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¿Cómo decorar una consulta de Psicología?


Las primeras impresiones influyen en nuestra forma de relacionarnos con los demás pero, también, con los espacios. Si nos encontramos por primera vez en un lugar y éste nos da una mala sensación por la forma en cómo está hecho o lo que vemos en él, puede que no volvamos a ir allí nunca más.

Los colores, los muebles, los objetos decorativos, la intensidad de la luz y otros aspectos que podemos encontrar en una consulta de psicología, en caso de no haberse cuidado lo suficiente, pueden hacer que nuestros pacientes no quieran volver a visitarnos al no sentirse seguros por culpa de lo que han visto.

Es por esto tan importante saber cómo decorar una consulta de psicología, cuestión en la que vamos a profundizar en los siguientes párrafos. Sigue leyendo para descubrir qué aspectos no pueden fallar en tu consulta profesional.

Las claves para saber cómo decorar una consulta de psicoterapia

Una de las nociones más fundamentales de las que los psicólogos somos bien conscientes es que las apariencias juegan una mala pasada, sobre todo las primeras. El cerebro humano crea en pocos segundos una imagen del contexto y las personas que puede determinar su relación con ellos desde el momento uno, por eso cosas mundanas como la forma de vestir de nuestra cita, el color de las manzanas en el supermercado o lo aparentemente limpio que puede parecer un bar nos producen una sensación de seguridad o de querer alejarse de ellos.

Las primeras impresiones son inevitables, puesto que son procesos inconscientes y adaptativos. Aunque racionalmente sepamos que algo no tiene por qué ser cómo aparenta, la imagen que nos transmite es vista como con suficiente peso como para rechazarlo o aceptarlo. Que algo nos dé la sensación de ser agradable y seguro o, de lo contrario, hostil y peligroso depende mucho de nuestra primera impresión.

Las primeras impresiones pueden jugar un papel muy importante a la hora de quedarnos o irnos de un lugar y, por ello, es tan importante cuidar la apariencia de lugares como lo son las consultas de psicología, puesto que su diseño y decoración influye en cómo se siente el paciente y lo dispuesto que está a abrirse con el psicoterapeuta. No podemos organizar nuestra consulta de forma totalmente anárquica o decorarla en base a nuestro gusto personal, puesto que quizás suponga que todos los tratamientos que sin duda conocemos y sabemos usar se vean debilitados porque el paciente no se siente cómodo.

Por esto, a lo largo de los siguientes párrafos vamos a ver qué aspectos hay que tener en consideración a la hora de decorar y organizar una consulta psicológica, los cuales potenciarán la eficacia de nuestras terapias y facilitarán el proceso terapéutico.

1. Iluminación

No es ningún secreto que la luz influye sobre la percepción y el estado de ánimo de las personas, tanto su intensidad como el tono. No debemos obviar el factor iluminación a la hora de decorar nuestra consulta, y debemos saber que sensaciones como relajación, sosiego, tristeza, calma y melancolía se relacionan con un descenso de las horas de luz.

La industria cinematográfica parece dominar desde hace tiempo la importancia de la iluminación a la hora de transmitir emociones. Por ejemplo, para representar una situación melancólica en un espacio cerrado se recurre a poca luz, mientras que la luz intensa nos motiva y activa, pudiendo ser usado para representar emociones como la alegría o, incluso, la ansiedad.

La luz más blanca transmite seriedad, limpieza y favorece la concentración, aunque dota de un aire más frío a la estancia. En cambio, la luz amarilla es percibida como cálida, siendo ideal para espacios donde se pretende dialogar o inducir a la relajación, funciones propias a desempeñar durante la aplicación de una psicoterapia.

El uso de luz blanca o luz amarilla en nuestra consulta va a depender de lo que queramos hacer en ella. Por ejemplo, si el objetivo es pasar ciertas pruebas a los pacientes, lo suyo es disponer de una estancia lo suficientemente iluminada con luz blanca para facilitar la concentración. En cambio, si lo que se quiere es provocar relajación y hacer que el paciente se sienta libre para compartirnos su mundo interno, lo aconsejable es la luz amarilla e iluminación tenue.

Se puede jugar con la cantidad de luz en función del tamaño y número de ventanas, si hay cortinas y en función de su color y tipo. También se puede incrementar o reducir la luz artificial repartiendo lámparas por la habitación y usar bombillas inteligentes con las que podemos cambiar el tono y la intensidad de la iluminación.

Decoración de la consulta de psicoterapia

2. Insonorización

Las consultas de psicología pretenden ser espacios seguros, algo que el ruido excesivo puede echar en tierra fácilmente. Ningún paciente se va a sentir seguro en una habitación en la que se oye el griterío y cláxones de la calle, puesto que lo va a ver como una estimulación sonora altamente estresante y tensa, no podrá hablar con comodidad con el terapeuta y no podrá liberar su mundo interno a gusto.

Los niveles elevados de ruido, tanto continuos como intermitentes, producen irritabilidad, dificultades de concentración y fatiga. Es por ello que es crucial garantizar que en la consulta no penetren ruidos molestos cuidando la insonorización, poniendo ventanas especiales en caso de ser necesario.

