Psicología educativa

Cómo dejar de tartamudear con 10 ejercicios prácticos


¿Eres tartamudo y sientes frustración y vergüenza cada vez que debes hablar en público, y por eso quieres saber cómo dejar de tartamudear? ¿Crees que tu hijo tiene síntomas de tartamudez y quieres ayudarlo a superar el problema?

Hay buenas noticias. Si tu fluidez al hablar se ve muy afectada porque eres tartamudo, los síntomas se pueden atenuar poniendo en práctica algunos ejercicios para dejar de hacerlo.

Y si tienes un niño pequeño con este problema, puedes ayudarle a mejorar su tartamudez o a superar el problema. Por otra parte, si no ves resultados o prefieres que alguien experimentado se dedique a ello, es aconsejable que acudas a un pedagogo o psicopedagogo.

Mi hijo es tartamudo ¿cómo lo ayudo?

Si tienes un hijo pequeño que tartamudea, comenzar un tratamiento tempranamente puede evitar que la tartamudez se transforme en un problema para el resto de su vida.

Ten en cuenta que cierto grado de tartamudez en niños de 3 o 4 años en normal. Sin embargo, debes llevar a tu hijo al foniatra para una evaluación si:

  • El tartamudeo dura seis meses o más y no desaparece.
  • El niño muestra otros síntomas, como temblores en los labios o parpadeo rápido al hablar.
  • Hay tartamudos en la familia.

Después de iniciar el tratamiento con el foniatra, el niño debe controlarse cada tres meses para ver si el tartamudeo está disminuyendo o si, por el contrario, está empeorando.

Consejos para padres

Como madre o como padre, puedes ayudar a tu hijo de las siguientes maneras:

  • Ofrécele oportunidades para que tu hijo hable relajadamente. Escúchale con tiempo, con atención y sin presionarlo.
  • No reacciones en forma negativa cuando tartamudee. Corrígele sin enfadarte y elogia si muestra fluidez al hablar.
  • No le exijas que hable de cierta forma o delante de otras personas.
  • Háblale lenta y relajadamente.
  • Cuando tartamudee, espera con paciencia que complete la palabra o la frase.
  • Dile que una persona se puede comunicar bien aunque tartamudee, que el niño comprenda que el tartamudeo no es algo malo o vergonzoso, y que no tiene por qué ser un impedimento en su vida.

Estos factores psicológicos son muy importantes para superar o al menos minimizar el tartamudeo. Recuerda que la consulta con un profesional especializado es fundamental para ayudar al niño a superar el problema o mejorar los síntomas.

10 ejercicios para dejar de tartamudear

Si ya eres adulto y tienes este incómodo problema de la tartamudez, no debes perder las esperanzas porque existen técnicas y tratamientos que pueden ayudarte mucho.

La mayoría de las técnicas son ejercicios para mejorar la fluidez al hablar, pero también hay medicamentos y dispositivos que pueden ser útiles.

Usa aparatos electrónicos

  • Existen dispositivos que se colocan en el oído, similares a un audífono, que reproducen digitalmente en el oído una versión algo retocada de la voz de quien lo está utilizando.
  • Este tipo de aparatos pueden ayudar a mejorar la fluidez del habla. Sin embargo, hay quienes opinan que no son muy prácticos para usarlos en la vida cotidiana.
  • Los investigadores continúan estudiando la eficacia a largo plazo de este tipo de dispositivos.

Estudia la opción del tratamiento farmacológico

  • Si bien no existe un medicamento específico para la tartamudez, se ha visto que ciertos medicamentos utilizados para controlar la ansiedad o la depresión pueden mejorar los síntomas.
  • Cuando la persona se siente más relajada y tranquila, muestra una mayor fluidez al hablar. Sin embargo, la medicación debe administrarse con cuidado. Puede haber efectos secundarios.

Aceptación

  • Ser tartamudo es algo que a cualquier persona le puede suceder, y no es en realidad un problema grave. Si logras aceptar tu problema, e incluso reírte de él, te sentirás más tranquilo y relajado cuando tengas que hablar en público, y es posible que tartamudees menos.
  • Los grupos de autoayuda pueden ser muy útiles en este sentido. Ser parte del grupo seguro te ayudará a aceptarte como eres y a sentirte mejor, sabiendo que hay muchas personas con este problema que trabajan día a día para superarse.
  • Además, en el grupo se comparten experiencias y diferentes herramientas para mejorar los síntomas de la disfemia.

Pararse frente al espejo

  • Esta es una técnica que parece ser muy simple, pero es sumamente efectiva. Lo ideal es que te pares frente a un espejo, y si es grande mejor: poder observarte de cuerpo entero te ayudará aún más.
  • Frente a él, y a solas, comienza a hablar. Hazte preguntas y tú mismo las respondes. Al comienzo puedes sentirte un tanto extraño, pero el verte hablando, y sin problema alguno, será una imagen muy valiosa.
  • El espejo te permite utilizar tu canal visual de comunicación. Con ello, tu cerebro va fijando una imagen, que, por otra parte, es muy positiva. Al estar solo, y sin que nadie te observe, estarás tranquilo y relajado, y es muy probable que no tartamudees.
  • Luego, cuando estés en público, tu cerebro recordará esa imagen, la de hablar sin tartamudear.

