Monte de piedad

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Los montes de piedad son instituciones que nacieron en el siglo XV, sin ánimo de lucro, para otorgar préstamos a personas que no podían pagar los altos costos financieros que cobraban los usureros.

Los montes de piedad aparecieron en Italia como una iniciativa de los padres franciscanos entre 1462 y 1490. Así, presentaban una opción para los individuos que requerían financiamiento y no podían pagar los altos tipos de interés que imponían los prestamistas de la época de hasta 200% anual.

Estas instituciones benéficas otorgaban créditos pignoraticios, es decir, respaldados con una garantía prendaria, como alhajas o prendas. Así, al contar con ese aval, el préstamo no cobraba intereses.

Vale señalar que en un crédito pignoraticio el acreedor mantiene posesión de la prenda durante el periodo de endeudamiento. Una vez cancelado el préstamo, la garantía retorna a manos de su dueño. Caso contrario, si el deudor cae en incumplimiento, el prestamista puede venderla.

Historia de los montes de piedad

Como mencionamos anteriormente, los montes de piedad nacieron en Italia a finales del siglo XV, por iniciativa del fray Bernabé de Terni.

Estas instituciones aparecieron inicialmente en las localidades como Perusa y Florencia. De ese modo, se buscaba hacer frente al costo restrictivo de los préstamos, principalmente para agricultores, artesanos, pequeños comerciantes y, en general, la población de las clases más bajas.

Cabe señalar que las ciudades italianas habían instaurado entidades denominadas montes desde el siglo XII. Estas eran cajas públicas a las que se podía acudir para afrontar necesidades de financiamiento, por ejemplo, para obras públicas.

Entonces, se añadió la denominación «de piedad» (di Pietà) para diferenciar aquellos montes que tenían fines caritativos.

Para sostener sus operaciones en el tiempo, los montes de piedad requerían de recursos provenientes de depósitos de dinero metálico de los usuarios, limosnas, apoyo de las arcas reales y de la Iglesia, entre otros. De esa manera, se reunía un fondo con el cual se financiaban los préstamos.

Sin embargo, dicho fondo fue insuficiente, por lo que a partir del Concilio de Letrán V en 1515 se admitió el establecimiento un moderado interés por lo créditos pignoraticios extendidos por los montes de piedad.

Montes de piedad en España

En el siglo XV existían en España instituciones llamadas arcas de limosnas. Estas otorgaban préstamos con garantía prendaria sin interés. Posteriormente, recién en el siglo XVIII, aparecieron los montes de piedad.

En 1702 se fundó en Madrid el primer Monte de piedad español por iniciativa del sacerdote Francisco Piquer. Luego, estas instituciones se fueron expandiendo a otras ciudades y regiones del país, manteniendo siempre el objetivo de otorgar créditos pignoraticios a un bajo tipo de interés.