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​Los 7 tipos de ansiedad (características, causas y síntomas)


Los trastornos de ansiedad son uno de los motivos más habituales por los que las personas acuden a psicoterapia. Este tipo de alteración psicológica presenta síntomas típicos de la activación extrema del sistema nervioso, y estos normalmente son emocionales, fisiológicos y cognitivos (del pensamiento).

Ahora bien, para poder superar esta forma de malestar, es importante conocer bien sus variantes. Por eso aquí daremos un repaso a los diferentes tipos de trastornos de ansiedad a través de un resumen de sus características, para conocerlos uno a uno y distinguirlos entre sí.

Trastornos de ansiedad: una patología muy común

Todos hemos sentido ansiedad de vez en cuando. Es una emoción normal. Es posible que, justo antes de un examen, por culpa de un problema laboral o debido a que necesitabas tomar una decisión importante, hayas experimentado sus síntomas.

Esto ocurre porque la ansiedad es una reacción normal de las personas frente a situaciones de estrés e incertidumbre. El problema surge cuando varios síntomas ansiosos provocan angustia o algún grado de deterioro funcional en la vida del individuo que lo sufre, pues afecta al funcionamiento en distintas áreas de su vida. Por ejemplo: las relaciones sociales y familiares, el trabajo, la escuela. Entonces se diagnostica el trastorno de ansiedad.

Los trastornos de ansiedad conforman una de las patologías psicológicas más habituales. Ahora bien, con un tratamiento apropiado las personas que lo sufren, estas pueden aprender a manejar sus síntomas y a mejorar su calidad de vida.

Puesto que entre los distintos tipos de trastornos de ansiedad existen diferencias notables, en el artículo de hoy te explicamos los distintos tipos de ansiedad:

1. Trastorno de ansiedad generalizada

Muchos individuos sienten ansiedad o preocupación cada cierto tiempo, especialmente cuando tienen que hacerle frente a situaciones que pueden resultar estresantes: hablar en público, jugar un partido de fútbol que significa mucho o al ir a una entrevista de trabajo. Este tipo de ansiedad puede hacerte estar alerta, ayudándote a ser más productivo y a realizar el trabajo de manera más eficiente.

Las personas que sufren en trastorno de ansiedad generalizada (TAD), sin embargo, sienten ansiedad y preocupación la mayoría del tiempo, no solo en situaciones potencialmente estresantes. Estas preocupaciones son intensas, irracionales, persistentes (al menos la mitad de los días durante al menos 6 meses) e interfieren con el funcionamiento normal en su vida diaria (actividades tales como el trabajo, la escuela, los amigos y la familia), pues son difíciles de controlar.

2. Trastorno de pánico

El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad muy debilitante y diferente al TAD. Mientras el trastorno de ansiedad generalizado se conoce como ansiedad rasgo, pues es más duradero, el trastorno de pánico se conoce como ansiedad estado, pues su sintomatología es aguda.

Las personas con trastorno de pánico experimentan sensaciones de muerte o la posibilidad de quedarse sin aire, que puede causar tanto problemas psicológicos como físicos. De hecho, la sensación puede ser tan intensa que requiera hospitalización.

En resumen, el ataque de pánico se caracteriza por:

  • La presencia de ataques de pánico recurrentes e inesperados
  • Preocupación después de haber tenido un ataque de pánico de que va a ocurrir otro, al menos durante un mes.
  • Preocupación por las implicaciones o consecuencias de un ataque de pánico (como pensar que el ataque de pánico es un signo de un problema médico no diagnosticado). Por ejemplo , algunas personas han repetido pruebas médicas debido a estas preocupaciones y, a pesar de los resultados negativos de las pruebas, todavía tienen temores de malestar .
  • Cambios significativos en el comportamiento que se relacionan con los ataques de pánico (como evitar actividades como el ejercicio físico, ya que aumenta la frecuencia cardíaca).

Los ataques de pánico alcanzan su pico a los 10 minutos y suelen durar hasta media hora, haciendo que la persona sienta cansada o agotada. Pueden ocurrir varias veces al día o sólo una vez cada pocos años .

3. Trastorno Obsesivo-Compulsivo

Los pensamientos ansiosos pueden influenciar nuestro comportamiento, lo que puede ser positivo algunas veces. Por ejemplo, pensar que te puedes haber dejado el horno encendido puede hacer que vayas a comprobarlo. Sin embargo, si este tipo de pensamientos son recurrentes puede llevar a un individuo a llevar a cabo comportamientos poco saludables.

