Equilibrio macroeconómico

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El equilibrio macroeconómico es un concepto propio de la macroeconomía en el que el mercado presenta una igualdad entre la demanda agregada y la oferta agregada. Esto, en un mismo sistema económico.

Por definición, la existencia de un equilibrio económico se traduce en que la producción llevada a cabo por una economía es demandada conjuntamente por la totalidad de agentes económicos existentes en la misma (tanto de carácter privado como público).

Este concepto es traducible en que la oferta agregada es representada por la producción de un país por medio de su producto interior bruto (PIB). En tanto, la demanda agregada cuenta con el conjunto de consumo público y privado, la inversión y las exportaciones líquidas (es decir, exportaciones menos importaciones).

Producción = Consumo + Gasto público + Inversión + Exportaciones – Importaciones

La consecución de situaciones de equilibrio en el nivel de los componentes macroeconómicos se traduce habitualmente en periodos de prosperidad económica o crecimiento. Cuando existe desigualdad, en cambio, surgen diferentes consecuencias en la vida económica, en especial, déficits.

El equilibrio macroeconómico es estudiado y representado gráficamente por medio del modelo OA-DA. Este analiza el comportamiento de oferta y demanda agregada de una economía y su interacción.

Tipos de equilibrio macroeconómico

Existen dos tipos de equilibrio macroeconómico:

  • A corto plazo: DA = OA: Ocurre cuando la cantidad demandada de PIB real es igual a la cantidad ofrecida de éste. Es decir, se da en la intersección de la curva de demanda agregada (DA) y la curva de oferta agregada de corto plazo (OAC).
  • A largo plazo: Sucede cuando la oferta agregada no refleja la producción real, sino otra potencial o de largo plazo. En ese caso, producción potencial y demanda agregada son las variables que determinan el nivel de precios. Esto repercute, por lo tanto, en la tasa de salario nominal.

Representación gráfica del equilibrio macroeconómico

Al igual que ocurre en el caso del equilibrio de un mercado, es posible representar oferta y demanda para estudiar su comportamiento e interacción común, teniendo en cuenta precios y cantidades de ambas.

Las variables a observar en el equilibrio macroeconómico y que lo condicionan son el nivel general de precios y el PIB real observado. Su interacción refleja el punto de equilibrio.

Cualquier cambio registrado en las variables que componen tanto oferta como demanda agregadas, que no sea el nivel de precios, suele tener como efecto desplazamientos en las funciones y el surgimiento de nuevos puntos de equilibrio.

Estos cambios pueden ser periodos de sequía en la producción agrícola, variación en la cantidad de dinero existente en la economía, decisiones de gasto público por parte de las instituciones, conflictos políticos o bélicos, mejoras tecnológicas, cambios en las expectativas económicas de futuro, alteraciones en el precio de combustibles o en la preferencia de los habitantes por el ahorro frente al consumo, entre muchos otros.