Potencial de revalorización
Es la diferencia entre el precio objetivo y la cotización actual de un activo financiero.
El potencial de revalorización suele ser una medida utilizada por los gestores de fondos de inversión para tomar decisiones de inversión.
Aunque técnicamente es la diferencia entre el precio objetivo y la cotización actual, se expresa en muchos casos como porcentaje.
Calcular el potencial de revalorización
La fórmula para calcular el potencial de revalorización se expresa matemáticamente cómo:
PR = [(PO – CA) / CA] x 100
Dónde PO es el precio objetivo, CA es la cotización actual y se multiplica por 100 para expresarlo en porcentaje.
Por ejemplo, supongamos que tras analizar una empresa determinamos que el precio objetivo es 30 euros por acción. Actualmente la cotización de las acciones se encuentra en 20 euros.
PR = [( 30- 20) / 20] x 100 = ( 10/20 ) x 100 = 50%
El potencial de revalorización es del 50%. Lo que quiere decir que esperamos una subida del 50%.
Toma de decisiones de inversión
Como ya hemos dicho, este indicador se utiliza, principalmente, para tomar decisiones de inversión.
Aunque, claro, todo dependerá de cada inversor o gestor. Para algunos gestores los potenciales de revalorización del 30% serán motivo de compra y para otros todo lo que sea menos de un 50% será rechazado.
Otro factor que influye en estos casos es el tipo de activo. A priori en activos como las acciones, cuya volatilidad es mayor, el potencial de revalorización será mayor. A la inversa en activos como los bonos, tendremos menos potenciales de revalorización.
Relación con el riesgo de una inversión
Dicho esto, es importante no solo el potencial de revalorización, sino también el potencial acorde con el riesgo.
Por ejemplo, supongamos una acción A con un potencial de revalorización del 50% que tiene una volatilidad del 25% anual. Y una acción B con un potencial de revalorización del 20% pero con una volatilidad del 2%.
Si tenemos solo en cuenta el potencial de revalorización elegiremos la acción A. Claro que teniendo en cuenta la volatilidad, es decir, teniendo en cuenta el riesgo elegiremos la acción B.
En definitiva es una medida ampliamente utilizada en la jerga bursátil. Está directamente relacionada con el precio objetivo. Por supuesto, se utiliza para tomar decisiones de inversión. Y, por último, no debemos olvidar que es importante que esté acorde con medidas de riesgo o volatilidad.