Economía verde

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La economía verde es un modelo económico que apuesta por un desarrollo sostenible y rentable buscando situaciones que generen beneficios económicos, sociales y medioambientales.

Así pues, la economía verde sostiene que es posible lograr el bienestar social, al tiempo que se reducen los riesgos medioambientales y las amenazas ecológicas. Por ello, la economía verde consiste en una visión a largo plazo en la que las empresas, los mercados y los inversores apuesten por un desarrollo sostenible que permita garantizar la rentabilidad a largo plazo.

En este sentido, aquellas empresas que actúan desde el respeto a la naturaleza y se caracterizan por unas bajas emisiones de carbono son denominadas “empresas verdes”. Estas “empresas verdes” son generadoras de puestos de trabajo, conocidos como “empleo o trabajo verde”.

Muchas empresas están desarrollando campañas de marketing verde, creando productos más ecológicos y destacando la sostenibilidad de sus productos.

Objetivos de la economía verde

Los principales objetivos de la economía verde son:

  1. Mejora del bienestar social, lucha por la equidad en la sociedad, combatir la escasez y disminuir las amenazas al medio ambiente.
  2. Uso eficiente de los recursos, disminución de las emisiones de carbono y responsabilidad social.
  3. Incremento de los recursos públicos destinados a la lucha contra las emisiones de carbono, así como la creación de empleos verdes.
  4. Apuesta decidida por la eficiencia energética y por la biodiversidad.

Ideas fundamentales sobre la economía verde

Al incidir sobre los aspectos sociales, económicos y medioambientales, será imprescindible lograr que encajen los objetivos de generación de empleo, crecimiento económico y la utilización de manera eficiente de los recursos.

Por todo ello, la economía verde permite:

  • Evaluar el nivel de transformación económica y el crecimiento en las “empresas verdes”.
  • Analizar el impacto del nivel de desarrollo de acuerdo con la extracción y utilización de los recursos disponibles.
  • Valorar el impacto social según el acceso de la población a recursos básicos, sanidad y educación.

Para que la economía verde pueda llevarse a cabo es necesario que se den una serie de circunstancias. Para ello, será necesario una legislación que apueste por este tipo de economía, un aumento de la inversión pública y de la empresa privada por los denominados sectores verdes y políticas desde las administraciones públicas que incentiven la economía verde. Muchos bancos están promoviendo la inversión en proyectos destinados a proteger el medio ambiente, se les conoce como bancos verdes.

Críticas a la economía verde

Las principales críticas a la economía verde son:

  • La economía verde puede reducir el ritmo con el que la población mundial avanza hacia la escasez, pero en ningún caso soluciona definitivamente el problema de los recursos escasos.
  • No se propone un modo de distribución equitativa de los recursos, en otras palabras, seguirán existiendo pronunciadas diferencias en cuanto a distribución de la riqueza.
  • No aborda determinados aspectos de las relaciones comerciales internacionales. Si no se tiene en cuenta cómo afecta al comercio internacional, puede terminar dando lugar a una escalada del proteccionismo.
  • Se pretenden corregir las externalidades medioambientales recurriendo al mercado, sin embargo, los instrumentos del mercado puede que no sean los más adecuados para medir el impacto medioambiental causado.
  • Supone importantes costes para las empresas, pues estas deben hacer grandes esfuerzos económicos para que sus productos sean respetuosos con el medio ambiente. Frente a ello, el economista Gunter Pauli propone el modelo de la economía azul como alternativa, que busca sacar el máximo partido a los recursos disponibles, todo ello sin olvidar que los residuos también tienen que ser aprovechados