requiere más aporte de agua en sus primeros días de vida, llegando aproximadamente de 16 a 20 litros por semana por árbol; siendo más exigente en el terreno que en el vivero. 

No obstante, el árbol de mango se adapta a condiciones de precipitación variables, unas precipitaciones mínimas anuales comprendidas entre 1000 a 1200 mm. 

Existen reportes que indican la tolerancia de la sequía por parte de esta especie. Esta tolerancia se le atribuye a la presencia de laticíferos, los cuales permiten a las hojas conservar su turgencia a través de un ajuste osmótico, que evita el déficit de agua interna. 

Temperatura 

En este sentido, el mango se cultiva eficientemente en temperaturas cálidas del trópico. La temperatura ideal para su desarrollo oscila entre los 24 °C y los 26 °C. Igualmente se desarrolla bien en zonas subtropicales con temperaturas entre los 17 °C y los 22 °C. 

En relación a las zonas más frías, lo recomendable para su óptimo desarrollo es que la temperatura del mes más frío de sea entre 10 a 15 °C.

Beneficios para la salud

Los frutos del árbol de mango son recomendados como alimento de consumo humano por su alto contenido nutricional. Debido a sus componentes es utilizado para:

– Prevenir el cáncer gracias a los antioxidantes que contiene.

– Ayudar a controlar los niveles de colesterol.

– Favorecer la limpieza de cutis y de la sangre.

– Mejorar la salud del colon gracias a la fibra que contiene.

– Mejora de la digestión y la pérdida de peso, así como para regular problemas de diabetes.

– Fortalecer el sistema inmune.

– Mejorar la concentración y la memoria gracias a sus altos contenidos de ácido glutámico.

Enfermedades y plagas

La especie Mangifera indica es poco vulnerable al ataque de plagas y enfermedades. Sin embargo, se presentan las siguientes:

– Plagas

Cochinilla del mango (Aulacaspis tubercularis)

Esta plaga perfora el fruto y causa decoloración del mismo. Forma colonias, las cuales se unen en forma de escamas y dificulta la penetración del producto químico aplicado para su control. 

Mosca de la fruta 

Esta es una de las plagas que más problemas trae al cultivo de mango. Producida por Ceratitis capitata y Anastrepha froterculus, estas moscas perforan el pericarpio y depositan sus huevos que, al eclosionar, pasan al pericarpio y se alimentan de la pulpa del fruto.

Gorgojo de la semilla

Este es un escarabajo (Sternochetus mangifera) de forma oval que perfora el pericarpio. Luego sus larvas traspasan la fruta alcanzando la semilla. 

Polillas de las flores 

Se encuentran documentadas dos polillas de los géneros Cryptoblabes y Prays que atacan las flores del mango. Estas causan daños graves en la inflorescencia, devoran los pétalos y estambres y roen los ovarios.

– Enfermedades

Antracnosis 

Esta enfermedad es ocasionada por el hongo Colletotrichum gloesporioides y ataca a la fruta en época de lluvia. Genera manchas negras tanto en las hojas como en las flores y fruto.

Muerte regresiva

Como su nombre lo indica, ataca a la planta avanzando en forma descendente hasta el tronco produciendo la muerte del tejido vascular. Ocasiona necrotismo y secado de ramas. 

Escoba de bruja del mango

Esta enfermedad es producida por el hongo Fusarium decemcelulare, el cual se manifiesta por la excesiva proliferación de yemas. 

Bacteriosis del mango

Es una enfermedad producida por la bacteria Erwinia, la cual produce la caída prematura de frutos pequeños con pudrición a nivel del pedúnculo, tronco y tallo, así como la presencia de exudado gomoso. 

Oidio del mango

Se caracteriza por la pérdida de las inflorescencias y tejidos tiernos. 

Referencias

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