Lengua y literatura

10 poemas para pedir perdón a alguien querido


Es importante pedir perdón cuando has cometido un acto que ha perjudicado a alguien querido o que le haya decepcionado, aunque fuera de manera intencional. Saber pedir perdón demuestra humildad e interés por la otra persona.

Si estás pensando en disculparte, una forma es una forma original y que la otra persona recordará con cariño. Estos poemas para pedir perdón te servirán para dedicar a un familiar, amigo, pareja o cualquier persona apreciada.

“Perdón, fui un inmaduro” (Juan Ortiz)

Perdóname, fui un malcriado,

no debí portarme así,

quebré tu confianza, sí,

te puse en un muy mal rato.

 

Quería hablarte al instante,

pero te fuiste muy pronto,

debí seguirte, ¡qué tonto!,

siento una culpa quemante.

 

Si bien la culpa me asalta,

ya no soy ese inmaduro,

si me perdonas, te juro

no repetir esa falta.

  • Reflexión: el poema manifiesta una solicitud de perdón de una persona por comportarse malcriadamente y herir a otro.

“Haces falta” (Juan Ortiz)

He estado analizando,

por horas, días, semanas,

las palabras correctas,

adecuadas,

para que perdones el malestar

que te hice pasar

por descuidado,

por no haber pensado antes de hablar.

 

Esta casa es una máquina que te recuerda a diario,

qué te puedo decir de la alcoba,

de la cocina,

de patio que nos vio miles de veces jugar en sus atardeceres.

 

Haces falta,

y si bien la herida por lo que dije está allí,

taladrando tu mente,

te pido,

consciente del daño,

perdóname,

retorna,

ya va un año,

y no hay hora aquí sin tu silueta ni tu risa,

te juro que he cambiado y lo enmendaré.

  • Reflexión: el poema expresa arrepentimiento por haber dicho cosas hirientes sin pensar. Además, hay una muy real solicitud de perdón.

“Perdón, lo siento” (Juan Ortiz)

No sé qué me pasó, en verdad,

no medí mis palabras, lo siento,

te hablé mal, con mucha crueldad,

y merezco tu resentimiento.

 

Perdón, no puedo decirte más,

lamento mi actitud, te herí,

y pese al mal hecho, aquí estás

dando siempre lo mejor de ti.

 

Perdón, tengo un malestar terrible

por todo lo que te hice sentir,

no es excusa, me hallaba sensible,

lo juro: no se va a repetir.

  • Reflexión: las tres cuartetas expresan pesar por haber causado daño y una solicitud de perdón a la persona afectada.

“Perdón, retorna” (Juan Ortiz)

La silla recibe los rayos del sol de esta tarde

en el mismo espacio de la sala donde la dejaste;

tu plato,

vacío sobre la mesa,

con sus cubiertos intactos,

persiste sin nada nuevo que le acompañe,

polvo sobre el polvo,

tan solo,

y uno que otro recuerdo de cuando me siento en el sillón a la hora acostumbrada a pensarte.

 

Mi oración del día,

tu nombre,

para hacer las paces con la alegría retornando a los tantos instantes felices que he podido atesorar en este cuerpo pasajero.

 

Perdóname y regresa,

las paredes aguardan tu sombra;

el piso: tus pasos;

el espacio: tu voz,

tu aroma,

y junto a ellos,

yo,

desmembrado por el pesar de no hallarte ni en la foto que guardo y que no dice de ti nada;

perdón,

retorna,

haz que valga de nuevo habitar la madrugada.

  • Reflexión: un poema que pasea al lector por la soledad de la casa del poeta a causa de una ausencia. Además, hay un clamor por perdón para que la persona amada vuelva y todo retorne a la normalidad.

“Perdón por herir nuestra amistad” (Juan Ortiz)

No olvido ese día triste,

fui el peor desagradecido,

rompí la amistad que diste,

actué muy mal, sin sentido.

 

Tenía mi humor de perro,

todo gris, mal encarado,

y cómo me ha costado,

pago con creces tu destierro.

 

Amigo(a), perdona, ¿sí?,

me controló el malestar,

necesito el bienestar

que obtengo cerca de ti.

  • Reflexión: las cuartetas muestran sincero arrepentimiento y solicitud de perdón por dañar una amistad.

“Perdóname, aunque ya no estás” (Juan Ortiz)

No me dio tiempo de enmendar mis ausencias en los momentos importantes;

cuando me necesitaste,

me alejaba,

encarné las más cruentas decepciones,

fui maestro(a) de las desapariciones

en las horas precisas.

 

Hoy,

con plena consciencia del mal hecho,

voy a ti y no te encuentro.

