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10 Ejemplos de
Poemas en sentido literal

Los poemas en sentido literal son textos poéticos cuyas palabras poseen un sentido lineal y explícito, es decir, que hacen referencia aquello que nombran. Por ejemplo: En mi jardín creció una rosa. (es un verso que literalmente significa que creció esa flor)

Los enunciados en sentido literal deben ser interpretados según la definición de diccionario de las palabras y se diferencian de aquellos en sentido figurado, porque en estos últimos el lenguaje se utiliza con un significado metafórico, o sea, distinto al ordinario.

Los poemas pueden estar escritos en verso o en prosa y suelen expresar sentimientos, emociones, reflexiones o pensamientos. La mayoría de estas composiciones deben ser interpretadas en sentido figurado, porque incluyen figuras retóricas, es decir, recursos literarios que modifican el significado de las palabras.

Sin embargo, existen composiciones poéticas o partes de ellas que se interpretan en sentido literal. Es más fácil comprender estos poemas, porque el contenido se expresa de manera directa.

Ejemplos de poemas en sentido literal

  1. “XLII”, de Antonio Machado

¿Dices que nada se pierde?
Si esta copa de cristal
se me rompe, nunca en ella
beberé, nunca jamás.

  1. “Canción de invierno”, de Juan Ramón Jiménez

Cantan. Cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada…
Yo no sé dónde cantan
los pájaros —cantan, cantan—
los pájaros que cantan.

  1. “Oh sí”, de Charles Bukowski

Hay cosas peores que
estar solo
pero a menudo toma décadas
darse cuenta de ello
y más a menudo
cuando esto ocurre
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que
un demasiado tarde

  1. Fragmento de “El jinete de bronce”, de Alexander Pushkin

Así pues, al volver a casa Eugenio
tras quitarse el abrigo, se acostó,
pero tardó muchísimo en dormirse,
sacudido por varias reflexiones.
¿En qué andaba pensando? En que era pobre,
que había de trabajar si pretendía
llegar a una honorable independencia;
en que no podía Dios haberle dado
más talento y dinero —que hay holgazanes
que son felices sin talento alguno
y cuya vida les resulta fácil—
que él lleva ya dos años de servicio…
También piensa que el tiempo no mejora,
que el río va subiendo, que los puentes
van a cortarlos y que un par de días
estará sin poder ver a Parasha…

  1. Fragmento de “La felicidad de la vida en el campo”, de Francisco Agustín de Cisneros

Otro, cuando suspende
Su atención en la margen festonada
Del arroyuelo manso
Que desciende a regar una cañada,
Formando aquí un islote, allá un remanso,
Y lavando en sus aguas cristalinas
El musgo, el césped, y menudas chinas.
Otro placer le causa bien distinto
Un cultivado huerto, en que florecen
la delicada rosa y el jacinto,
y los jazmines entre murtas crecen,
mezclándose con salvias y alhelíes,
blancos lirios, claveles carmesíes.

  1. “Al menos”, de Raymond Carver

Quiero levantarme temprano una vez más,
antes de que salga el sol. Antes que los pájaros, incluso.
Quiero echarme agua fría a la cara
y sentarme a mi mesa de trabajo
cuando el cielo empieza a iluminarse y aparece
el humo en las chimeneas
de las casas vecinas.
Quiero ver cómo rompen las olas entre las rocas, no solo
oírlas como por la noche mientras duermo.
Quiero ver de nuevo los barcos
que llegan de cualquier parte del mundo
y cruzan el estrecho,
los cargueros viejos y sucios que apenas se mueven,
y los nuevos buques de carga
pintados de todos los colores bajo el sol
tan rápidos que cortan el agua a su paso.
No quiero perderlos de vista,
ni tampoco la pequeña barca que avanza
entre ellos
o la estación de pilotos al lado del faro.
Quiero ver cómo bajan a un hombre del barco
y suben a otro a bordo.
Quiero pasarme el día viendo estas cosas
y sacar mis propias conclusiones.
Detesto parecer egoísta —tengo muchos
motivos para estar agradecido—
pero quiero levantarme temprano una vez más, al menos.
Acercarme a mi sitio con un café y esperar.
Solo esperar a ver qué ocurre.

  1. “Aquí”, de Octavio Paz

Mis pasos en esta calle
Resuenan
En otra calle
Donde
Oigo mis pasos
Pasar en esta calle
Donde
Solo es real la niebla.

  1. “El barquito de papel”, de Amado Nervo

Con la mitad de un periódico
hice un barco de papel,
en la fuente de mi casa
le hice navegar muy bien.

Mi hermana con su abanico
sopla, y sopla sobre él.
¡Buen viaje, muy buen viaje,
barquichuelo de papel!

  1. “XVIII”, de Joaquín María Bartrina

Esta moneda y esa espada, creo
que son lo más notable del museo;
ambas antigüedades
son restos de las bárbaras edades.
Su origen el catálogo ya aclara:
lástima que decir también no pueda
cuál de las dos más crímenes causara,
la espada o la moneda.

  1. Fragmento “La barraca”, anónimo

La tengo ebajo de una higuera,
junto á la cieca é Meana,
le cantan de día los pájaros
y por la noche las ranas;
es fresca si hace calor,
y en invierno es una manta;
y ni er palacio del Rey
vale más que mi barraca.*

*Se transcribe tal cual aparece en el original. Todo el poema puede ser interpretado en sentido literal, salvo el verso “y en invierno es una manta”, porque es una metáfora que hace referencia a que la casa es calurosa en invierno.

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