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3. Climatización

La temperatura debe tenerse en consideración, especialmente en función de la época del año y el lugar donde se asienta la consulta. Hay que disponer de un buen sistema de calefacción y aire acondicionado, previniendo lo muy frío o muy cálido que sea el lugar en donde nos encontramos y entendiendo que la temperatura influye en lo cómodo que se siente el paciente en la consulta.

Las temperaturas altas pueden provocar que el paciente se sienta con sueño o irritado, mientras que si son muy bajas pueden limitar sus movimientos, ser menos propenso a hablar y, si está sintiendo mucho frío, puede llegar a tartamudear. Se debe intentar mantener una temperatura agradable en la estancia para que el tiempo de consulta el paciente no lo dedique a estar abanicándose compulsivamente o frotándose las manos.

Estética de una consulta de psicología

4. Ventilación

La ventilación suele ser un aspecto bastante olvidado a la hora de montar una consulta, aunque tras varias sesiones es bastante probable que se perciba su importancia, sobre todo si los pacientes que se han visto tienen no cuidan demasiado su higiene (ocurre mucho con personas con depresión avanzada). Cada individuo tiene su noción de higiene y, añadido a esto, si trabajamos con niños o durante una época muy cálida es cuestión de minutos que empecemos a ver cómo se carga el ambiente.

Una buena ventana suele bastar, pero nunca está de más usar un ambientador para contrarrestar los olores de los pacientes y la nuestra propia.

5. La importancia de los colores

Los colores influyen en nuestra percepción del entorno, nos transmiten información del ambiente, nos provocan sensaciones e, incluso, alteran nuestro estado anímico. Eva Haller es una psicólogo experta en la Psicología del Color y gracias a su trabajo conocemos cómo de importante es cuidar el aspecto cromático en los espacios físicos. Los colores pueden sugerirnos todo tipo de sensaciones, veamos cuáles son sus principales significados:

5.1. Azul

El color azul se percibe como armónico, feliz y simpático. Puede transmitir profesionalidad, induce a la calma y ayuda a concentrarse y mantenerse estable. Es un color frío pero, a pesar de ello, se relaciona con sentimientos positivos.

5.2. Rojo

El color rojo se relaciona con pasión, amor, calor pero, también, peligro. Puede alterar nuestro sistema nervioso, por lo que no se recomienda en espacios donde se quiera fomentar el descanso. Puede incrementar la presión sanguínea y acelerar el metabolismo.

5.3. Amarillo

El amarillo se asocia con optimismo, intelecto, alegría y celos. Activa el sistema nervioso como lo hace el color amarillo, por lo que este color no es tampoco una buena opción para epacios destinados a la relajación.

5.4. Verde

El verde se relaciona con la naturaleza, la vitalidad, la esperanza y la salud, aunque también con el enfado. Induce a sentirse seguro y aumenta la percepción de la confianza. Se considera que es uno de los colores más equilibrados y el que influye más positivamente sobre la concentración.

5.5. Negro

El negro se relaciona con melancolía, oscuridad y muerte. No hace falta explicar demasiado a fondo por qué no es un color apropiado para una consulta psicológica, a no ser que lo que se quiera es hacer que el paciente salga peor de lo que ha entrado.

5.6. Blanco y crema

El blanco se relaciona con pureza, limpieza, paz, inocencia, espiritualidad… Suele ser una apuesta segura y válida la mayoría de las veces, aunque se prefiere la opción crema, un color más suave, con más personalidad y que, en caso de ensuciarse las paredes, no se nota tanto. El color crema transmite sensación de amplitud y de estar en un espacio acogedor.

5.7. Naranja

El naranja es un color cálido, sentido como divertido y exótico aunque, como el rojo y el amarillo, también provoca activación del sistema nervioso, aunque en menor medida que esos dos colores. El naranja parece disminuir la irritabilidad y estimula la mente.

5.8. Lila y rosa

El lila se asocia con la feminidad, el poder y la espiritualidad. Tiene efectos calmantes sobre las personas, con lo que es un buen color para trabajar la relajación. También se cree que estimula la creatividad y reduce la impaciencia.

El rosa también se asocia con lo femenino, además del amor y la ternura. A pesar de ello, su tonalidad puede activar demasiado, con lo que en caso de escogerlo como color para la consulta se deberá optar por colores más tipo pastel.

5.9. Marrón

El marrón es visto como un color natural y acogedor, asociado con seguridad y estabilidad. Se considera como un color neutral que transmite equilibrio y confort. Combina muy bien con otros colores, con lo cual en caso de pintar las paredes de la consulta de color marrón, se pueden tener objetos decorativos de otros coclores sin cargar demasiado la consulta.

5.10. Gris

El gris es un color que transmite tristeza, aburrimiento y melancolía, aunque cabe decir que también puede verse como un color sofisticado gracias a su neutralidad. Este color es ideal en caso de que se combine con otros colores más alegres, nunca en solitario.