Leer en voz alta

  • Si bien este es uno de los grandes desafíos para los tartamudos, al igual que sucede con todos los temores y las barreras, hay que enfrentarlas para poder superarlas. Es la única manera de poder vencerlas.
  • Al principio conviene hacer este ejercicio solo, sin espectadores. De esta forma se elimina la tensión y el miedo al ridículo.
  • Con el tiempo se puede repetir esta dinámica, pero en presencia de alguien, si es una persona de tu confianza mejor. El siguiente paso será la situación “normal” de leer frente al público, pero cuando llegue ese momento ya habrás adquirido la experiencia necesaria.

Cambiar de actitud cuando tengas que hablar en público

  • Esta técnica es utilizada por muchas personas, no solo por quienes tartamudean. ¿Has oído hablar del “pánico escénico”? Bueno, esta técnica apunta a eliminar ese miedo. Si te trabas cuando hablas o te das cuenta de que la mirada de otros simplemente te bloquea y tartamudeas aún más, entonces no mires a una persona en particular.
  • Si bien el orador debe establecer un contacto visual, puedes hacerlo de una manera general. Mirar a todos pero sin mirar a alguien en particular.
  • Puedes mirar hacia el fondo de una habitación, o simplemente las cabezas de las personas, pero nunca directamente a los ojos. Ellos no notarán ese detalle, pero tú te sentirás más relajado.

Ejercitar y entrenar tu respiración

  • La respiración es más del 50% del problema de los tartamudos. Cuando tartamudeas, se pierde la coordinación del habla con la inhalación y exhalación del aire.
  • Si quieres, puedes hacer una primera consulta con un fonoaudiólogo para que te explique mejor el funcionamiento de todos los órganos que intervienen cuando hablas.
  • Además de los consejos prácticos del profesional, hay dos técnicas que siempre te pueden ayudar a hablar más fluidamente:
    • Respira profundamente antes de hablar. Al igual que si fueras a sumergirte en el agua, haz dos o tres respiraciones profundas. Toma todo el aire que te sea posible y luego exhala muy lentamente. Inmediatamente, sentirás tranquilidad y sosiego.
    • Respira mientras estás hablando. Oblígate a hacer pequeñas pausas durante la conversación. Tanto si te trabas como si no, es bueno que te acostumbres, respirar durante un discurso debe ser un hábito para ti.
  • Un recurso que suena muy bien es retomar la frase que terminaste justo antes de respirar. Sonará natural, y tú habrás logrado tu objetivo.

Dale cierto ritmo a tu forma de hablar

  • Sin caer en exageraciones, puedes darle cierto acento o canto a tu discurso. Cuando un tartamudo le da ritmo a sus frases, se traba menos. Naturalmente, puedes expresar sílabas un poco más largas, sin que eso suene mal al interlocutor.

Nunca te fijes objetivos de velocidad

  • Nunca es buena idea fijarse objetivos de tiempo al hablar, y mucho menos en el caso de tartamudez. La velocidad es el peor enemigo de la disfemia.
  • Nunca asumas compromisos, ni contigo mismo ni con los demás, de tener que hablar a determinada velocidad. Hablar despacio siempre será lo mejor para ti.

Consulta con terapeutas del lenguaje

  • Sean foniatras, fonoaudiólogos o psicólogos especializados en temas de lenguaje, asistir a una terapia te puede ayudar.
  • Sin embargo, es importante que tengas presente que cualquier tratamiento, sea profesional o no, no es garantía de que tu tartamudez desaparecerá por completo.
  • Eso dependerá de cuál sea tu caso, especialmente de cuál es tu edad y de cómo es el entorno que te rodea. Nunca es bueno tener demasiadas expectativas en una terapia. No por el hecho de no que te vaya a servir, sino porque no es aconsejable presionarse demasiado para dejar de tartamudear.

Por último, debes tener en cuenta que cualquier tratamiento que sigas para dejar de tartamudear, tardará un tiempo en mostrar resultados.

Tendrás que aplicar ciertas técnicas y realizar ejercicios con paciencia y perseverancia durante meses antes de notar mejorías. En la mayoría de los casos hay que aplicar más de una técnica, y no debes desilusionarte si alguna no funciona.

Lo importante es tener presente que se puede mejorar con la práctica. Si aprendes a relajarte, si dejas de lado el miedo o la vergüenza al hablar y practicas estos ejercicios, seguro notarás que con el tiempo mejora tu fluidez al hablar y tartamudeas menos.