Habilidades sociales

Cómo Dejar de Ser Tímido e Inseguro en 10 Pasos


Dejar de ser tímido, callado e inseguro es posible, no se trata de un rasgo de personalidad incorregible y permanente para siempre. Con ciertos hábitos y algo de esfuerzo se puede ser menos tímido y aprender a hablar con mujeres, hombres, en público o con cualquier persona.

Vivimos en una sociedad en la que parece no haber cabida para las personas tímidas o introvertidas, puesto que se valoran cualidades como la apertura a los demás, la capacidad de tomar riesgos y la sociabilidad.

Aquí es importante tener en cuenta la diferencia entre ser tímido y ser introvertido. Una persona tímida es alguien a la que le cuesta hablar con los demás, porque siente malestar o vergüenza. Ser introvertido es alguien que necesita pasar tiempo solo, disfruta de la soledad, aunque sabe socializar, y no tiene porqué ser tímido.

Es decir, alguien tímido es introvertido, pero alguien introvertido puede saber relacionarse bien con los demás, aunque le guste estar solo.

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¿Qué es la timidez?

Algunos autores, como Zimbardo y Radl (1985), definen la timidez como “un mecanismo de defensa que permite a la persona evaluar situaciones novedosas a través de una actitud de cautela, con el fin de responder de forma adecuada a las demandas de la situación”.

El concepto de timidez incluye además otras dimensiones, como el miedo o temor, baja autoestima, problemas de inseguridad, dificultades para socializarse, suspicacia, tensión muscular y activación fisiológica.

Causas

En relación a las causas de la timidez, han existido tradicionalmente dos posturas distintas:

  • Por un lado, existen autores que enfatizan el aprendizaje como factor causal de la timidez, por lo que las experiencias de la infancia, vivir en un lugar que no facilitaba la socialización o experiencias negativas durante la interacción con los demás, conllevarían una actitud de timidez en el futuro.
  • Sin embargo, otros autores (Horn, Plomin y Rosenman) encontraron, a través de estudios con gemelos, que la timidez es uno de los rasgos más heredables de la personalidad, de forma que las personas nacemos con una cierta vulnerabilidad genética para manifestar un comportamiento retraído.

De cualquier modo, lo que sí se ha puesto de manifiesto es que una de las causas más relevantes para que una persona llegue a ser tímida es la falta de vivencias personales. Por tanto, es necesario tener experiencias vitales para superar la timidez.

10 Consejos para dejar de ser tímido

1-Empieza a exponerte a las situaciones sociales que te hacen sentir incómodo

Seguro que, hasta ahora, has estado huyendo de las situaciones sociales que te provocaban malestar, que hacían que te ruborizaras, sudaras o que tartamudearas.

De esta forma, escapando de las situaciones sociales desagradables, has ido aprendiendo que prefieres la soledad y el aislamiento a la difícil tarea de relacionarte con los demás.

Si continúas con esta dinámica, nunca conseguirás vencer tu timidez y mejorar en otros aspectos de tu vida –como el laboral, académico, etc.-, por lo que debes cortar este círculo vicioso cuanto antes.

Lo que debes hacer es comenzar a asistir a fiestas, cumpleaños y cenas con compañeros del trabajo, familiares o amigos, aunque al principio no interactúes con muchas personas.

Lo importante es que aprendas a lidiar con el malestar que te produce enfrentarte a la presencia de los demás y que, poco a poco, vayas tomando la iniciativa para relacionarte con ellos de forma eficaz.

Una vez que estés habituado a asistir a este tipo de eventos, te sentirás más seguro y confiado para dar los siguientes pasos.

2-Cuida tu lenguaje no verbal

Tu lenguaje no verbal puede revelar si te sientes cómodo o incómodo, si estás nervioso o relajado. Si no quieres dar la sensación de ser una persona tímida, nerviosa o ansiosa, podrías comenzar cambiando algunos aspectos de tu lenguaje no verbal:

Mantén la mirada con la otra persona

Evitar mirar a los ojos a otra persona, cuando se está hablando con ella, es otro indicador de timidez e inseguridad. Al mirar a los otros a la cara, te expones a recibir un feedback de lo que está pensando sobre ti –ya que la otra persona puede mostrar confusión, desaprobación, etc.-.

Al igual que en el caso anterior, en el que te recomendábamos hacer frente a los eventos sociales, en este caso también hay que realizar una exposición directa progresiva.

