Cultura general

Argumento abductivo: características, estructura y ejemplos


El argumento abductivo se puede definir como una forma de razonamiento que busca obtener conclusiones sencillas a través de una serie de premisas. Al contrario de lo que ocurre en el razonamiento deductivo, en este proceso se sacan conclusiones plausibles pero no se pueden verificar.

Por ejemplo: Premisa 1; todas las personas son mortales. Premisa 2; Antonio es una persona. Conclusión: Antonio es mortal. Las conclusiones que se sacan con este tipo de argumento son las más probables, pero albergan ciertas dudas. Aunque esto no se percibe en este primer ejemplo (Antonio es mortal) se verá en los siguientes.

El filósofo y científico Charles Peirce (1839-1914) afirmó que un argumento abductivo es una especie de conjetura. Esto quiere decir que un argumento abductivo, también conocido como “argumento a partir de la mejor explicación”, suele usarse con frecuencia cuando se desea explicar un fenómeno dentro de una discusión. Generalmente, este tipo de argumento se presenta en discusiones que cuentan con distintas hipótesis sobre uno o varios eventos.

Dentro de esas discusiones, quien argumenta defiende alguna de las hipótesis porque la considera como la mejor opción posible.

Índice del artículo

¿Cuándo se utiliza el argumento abductivo?

Debido a la sencilla lógica de los argumentos abductivos, estos son empleados de forma común en la vida cotidiana. De hecho, la mayoría de las personas los usan diariamente sin darse cuenta. Algunos vinculan este razonamiento con el sentido común.

Fernando Soler Toscano, en su texto Razonamiento abductivo en lógica clásica (2012), afirma que el argumento abductivo guarda semejanzas con los silogismos determinados por Aristóteles (384-322 a.C.). Esto se debe a que en ambos casos se parte de un razonamiento en el cual se establecen una serie de afirmaciones que necesariamente llevan a otras.

Busto de Aristóteles, filósofo que estudió los entimemas. Fuente: Museo nazionale romano di palazzo Altemps [Attribution], vía Wikimedia Commons.

Por esta razón, Aristóteles consideraba que un razonamiento de tipo abductivo es una especie de silogismo. Este método era empleado de forma recurrente por el personaje ficticio Sherlock Holmes, un detective muy acreditado en la cultura popular conocido por su aguda intuición.

En la novela Estudio en Escarlata (escrita por A.C. Doyle en 1887), Holmes descubre que uno de los personajes provenía de Afganistán por el hecho de que el hombre tenía un aire marcial y su cara estaba bronceada notablemente en comparación con sus muñecas. Este tipo de planteamiento se corresponde con el argumento abductivo.

Características del argumento abductivo

Incrementa conocimientos del argumentante

La principal característica del argumento abductivo (que lo diferencia de otras maneras de inferencia lógica como la inducción y la deducción) es que incrementa los conocimientos del argumentante, ya que le permite saber algo que antes no conocía.

Por ejemplo, se sabe que todas las habichuelas de la bolsa N son blancas, por ende, se puede hipotetizar que probablemente un conjunto de habichuelas blancas pertenezca a dicha bolsa; esto se afirma partiendo de la premisa de que las habichuelas son blancas. Gracias a dicha premisa, el argumentante ahora sabe que el grupo de habichuelas blancas pueden provenir de la bolsa N.

Permite pronosticar y construir nuevas ideas

Así mismo, la abducción también se caracteriza porque no solo permite hipotetizar, sino también pronosticar y construir ideas nuevas.

Debido a esto, Charles Pierce consideraba que el argumento abductivo era el razonamiento más complejo dentro de las inferencias lógicas; solo este método está dedicado al enriquecimiento cognitivo.

Sin embargo, es necesario acotar que la aducción está sujeta a la posibilidad del error. Es decir, dentro del argumento abductivo existe un margen donde siempre hay espacio para una posible equivocación.

Estructura

A continuación se presenta la estructura básica de un argumento abductivo. Este puede contar con dos o más premisas:

Primera premisa: N es un evento o un conjunto de sucesos.

Segunda premisa: G es una explicación posible o satisfactoria de N.

Conclusión: G es la explicación de N, al menos hasta que algo sugiera lo contrario.

Ejemplos de argumentos abductivos

Algunos ejemplos de argumento abductivo son los siguientes:

1-

Primera premisa: Los hombres elegantes compran su ropa en la tienda de Alberto.

Segunda premisa: Néstor es un hombre elegante.

Conclusión: Entonces Néstor debe comprar su ropa en la tienda de Alberto.

2-

Primera premisa: El clima está despejado y soleado.

Segunda premisa: Cuando el cielo está despejado, mi esposa y yo vamos de paseo.

Conclusión: Hoy mi esposa y yo iremos de paseo.

3-

Primera premisa: Una gran parte de la población joven consume drogas.

Segunda premisa: La población joven cuenta con tiempo libre.

Conclusión: La población joven que tiene mucho tiempo libre consume drogas.

4-

Primera premisa: El piso de la cocina amaneció mojado.

Segunda premisa: La nevera tiene una falla.

Conclusión: El piso de la cocina amaneció mojado por la falla de la nevera.

5-

Primera premisa: Las carteras que venden en la tienda de Ana son costosas.

Segunda premisa: Luisa solo compra carteras costosas.

Conclusión: Luisa comprará o habrá comprado alguna vez en la tienda de Ana.

6-

Primera premisa: Los vecinos hacen mucho ruido.

Segunda premisa: Emiliano es mi vecino.

Conclusión: Emiliano hace mucho ruido.

7-

Primera premisa: Ese carro solo lo adquieren personas pudientes.

Segunda premisa: Carlos es pudiente.

Conclusión: Carlos puede adquirir ese carro.

Es importante tener en cuenta que las premisas de los argumentos abductivos pueden ser erróneas, por lo que no pueden considerarse como verdades universales. También se recomienda realizar una evaluación crítica del argumento antes de afirmar las conclusiones.

Evaluación crítica del argumento

Para poder evaluar la eficacia de un argumento abductivo, es necesario responder una serie de preguntas críticas, las cuales sirven para corroborar la asertividad de las premisas y fortalecer la conclusión. Dichas preguntas son las siguientes:

  1. ¿Las premisas son aceptables? Es decir, en términos objetivos ¿es posible que haya sucedido N? Así mismo, ¿Se cuenta con todos los sucesos que conforman a G? ¿Qué tan probable es la explicación G? ¿Es realmente G la mejor explicación? ¿Qué tanto mejor es G en comparación con el resto de las hipótesis?
  2. ¿La conclusión está bien fundamentada? Específicamente, ¿La investigación ha sido cuidadosa? ¿Ha aportado información significativa? Por otro lado, ¿Sería preferible proseguir con la investigación antes de afirmar que G es la mejor respuesta para N?

En muchas ocasiones, tras aplicar esta evaluación, el argumentante ha tenido que reconsiderar las premisas iniciales. Sin embargo, la aplicación de esta evaluación solo es necesaria cuando se desea desarrollar una explicación más determinante de los fenómenos.

Si se usa un argumento abductivo en la vida diaria y en hechos ordinarios, es poco probable que se requiera de la formulación de estas preguntas, porque el objetivo principal de los argumentos de este tipo es alcanzar una rápida conclusión.

Temas de interés

Argumento probabilístico.

Argumento inductivo.

Argumento deductivo.

Argumento analógico.

Argumento conductivo.

Argumento de autoridad.

Referencias

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  2. Moscoso, J. (2019) Razonamiento abductivo. Recuperado el 7 de enero de 2019 de Scielo.
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