Cuáles son los
Tipos de poesía
Tipos de poesía
Existen distintos tipos de poesía, ya que la poesía se clasifica en distintos subgéneros según su contenido. Por ejemplo: poesía lírica, poesía épica, poesía dramática.
La poesía es un género literario que se caracteriza por hacer descripciones subjetivas y porque sus textos están generalmente escritos en verso, aunque en algunos casos pueden estar escritos en prosa.
El fin de este género es principalmente estético y, por eso, se utilizan distintos recursos literarios para expresar sentimientos, ideas, emociones y reflexiones sobre temas muy variados.
En épocas anteriores, como la Antigüedad, la Edad Media o la época del Renacimiento, las poesías se ajustaban a distintas reglas, ya que, según el género o el tipo de composición, las poesías tenían una determinada métrica, que determinaba el tipo de verso y la rima, y distintos tipos de estrofas.
En la actualidad, las poesías son más libres ya que no se ajustan a reglas preestablecidas, es decir, la extensión del verso, la rima y la estructura de una poesía son elegidas por cada poeta.
- Sigue con: Tipos de poemas
Tipos de poesía
Las poesías pertenecen a distintos subgéneros según su contenido y según su objetivo:
- Poesía lírica. Se originó en la Antigua Grecia y se caracteriza por expresar la voz poética, es decir, la subjetividad del autor. Para eso, se enuncian sentimientos, emociones, pensamientos e ideas. Generalmente, en estas poesías se utilizan figuras retóricas y otros recursos literarios. Además, existen distintas composiciones de este subgénero, que tienen reglas formales respecto a la estructura de las estrofas, los versos y la rima. Algunas de las composiciones de poesía lírica son el soneto, la oda, la elegía y el epigrama. Por ejemplo:
“Soneto X” de Garcilaso de la Vega (no se sabe con exactitud cuál fue su fecha de nacimiento, pero se estima que fue entre los años 1491 y 1503 y que falleció en 1536)
¡Oh dulces prendas, por mí mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería,
Juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas!¿Quién me dijera, cuando las pasadas
horas que en tanto bien por vos me vía,
que me habiáis de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?Pues en una hora junto me llevastes
todo el bien que por términos me distes,
lleváme junto el mal que me dejastes;si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.
- Poesía épica. Es una narración de hechos reales o legendarios, que pueden ser las distintas hazañas de héroes o batallas. Su objetivo es dar a conocer y resaltar determinados sucesos, personajes y valores. En cuanto a la forma, suelen ser poemas muy extensos que se dividen en cantos. Algunas de las composiciones de poesía épica son las epopeyas y los cantares de gesta. Por ejemplo: El cantar del mio Cid (escrito alrededor del 1200) que narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar.
- Poesía dramática. Narra en forma de versos una historia e incluye diálogos o monólogos que representan las intervenciones de los personajes. La poesía dramática puede ser una tragedia (si la historia tiene un desenlace funesto y si sus personajes son elevados) o una comedia (si la historia tiene un final alegre y si hay elementos humorísticos). Por ejemplo:
Fragmento de Fuenteovejuna (1619) de Lope de Vega.
Acto I
Salen el COMENDADOR, FLORES y ORTUÑO, criados.
COMENDADOR
¿Sabe el Maestre que estoy
en la villa?
FLORES
Ya lo sabe.
ORTUÑO
Está, con la edad, más grave.
COMENDADOR
¿Y sabe también que soy
Fernán Gómez de Guzmán?
FLORES
Es muchacho, no te asombre.
COMENDADOR
Cuando no sepa mi nombre,
¿no le sobra el que me dan
de Comendador Mayor?
ORTUÑO
No falta quien le aconseje
que de ser cortés se aleje.
- Poesía bucólica. Es una narración en verso en la que se cuentan historias de amor que suceden en el campo y cuyos personajes suelen ser campesinos. Algunas de las composiciones de la poesía bucólica son la égloga, el idilio y la pastorela. Por ejemplo:
Fragmento de “Égloga segunda” de Garcilaso de la Vega
En medio del invierno está templada
el agua dulce desta clara fuente,
y en el verano más que nieve helada.
¡Oh claras ondas, cómo veo presente,
en viéndoos, la memoria d’aquel día
de que el alma temblar y arder se siente!
En vuestra claridad vi mi alegría
escurecerse toda y enturbiarse;
cuando os cobré, perdí mi compañía.
¿A quién pudiera igual tormento darse,
que con lo que descansa otro afligido
venga mi corazón a atormentarse?
El dulce murmurar deste rüido,
el mover de los árboles al viento,
el suave olor del prado florecido
podrian tornar d’enfermo y descontento
cualquier pastor del mundo alegre y sano;
yo solo en tanto bien morir me siento.
