Ánimo de lucro

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El ánimo de lucro es la intención de obtener una utilidad o beneficio. Dicho propósito suele estar ligado a una actividad económica o emprendimiento.

El ánimo de lucro es la motivación central de las empresas en una economía de mercado. Las compañías invierten y utilizan recursos con el fin de vender sus productos o servicios a un precio mayor que el coste de fabricación. De ese modo, consiguen una ganancia.

Cabe señalar que algunas organizaciones son sin fines de lucro, aunque lleven productos al mercado. Por ejemplo, existen entidades que ofrecen servicios educativos y cobran un precio por ellos. Sin embargo, su objetivo principal no es obtener una rentabilidad.

Ejemplo de ánimo de lucro

La mayoría de las empresas que conocemos tienen un negocio con ánimo de lucro. Por ejemplo, las líneas aéreas comerciales, los supermercados, los estudios de abogados, entre otros.

Pero no solo las compañías apuntan a generar ganancias. Los trabajadores autónomos también ofrecen sus servicios con el ánimo de obtener un beneficio de ello.

Reconocimiento del ánimo de lucro en España

La Constitución de España reconoce el derecho a formar una empresa o asociación con el fin de obtener lucro.

Es decir, en territorio español existe la libertad de reunión para crear compañías con el objetivo de producir rentas y se considera que es este un mecanismo para crear riqueza, inversión, empleo, etc.

El concepto de ánimo de lucro en el Derecho

El ánimo de lucro en el ámbito del Derecho se entiende como la intención de un sujeto de aumentar su patrimonio u obtener otro beneficio a través de una actividad (que puede ser lícita o no).

Es decir, para el Derecho el ánimo de lucro es la búsqueda del individuo o empresa por aumentar su riqueza.

Cabe aclarar, además, que en el derecho penal el lucro puede considerarse un elemento subjetivo. Es decir, quizás se trata de un acto del cual se saca provecho, en el sentido amplio del término. Pero esto no quiere decir que genere rentabilidad económica.

José Francisco López

Hola Antonio,

El término está muy extendido y no descartamos otros usos. Sin embargo, no son excluyentes. Es decir, por su origen etimológico (latín) la palabra viene proviene de la 'acción de recompensar'. Ahora bien, el hecho de recompensar no indica necesariamente que exista lucro. Por ejemplo, si me cuestan 100 dólares unos zapatos y te los vende a ti por 100 dólares, estaré recibiendo una compensación, pero no me estoy lucrando.

En cualquier caso, el término remuneración suele utilizarse para actividades económicas en las que existe el lucro.

¡ Saludos !

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