Si te resulta muy complicado al principio –o te pierdes el hilo de la conversación-, puedes ir incrementando paulatinamente el tiempo durante el cual estás manteniendo el contacto ocular.

El objetivo es que se trate de una conversación fluida y natural, no que permanezcas el 100% del tiempo sin desviar la mirada de los ojos de tu interlocutor. De hecho, lo recomendable es que se mantenga el contacto ocular un 60 – 70% del tiempo que se está interactuando.

Esto también debes tenerlo en cuenta en otras situaciones en las que mostrar un adecuado lenguaje no verbal puede ser de gran ayuda –como en una entrevista de trabajo-.

No ocultes tus manos en bolsillos

Si evitas mostrar tus manos –por miedo a que tiemblen o suden-, los demás pueden percibir que no estás demasiado cómodo en esa situación.

Este es un aspecto que se cuida mucho en los políticos cuando tienen que dar un discurso, puesto que, de forma inconsciente, pueden transmitirnos la sensación de inseguridad si tienen un comportamiento extraño con sus manos.

Lo recomendable es hacer movimientos suaves y naturales al hablar, sin gesticular en exceso pero sin que se oculten las manos.

Muestra un tono normal de voz

Si eres una persona tímida, seguro que has notado que el tono de tu voz tiende a ser bajo, por lo que, a veces, los demás no pueden oír lo que dices.

Aunque al principio puede resultarte complicado, elevar el tono de voz ayudará a que muestres una mayor seguridad y autoconfianza ante los demás.

3-Habla durante más de un minuto seguido

Al principio, cuando comiences a tener tus primeros contactos sociales de forma más frecuente, te resultará difícil hablar largo y tendido –por miedo a aburrir a los demás, a no saber enlazar un tema con otro, etc.-.

De esta forma, al tener estos miedos, seguro que das respuestas monosilábicas –del tipo “sí”, “no”, “no sé”, entre otros-. Para que tus conversaciones sean satisfactorias y fluidas, trata de dar respuestas amplias que tengan relación con el tema del que estáis hablando.

Por ejemplo, si te preguntan dónde vives, en vez de decir “en Madrid”, puedes decir: “estoy viviendo en Madrid, pero soy de Soria. Me vine aquí porque encontré trabajo el año pasado”.

Como puedes observar, puedes dar respuestas más amplias y que revelen más datos de tu vida personal.

Cuando te resulte fácil hablar durante más de un minuto seguido, intenta aumentar el tiempo o el número de veces que interaccionas con los demás –habla con más frecuencia y durante más tiempo-.

4-Haz cumplidos sinceros

Intenta perder la vergüenza a hacer cumplidos a otras personas –siempre que sean honestos- en relación a sus habilidades, vestimenta, etc.

Por ejemplo, si acudes a una fiesta en la que el anfitrión ha preparado un plato delicioso, hazle un cumplido sobre su habilidad en la cocina, muestra interés en conocer la receta, etc.

Una forma de continuar la conversación, sería hablar sobre otras recetas que conoces o que te gustaría aprender.

Seguro que si comienzas una conversación de este modo, no tendrás muchas dificultades para continuar hablando de forma natural y espontánea, incluso sobre otros temas de conversación.

5-Aprende a recibir cumplidos

normas del buen hablante y oyente

Del mismo modo que es importante que aprendas a hacer cumplidos a los demás, es necesario que aprendas a recibirlos. Por tanto, en lugar de mostrar una modestia excesiva, muéstrate agradecido y halagado.

Siguiendo con el ejemplo anterior, si una persona te dice que tienes buena mano en la cocina, podrías explicar quién te dio la receta, cuándo la aprendiste o cuánto tiempo has invertido en cocinarlo.

Aceptando los cumplidos de otras personas te mostrarás como una persona menos tímida, más segura y con confianza en ti mismo.

6-Haz uso de las autoinstrucciones positivas

Es muy importante que comiences a cambiar el lenguaje interno que mantienes contigo mismo. Seguramente, hasta ahora siempre te habías dicho frases del tipo: “todos se van a dar cuenta de lo vergonzoso que soy” o “voy a hacer el ridículo hablando en público”.

Como puedes imaginar, este tipo de pensamiento, lejos de ayudarte a conseguir tu propósito, te impiden que desarrolles un comportamiento social adecuado.