Muebles, diseño y distribución en el espacio

Vistos todos los significados e interpretaciones que se pueden hacer de los colores, podemos concluir que los tonos más aconsejables para hacer de nuestra consulta psicológica un lugar armónico donde el paciente se sienta en paz y sereno son los colores verde, azul y marrón, así como colores neutros si los añadimos junto con un poco de color más intenso. Esto es aplicable también a las consultas de psicología infantil, aunque se puede añadir un poco más de vitalidad recurriendo a objetos decorativos. Ahora bien... ¿por qué muebles optar y cómo distribuirlos?

Los muebles son muy importantes en el diseño de la consulta. Gracias a los trabajos del neurocientífico Moshe Bar y Maital Neta, sabemos cómo influyen en el estado anímico humano los muebles curvilíneos y redondeados en contraposición con los que tienen formas más rectas y puntiagudas.

Estos investigadores descubrieron que aquellas habitación con muebles de formas curvas, redondeadas y suaves se percibían como más agradables y relajantes, haciendo que los visitantes permanecieran más tiempo en ellas e, incluso, se motivaron a socializar con otras personas. En cambio, los objetos puntiagudos se perciben como hostiles, como que uno se encuentra en un lugar del que debería huir.

En cuanto a la cantidad de muebles y su distribución, lo más apropiado es disponer solamente de los muebles que se consideren prácticos e imprescindibles, favoreciendo una imagen amplia, limpia y equilibrada de la consulta. Si por el contrario la habitación está cargada de muebles el paciente puede sentirse incómodo, además de distraerse con facilidad. Añadido a esto, la distribución ideal es en forma de L, puesto que se ha visto que así se facilita el diálogo y la comunicación.

Hay controversia sobre si es mejor usar un diván, sillas, sofá o butacas. El motivo de tal debate es que se sostiene que uno de estos objetos es decisivo para la recuperación de la persona, habiendo partidarios de cada una de estas opciones y que no se ponen de acuerdo. En la práctica, como cada paciente es distinto, no podemos pretender que todos se sientan cómodos usando el mismo tipo de asiento porque no va a ser así.

Hay quienes prefieren sillas, otros sofás, otros divanes… y la consulta debe disponer de todos ellos, en la medida que sea posible y práctico. El uso de cada uno de estos muebles dependerá del enfoque y técnicas que aplique el psicólogo, pero lo clave es que el paciente se sienta cómodo y que él escoja el mueble que prefiera. No podemos pretender que esté concentrado los 45 minutos que dura la sesión si está sentado en un mueble que le provoca dolor de espalda o le hace sentir tenso.

1. Paredes con títulos

Uno de los puntos también controversiales a la hora de decorar una consulta es el tema de los títulos. ¿Qué es mejor: ponerlos o no? Lo cierto es que parece que colgarlos es un punto a favor, un aliado para el terapeuta dado que los pacientes perciben a los psicólogos con títulos expuestos en las paredes como personas más entendidas, con mayor experiencia y habilidad. Los títulos también hacen que seamos vistos como personas más amables, hospitalarias e interesadas en los pacientes.

Parece ser que cuantos más certificados cuelguen las paredes de la consulta más aprecio perciben los pacientes de sus psicólogos, puesto que les daba la sensación de que los terapeutas emitían una imagen de energía y dinamismo. Los títulos son entendidos como la prueba de los muchos conocimientos que posee el profesional, además de ser una forma asertiva por parte del profesional de abrirse, de dar a conocer quien es y a qué se dedica sin reparo ni vergüenza alguna, en el sentido positivo de la expresión.

2. Objetos personales

Muchos psicólogos tienen miedo de colocar objetos personales en su consulta, especialmente aquellos tan íntimos como fotografías de la familia, el perro o algún acontecimiento importante en su vida. Por fortuna, este tipo de objetos suponen un impacto muy positivo sobre el paciente, quien al verlos humaniza la figura del terapeuta, deja de verlo como un profesional frío y lo percibe como una persona de carne y hueso que lo quiere ayudar a superar su problemática.

Decoración de la consulta del psicólogo

3. Estanterías con libros

Un gran aliado para nuestra consulta es disponer de una estantería de libros, un mueble que da a entender a nuestros pacientes que estamos leyendo y formándonos constantemente. Añadido a esto, en caso de tener un imprevisto y no saber cómo actuar ante un caso en concreto o, simplemente, porque nos han cancelado una cita, siempre va bien tener un libro especializado a mano.

Estantería en una consulta de psicoterapia

4. Otros objetos decorativos

Por último, podemos hablar sobre algunos objetos decorativos que ayudan a dar ese toque personal y característico a nuestra consulta, algo que la haga diferente de las de los demás psicólogos y que haga que los pacientes sientan que se encuentran en un entorno seguro y calmante. Por ejemplo, las plantas dan vida y mejoran el clima, las alfombras añaden familiaridad y los cuadros le dan personalidad al espacio, distinción incluso.

En función de cómo los coloquemos y qué tipo de objetos hayamos escogido, estos harán de nuestra consulta un lugar que permanezca en la memoria de nuestros pacientes como un lugar interesante, relajante y terapéutico.