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) se caracteriza porque el individuo que lo sufre tiene pensamientos, ideas o imágenes intrusivas. Éstos causan ansiedad (obsesiones), y provocan que la persona realice ciertos rituales o acciones (compulsiones) para reducir el malestar.

Algunos ejemplos de pensamientos obsesivos son: miedo a contaminarse o sensación de duda (por ejemplo, ¿habré cerrado la puerta de casa?), entre otros. Las compulsiones son, por ejemplo,: lavarse la manos, comprobar repetidamente que la puerta está cerrada, contar, organizar repetidamente las cosas, etcétera.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el TOC es un trastorno híbrido, que a veces no se considera parte de los trastornos de ansiedad sino de los trastornos del control de los impulsos o en su propia categoría, el espectro obsesivo-compulsivo.

4. Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)

Esta condición ocurre cuando la persona ha vivido una situación traumática que le ha provocado un gran estrés psicológico, lo que puede ser incapacitante. Cuando la persona revive el hecho que le ha causado el trauma puede experimentar los siguientes síntomas: pesadillas, sentimientos de ira, irritabilidad o fatiga emocional, desapego hacia los demás, etcétera.

Debido a la gran ansiedad que siente el individuo. éste puede intentar evitar las situaciones o actividades que le recuerden al evento que provocó el trauma. Los eventos traumáticos pueden ser, por ejemplo. un accidente serio de tráfico, abuso sexual, tortura durante la guerra...

5. Fobia social

La fobia social se caracteriza por un miedo irracional hacia situaciones de interacción social. Por ejemplo, los individuos que sufren este tipo de trastorno de ansiedad sienten una ansiedad incapacitante cuando tienen que hablar en público, porque tienen miedo a ser juzgados, criticados, humillados y piensan que los demás se van a reir de ellos delante de los demás. La fobia social es un trastorno serio, y algunos individuos pueden incluso sufrirla al hablar por teléfono o comer frente a otras personas

A pesar de que estas personas saben que no deberían sentirse tan mal ante las situaciones desencadenantes, no pueden controlar su miedo y su ansiedad, por lo que a menudo evitan este tipo de situaciones. Es frecuente confundir la fobia social con la timidez, pero no todas las personas tímidas sufren fobia social. Según un estudio publicado en el Journal Pediatrics en 2011, solo 12 por ciento de personas con timidez cumple los criterios de Fobia social.

Te explicamos más sobre este estudio y sobre la fobia social en este enlace.

6. Agorafobia

La agorafobia suele asociarse al miedo irracional por estar en espacios abiertos como grandes calles o parques. En realidad, el agorafóbico siente una fuerte angustia producida por situaciones en las se siente desprotegido y vulnerable ante las crisis de ansiedad que escapan a su control. Por tanto, el miedo no es producido por estos espacios de por sí, sino por las consecuencias de encontrarse expuesto a ese lugar, en el que se sienta indefenso. Esto hace que en los casos más graves el paciente puede recluirse en su casa como forma de evitación.

Si te interesa saber más sobre la agorafobia, picha aquí.

7. Fobia específica

Una fobia específica es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un fuerte miedo irracional a un estímulo, por ejemplo, una situación, un objeto, un lugar o un insecto. La persona que sufre un trastorno fóbico hace todo lo posible por evitar ese estímulo que le provoca ansiedad, y esta conducta evitativa puede llegar a interferir en el funcionamiento normal de su vida diaria.

Las fobias específicas son muchas, algunas de ellas muy extrañas. Algunas fobias son conocidas y otras no tanto, como la coulrofobia o miedo a los payasos, la filofobia o miedo a enamorarse, la amaxofobia o miedo a conducir.

Referencias bibliográficas:

  • Bonnot O, Herrera PM, Tordjman S, Walterfang M (19 de mayo de 2015). Secondary psychosis induced by metabolic disorders. Front Neurosci.
  • Hofmann SG, Dibartolo PM (2010). Introduction: Toward an Understanding of Social Anxiety Disorder. Social Anxiety.
  • Stephan WG, Stephan CW (1985). Intergroup Anxiety. Journal of Social Issues.
  • Nestadt, G.; Samuels, J.; Riddle, M.A.; Liang, K.I. et.al. (2001). The relationship between obsessive–compulsive disorder and anxiety and affective disorders: results from the Johns Hopkins OCD Family Study. Psychological Medicine 31.