Para evitar estos pensamientos catastrofistas, puedes comenzar a modificarlos por autoinstrucciones de valentía y eficacia, que consisten en:

  • Antes de comenzar a interactuar, piensa en que puedes lograrlo, y que no va a suceder nada si te ruborizas.
  • Durante la interacción social, debes decirte a ti mismo lo bien que estás actuando, de forma que adquieras mayor autoconfianza.
  • Por último, al finalizar la interacción, quédate con los aspectos más positivos, para que seas consciente de que puedes hablar con los demás de forma eficaz. En cuanto a los aspectos negativos, debes tenerlos en cuenta para ir mejorándolos en sucesivas interacciones.

7-Apúntate a algún deporte o actividad en grupo

Tener buenas experiencias con los demás, interactuando en un ambiente discernido, te ayudará a cambiar tu visión de las relaciones sociales.

Procura encontrar una actividad que se adecúe a tus intereses y habilidades, en lugar de elegir un deporte competitivo que no te resulte atractivo. Seguro que conociendo a personas que comparten tus hobbies e intereses, te resultará mucho más fácil relacionarte con ellos.

Esta también es una buena oportunidad para relacionarte con otras personas en tu tiempo libre, con la ventaja añadida de que no te conocían previamente y puedes “partir de cero” en tu relación con ellos –sin que te vean como el tímido o el retraído del grupo-.

8-No pienses que tu vida no es interesante

Muchas personas que muestran una actitud tímida o retraída actúan como si fuese más interesante escuchar la vida de los demás que hablar sobre la suya propia. Si este es tu caso, intenta apreciar lo interesante que puede ser tu vida y tus experiencias personales.

Evita las frases como “mi trabajo es muy monótono” o “mi vida es muy aburrida” y piensa en todo aquello que puede despertar el interés en los demás, hablando de las anécdotas de tu último viaje, el libro que estás leyendo, una película que te resultó divertidísima, etc.

Seguro que si te paras a pensarlo, tienes muchos temas de conversación que pueden interesar a los demás.

9-Céntrate en el exterior, no en tu interior

Para que la conversación sea fluida, debes enfocar tu atención en el tema de conversación, en lo que dice la otra persona y en lo que quieres transmitir.

Centrar tu atención en ti mismo, en lo que pueden estar pensando los demás de ti, en que estás temblando o te sudan las manos, hará de la conversación un momento incómodo para ambos –para ti mismo y para quien te escucha-.

Otro aspecto que debes tener en cuenta es centrarte en el aquí y ahora. No permitas que tu mente esté en otro lugar, sino frente a la persona que te habla y concentrada en la conversación que estás teniendo.

Por tanto, trata de ser lo más natural y espontáneo posible, de forma que llegues a disfrutar mientras interaccionas.

10-Aprende a valorar tus logros

La timidez es un rasgo de personalidad, una forma de ser y de relacionarte con el mundo que has ido aprendiendo desde tus primeras interacciones sociales.

Se trata de una dimensión bastante estable, por lo que no te resultará fácil dejar de ser tímido de la noche a la mañana. Por ejemplo, si llevas años sin pisar una fiesta concurrida, deberías premiarte después de asistir a una.

Lo importante es que vayas aplicando estos consejos poco a poco, de forma que evites abrumarte y desarrollar un miedo mayor a las relaciones interpersonales.

Además, valorar tu esfuerzo y tu progreso te ayudará a seguir avanzando, de forma que llegues a alcanzar tu objetivo final.

Y tú, ¿qué otros consejos añadirías para superar la timidez?

Referencias

  1. Cano Vindel, A., Pellejero, M., Ferrer, M. A., Iruarrizaga, I., & Zuazo, A. (2001). Aspectos cognitivos, emocionales, genéticos y diferenciales de la timidez. Revista española de motivación y emoción, 2, 67-76.
  2. Gas, J. M. M. (1976). Estudio del factor de personallidad extraversión-introversión mediante la técnica de los tiempos de reacción. Anuario de psicología/The UB Journal of psychology, (14), 9-34.
  3. Lane, C. (2010). La timidez. Zimerman.
  4. Manzano, E. S. (1990). Imaginación creativa y personalidad: estudio experimental sobre las relaciones en la creatividad y la introversión-extraversión. Revista complutense de educación, 1(1), 121.