¡Oh hermosura sobre’l ser humano,
oh claros ojos, oh cabellos d’oro,
oh cuello de marfil, oh blanca mano!,
¿cómo puede ora ser qu’en triste lloro
se convertiese tan alegre vida
y en tal pobreza todo mi tesoro?
Quiero mudar lugar y a la partida
quizá me dejará parte del daño
que tiene el alma casi consumida.
¡Cuán vano imaginar, cuán claro engaño
es darme yo a entender que con partirme,
de mí s’ha de partir un mal tamaño!
¡Ay miembros fatigados, y cuán firme
es el dolor que os cansa y enflaquece!
¡Oh, si pudiese un rato aquí adormirme!
Al que, velando, el bien nunca s’ofrece,
quizá qu’el sueño le dará, dormiendo,
algún placer que presto desparece;
en tus manos ¡oh sueño! m’encomiendo.
Ejemplos de tipos de poesía
- Poesía lírica. “Canción II” de Garcilaso de la Vega (Siglo de Oro español)
La soledad siguiendo,
rendido a mi fortuna,
me voy por los caminos que se ofrecen,
por ellos esparciendo
mis quejas d’una en una
al viento, que las lleva do perecen.
Pues todas no merecen
ser de vos escuchadas,
ni sola un hora oídas,
he lástima de que van perdidas
por donde suelen ir las remediadas;
a mí se han de tornar,
adonde para siempre habrán d’estar.
Mas ¿qué haré, señora,
en tanta desventura?
¿A dónde iré si a vos no voy con ella?
¿De quién podré yo ahora
valerme en mi tristura
si en vos no halla abrigo mi querella?
Vos sola sois aquélla
con quien mi voluntad
recibe tal engaño
que, viéndoos holgar siempre con mi daño,
me quejo a vos como si en la verdad
vuestra condición fuerte
tuviese alguna cuenta con mi muerte.
Los árboles presento,
entre las duras peñas,
por testigo de cuanto os he encubierto;
de lo que entre ellas cuento
podrán dar buenas señas,
si señas pueden dar del desconcierto.
Mas ¿quién tendrá concierto
en contar el dolor,
qu’es de orden enemigo?
No me den pena por lo que ora digo,
que ya no me refrenará el temor:
¡quién pudiese hartarse
de no esperar remedio y de quejarse!
Mas esto me es vedado
con unas obras tales
con que nunca fue a nadie defendido,
que si otros han dejado
de publicar sus males,
llorando el mal estado a que han venido,
señora, no habrá sido
sino con mejoría
y alivio en su tormento;
mas ha venido en mí a ser lo que siento
de tal arte que ya en mi fantasía
no cabe, y así quedo
sufriendo aquello que decir no puedo.
Si por ventura estiendo
alguna vez mis ojos
por el proceso luengo de mis daños,
con lo que me defiendo
de tan grandes enojos
solamente es, allí, con mis engaños;
mas vuestros desengaños
vencen mi desvarío
y apocan mis defensas,
sin yo poder dar otras recompensas
sino que, siendo vuestro más que mío,
quise perderme así
por vengarme de vos, señora, en mi.
Canción, yo he dicho más que me mandaron
y menos que pensé;
no me pregunten más, que lo diré.
- Poesía épica. Fragmento de La Ilíada de Homero (Antigua Grecia)
La cólera canta, oh diosa, del Pelida Aquiles,
maldita, que causó a los aqueos incontables dolores,
precipitó al Hades muchas valientes vidas
de héroes y a ellos mismos los hizo presa para los perros
y para todas las aves -y así se cumple el plan de Zeus-,
desde que por primera vez se separaron tras haber reñido
el Atrida, soberano de los hombres, y Aquiles, de la casta de Zeus.
- Poesía dramática. Fragmento de “La vida es sueño” de Calderón de la Barca (1600-1681)
CLARÍN
Di dos, y no me dejes
en la posada a mí cuando te quejes;
que si dos hemos sido
los que de nuestra patria hemos salido
a probar aventuras,
dos los que entre desdichas y locuras
aquí habemos llegado,
y dos los que del monte hemos rodado,
¿no es razón que yo sienta
meterme en el pesar y no en la cuenta?
ROSAURA
No quise darte parte
en mis quejas, Clarín, por no quitarte,
llorando tu desvelo,
el derecho que tienes al consuelo;
que tanto gusto había
en quejarse, un filósofo decía,
que, a trueco de quejarse,
habían las desdichas de buscarse.
- Poesía bucólica: Fragmento de “Idilio primero” de Teócrito (310 a. C – 260 a. C.)
Es dulce el susurrar de aqueste pino,
Cabrero, que resuena en las fontanas,
Pero más dulcemente tú flauteas:
Después de Pan, habrás premio segundo.
Puede servirte: