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​10 características esenciales de un buen psicólogo


Ser un buen psicólogo no siempre es tarea fácil, pues esta profesión puede llegar a ser estresante y agobiante.

Tratar con otras personas y con sus problemas, en ocasiones graves, y ayudarles a gestionar de manera correcta sus emociones puede ser agotador. Entre los profesionales de la psicología es sabido que, especialmente aquellos que se dedican a terapia psicológica, los primeros que deben acudir a sesiones de terapia son los propios terapeutas. Esto puede ayudarles a ser más objetivos a la hora de tratar a sus pacientes.

Principios para ser un buen psicólogo

Muchas veces, la diferencia entre ser un buen psicólogo o un mal psicólogo se encuentra en la actitud, en seguir una serie de principios o hábitos que mejorar la buena labor profesional. La terapia psicológica, en ocasiones, puede no funcionar, pero los psicólogos debemos evitar que las malas prácticas sean el motivo por el que el paciente no se ha beneficiado de la ayuda terapéutica.

Pero, ¿cuáles son los principios que un buen profesional de la psicología debe aplicar? ¿cómo debe ser un buen psicólogo o terapéuta? A continuación te los explicamos.

1. No juzgar nunca a un paciente

A lo largo de su carrera profesional, un psicólogo puede encontrarse con pacientes que piensen de manera diferente a él en muchos aspectos. Además, algunas de las experiencias que revelan los pacientes pueden ser poco comprensibles para muchas personas. Pero el psicólogo o terapeuta debe comprender la situación, y a pesar de no compartir la forma de actuar o de pensar del paciente, jamás debe imponer su opinión.

El psicólogo es un profesional que se ha formado para facilitar al paciente las herramientas necesarias para poder mejorar su bienestar psicológico. Por tanto, un buen psicólogo ni juzga ni critica a sus pacientes.

2. Ser accesible

Los pacientes suelen ser personas que necesitan ayuda profesional por distintos motivos, pero generalmente se encuentran en situación de malestar psicológico y emocional. Un buen psicólogo permite que sus clientes se sientan cómodos en sus sesiones y se muestra accesible. Esto ayuda a que el paciente se abra y se sienta preparado para superar sus miedos.

3. Escuchar activamente

El terapeuta debe prestar atención plena a sus pacientes, por lo que no solamente debe oír lo que le dice, sino que debe escucharle plenamente. Esto significa que debe escuchar de forma activa, es decir, prestar atención con los cinco sentidos a lo que el paciente dice.

Además, el psicólogo no debe interrumpir continuamente a su paciente durante la sesión, porque no es positivo para mantener la conexión terapeuta-paciente. En este sentido, es esencial que el psicólogo provea un excelente rapport en sus sesiones.

4. Ser autoconsciente y sincero

La relación terapéutica no siempre es fácil, porque los psicólogos son seres humanos con sus emociones y pensamientos propios.

Pero el buen psicólogo es autoconsciente y sabe cuando deja de ser objetivo y se basa en prejuicios a la hora de prestar ayuda a sus pacientes. Además, los buenos psicólogos son sinceros tanto con el paciente como consigo mismos, lo que permite guiar al paciente en el camino de la recuperación.

5. Estar en continua formación

Un buen psicólogo está continuamente formándose, porque debe ser capaz de entender y atender a sus pacientes de la mejor manera posible. Nuestra sociedad está en continuo cambio y los avances tecnológicos están cambiando nuestra forma de interactuar con el medio.

Para entender la realidad actual es necesario que el terapeuta actualice sus conocimientos de forma constante. La formación es básica para continuar mejorando y para continuar creciendo a nivel profesional.

6. Ser ético

El psicólogo, además de poseer conocimientos teóricos y prácticos para el correcto desarrollo de su profesión, debe ser consciente de sus recursos y limitaciones y de los principios éticos que que gobiernan el ejercicio de su profesión. Existe un código deontológico que todos los profesionales de la salud mental deben seguir estrictamente y que garantizan un servicio profesional y de calidad.

La responsabilidad social del psicólogo le obliga a respetar la dignidad de sus pacientes y preservar y proteger los derechos humanos fundamentales. Entre algunas de las obligaciones éticas del psicólogo, podemos encontrar: utilizar sus conocimientos para promover el bienestar humano o mantener secreto profesional.

7. Comunicar de forma efectiva

Puesto que los psicólogos tratan con personas, es necesario que dominen ciertas habilidades interpersonales y habilidades de comunicación.

Pues uno de los motivos por los que existe una buena relación profesional entre un terapeuta y un paciente es la buena comunicación y el entendimiento entre ambos, es totalmente necesario que el profesional posea una serie de recursos comunicativos que hagan llegar su mensaje de forma clara al paciente.

8. Ser paciente

Una de las cualidades que debe poseer el terapeuta es la paciencia. A lo largo de las sesiones terapéuticas pueden existir altibajos por parte del paciente, algo que puede afectar también al psicólogo, al hacerle cuestionar su método de trabajo.

La relación psicólogo-paciente no siempre es idílica, y en muchas ocasiones el psicólogo debe ser tolerante y paciente, y debe ser capaz de transmitir esa paciencia para que el paciente sea consciente de que los altibajos son normales.

9. Ser empático

Pero el terapéuta no solo debe mostrarse paciente frente a persona que tiene delante, sino que, para llevar a cabo sus labores profesionales con éxito, debe ser empático.

Esto quiere decir que debe ser capaz de ponerse en lugar del otro para sentir lo que siente y pensar como piensa. De esta manera será capaz de comprender la magnitud del problema que la persona está viviendo y podrá ayudarle. Si el psicólogo no consigue ser empático, puede minimizar el problema que vive el paciente, lo que le podría llevar a emplear herramientas inadecuadas.

10. Derivar cuando es necesario

El psicólogo debe entender que no puede ayudar al paciente en todos sus motivos de consulta ni es experto en solucionar todos los problemas. Uno de los principios para ser un buen psicólogo es saber derivar cuando es necesario.

Por tanto, el psicólogo debe derivar al paciente a otro profesional para que este último pueda beneficiarse de la ayuda proporcionada por otro profesional sanitario. De no hacerlo, está cometiendo en una mala práctica profesional.