Puesto de trabajo

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Un puesto de trabajo es el cúmulo de tareas y responsabilidades que asume un trabajador dentro de una empresa. Su cumplimiento se recompensará por medio de un salario.

Los distintos tipos de organizaciones se conforman de tal manera, que distintos tipos de profesionales desempeñan sus tareas y estas, mediante un salario previamente acordado, recompensan su trabajo.

De ese modo, cada empresa o institución precisa de miembros que puedan cubrir gran variedad de puestos de trabajo, los cuales recibirán una retribución salarial adaptada a cada uno de los distintos puestos de trabajo que ofrece la empresa.

El puesto de trabajo, conocido coloquialmente también como puesto laboral, engloba las distintas obligaciones que un profesional debe cumplir como parte de este engranaje. De la misma forma, incluye los derechos sobre los que se celebra dicho acuerdo, entre los que destaca el de percibir un salario como contraprestación por el trabajo desempeñado.

En el caso de los trabajadores autónomos o de las empresas unipersonales, de manera obvia, un único puesto de trabajo reúne la totalidad de compromisos, obligaciones y responsabilidades.

El puesto trabajo como núcleo de la organización

Todo tipo de organizaciones diseña sus plantillas y estructuras de cara a contar con puestos de trabajo de muy diverso tipo.

Así, adquieren la capacidad de abordar distintas metas, que habitualmente se plantean dentro de un plan de negocio.

Esta configuración heterogénea suele aparecer más pronunciadamente en empresas de gran tamaño. En las mismas, es preciso contar con profesionales de diversa naturaleza siguiendo una estrategia de especialización del trabajo.

Por ello, en estos ejemplos es posible localizar en una misma plantilla profesional a contables, personal de limpieza o expertos en telecomunicaciones.

Características de un puesto de trabajo

Independientemente de su naturaleza o lugar en el escalafón de una empresa, cada puesto de trabajo cuenta con algunas características a destacar:

  • Elemento productivo: El factor productivo del trabajo, y por consiguiente la mano de obra, son un elemento vital en la producción. Asimismo ocurre con la prestación profesional de servicios.
  • Situación jerárquica: Todo puesto es susceptible de estar colocado jerárquicamente. De este modo, existen posiciones que conllevan responsabilidad o supervisión de otros profesionales. Por el mismo motivo, todo trabajador es susceptible de contar con uno o varios jefes o superiores.
  • Condición de vacante: Cuando un determinado puesto no se encuentra cubierto atendiendo a las necesidades de la organización, se dice que se trata de un puesto vacante.
  • Delimitación de tareas: Un puesto laboral reunirá distintas competencias u obligaciones que el empleado deberá satisfacer como parte de su actividad profesional. Lo habitual es que las mismas se presenten en convenios laborales y contratos de trabajo.
  • Requisitos de formación: Para el desempeño óptimo de cada puesto se exigen ciertas capacidades o competencias.
  • Recompensa adaptada: Cada puesto cuenta con un nivel de salario específico para el mismo, atendiendo este a sus características. Habitualmente, esta escala salarial se establece a través de convenios sectoriales.

La evolución del puesto de trabajo

El nuevo ámbito de negocio, marcado por las nuevas tecnologías y la aparición de nuevos sectores económicos, ha facilitado la adopción de nuevas prácticas laborales.

En ese sentido, el concepto de puesto de trabajo se ha visto influenciado por estas nuevas modalidades en términos de actividad económica. Fruto de ello es la aparición de disciplinas profesionales mucho más multidisciplinares o multitarea.

Alternativamente, las modalidades contractuales también juegan un papel a destacar en este sentido. Esto responde a la práctica de la subcontratación.

Por ello, es posible distinguir puestos de trabajo tanto internos como externos. Estos últimos, a menudo son ejercidos de forma temporal o atendiendo a campañas específicas.