Las flores en la sala,

frente a tu foto semi sonriente,

me recuerdan un pedazo de felicidad que no vuelve;

cada pétalo casi marchito me grita que pudiste tener en ese cuadro más felicidad,

pero fui egoísta y no supe estar de verdad.

 

Retornar a esos días es un imposible que repienso,

una realidad a la que pido volver antes de despertar cada mañana.

Ahora,

más convencido(a) que nunca del mal que por mí pasaste,

con el alma hecha lágrima pido me perdones,

dímelo en una brisa repentina,

en un trino inusitado,

en un aroma divino,

sea cual sea el medio del que te valgas allá donde te has marchado,

tomaré tu respuesta agradecido,

resignado,

y solo así podré continuar en paz.

  • Reflexión: el poema demuestra un sincero arrepentimiento por estar ausente en los momentos más importantes de alguien querido. Además, hay un dolor enorme porque, aunque se pide perdón, este no puede darse ya que la otra persona ha muerto.

“El gato rememora tu ausencia” (Juan Ortiz)

El gato no deja de andar por allí por donde tú ya no,

se sabe de memoria tu rutina diaria;

va y la repite,

minucioso,

espera los momentos que esperabas tú,

zigzaguea igual por los pasillos,

hasta parece igual de perdido(a),

y con su actuar no me deja pensar en otra cosa que no sea tu ausencia.

 

Recordar el quiebre de esa tarde

se ha hecho tortura habitual,

desayuno sin sal,

café sin azúcar,

y mis ojos perdidos en tu silla donde sobresalen dos orejas peludas que insisten en imitarte.

Sí,

la casa es como una costra sobre mí que soy herida,

y nada que apareces para poder arrancarla y seguir.

Sin embargo,

entiendo que nada de eso sucederá hasta que no puedas apreciar que realmente he encarnado la palabra “cambio”,

porque no mereces ser recipiente de mis heridas,

y porque la vida se va en picada denlos fugaces días

y no es sano seguir así.

 

Aquí,

desde este espacio común donde estás aunque no quieras,

y contra mi ego,

mi soberbia,

mis estúpidas fallas,

te pido perdón;

retornar es tu elección,

lo sé,

pero si de algo sirve:

sí que aprendí,

sin dudas,

la lección.

  • Reflexión: los versos muestran una profunda soledad y una necesidad de perdón y retorno de la persona amada.

“Perdón por ser mentiroso” (Juan Ortiz)

Estaba enojado, lo acepto,

me dejé llevar por la ira

e inventé esa mentira

que te dañó y lo lamento.

 

Enmendaré lo que he hecho,

hablaré con los amigos,

y con todos los testigos

y pondré todo derecho.

 

Que no volverá a pasar,

lo debes tener bien claro,

mi falta me cuesta caro,

alíviame este pesar.

  • Reflexión: unas cuartetas que buscan enmendar un error causado por una mentira.

“Ya nada asombra sin ti” (Juan Ortiz)

El banco del parque pasó a ser uno más del montón,

debes saberlo.

 

No hay nada que asombre en el puerto,

ni de noche siquiera,

con la mejor luna,

un buen vino

y Mozart de fondo.

 

Ayer,

millares se emocionaban con el estreno en las salas de cine;

ni me inmuté,

pasé por el frente por mero reflejo incondicional,

porque tocaba trabajar;

y sí,

allí,

las butacas de la esquina derecha de la sala que tú sabes

también perdieron su toque.

 

Todo lo que nos concernía se tiñó del ocre del común,

no sobrevive nada,

salvo yo y tu recuerdo.

 

Escribo esto con toda intención,

con la culpa intacta tatuada en cada espacio,

porque veo necesario retornar

para que todo recobre el estado habitual

que se perdió tras mi fallo.

Perdón, no me hallo

en este laberinto abismal.

  • Reflexión: el poema versa sobre la costumbre propia de las parejas y del vacío que queda cuando se rompe la relación. Además, por supuesto, de una muy sentida solicitud de perdón.

“Perdón, bajo la ceiba triste” (Juan Ortiz)

Perdón,

bajo la ceiba triste sin nosotros;

perdón,

en la ranchería donde coleccionamos atardeceres;

perdón,

en el cerro dormido al norte del pueblo;

perdón,

ante la gaviota que a nuestros pies se posaba cada mañana tras ir a pescar.

 

Este mantra que te dejo podría repetirte frente al mar,

cada hora y minuto pasar

contigo o sin ti al frente,

y es que así pasa por mi mente,

como todo ese mal que hice,

perdona,

te lastimé y estoy triste,

espero puedas regresar.

  • Reflexión: un poema que manifiesta una profunda nostalgia por una separación y que eleva un perdón para poder continuar con la felicidad.

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