Ley de escasez
La ley de escasez o principio de escasez es una ley natural que surge por la insuficiencia de diversos recursos (ya sean materiales o naturales) considerados necesarios y fundamentales para el ser humano, dándose la condición necesaria de priorizar las necesidades en función del presupuesto disponible.
El principio de escasez es aquel que indica que dado que las necesidades de las personas son ilimitadas, los recursos se vuelven escasos. De esta forma, no es posible satisfacer todas las necesidades y siempre tendremos que elegir entre varias alternativas, en que queremos gastar nuestros recursos.
En otras palabras, el principio de escasez señala que los recursos son insuficientes para producir todos los bienes y servicios para satisfacer las necesidades de las personas.
Para poder administrar los recursos, en economía, se utilizan los precios como herramienta para poder realizar transacciones. En las economías socialistas los precios son fijados por el Estado y en las economías capitalistas los precios son determinados por la ley de oferta y demanda. La ley de escasez determina qué bienes que son escasos —cuya oferta no es suficiente para atender a su demanda— y por tanto deben racionarse, normalmente aumentando su precio. Aunque puede existir otra variable que permita ajustar oferta y demanda.
Causas de la escasez
Son las características de la demanda las que contribuyen a definir la escasez de un recurso. Es decir, su carencia no está definida por su cantidad, sino que responde a una situación en que la demanda futura esperada supera la oferta prevista, dándose una situación de superávit en el recurso en cuestión. Las causas son:
- Incremento de la demanda.
- Disminución o agotamiento de fuentes y/o recursos.
Tal desajuste entre la oferta y la demanda implica que los precios del bien en cuestión aumentan hasta que estos indicadores -la oferta y a demanda ya mencionadas- logran un nuevo nivel de equilibrio. Por lo tanto, las fluctuaciones de precios serían indicadores de escaseces relativas.
La carencia de un recurso se produce entonces en términos económicos cuando la elasticidad de la demanda a corto plazo es cercana a cero. De hecho, una situación de escasez se origina cuando una baja elasticidad de demanda se asocia a una elasticidad precio de la oferta también cercana a cero.
La superación de esta situación dependerá de las posibilidades de sustituir el producto o de encontrar fuentes alternativas capaces de responder rápidamente al incremento de la demanda. En ambos casos las posibilidades descansan en las capacidades científico-tecnológicas de la sociedad y en las facilidades para su aplicación práctica.
Ejemplo de la ley de escasez
Un ejemplo podría ser el cobre. Su escasez está definida por las leyes de explotación relacionadas con la tecnología vigente y por las posibilidades de sustituirlo con otros productos -aluminio, plásticos, maderas, fibra óptica etc.- capaces de ejercer las mismas funciones. Si las condiciones económicas y tecnológicas permiten la explotación de minerales relacionados y/o un proceso de sustitución automática por otros materiales adecuados, el grado de carencia del cobre se verá inmediatamente alterado.
Por lo tanto, la noción de escasez tiene una dimensión temporal ya que, a largo plazo, es siempre posible alterar patrones de consumo, encontrar fuentes alternativas a un producto o desarrollar procesos y tecnologías capaces de producir bienes para sustituirlo.
Así pues, la elasticidad de sustitución es un elemento fundamental en la definición de escasez. Tal elasticidad está determinada en gran medida por el conocimiento tecnológico y sus posibilidades de aplicación práctica.
Cabría preguntarse en qué momento exacto se pone en marcha el proceso tecnológico dirigido hacia la sustitución o hacia la búsqueda de alternativas para superar la coyuntura de escasez. La tradición económica estima en este sentido que el mecanismo del mercado —y más específicamente el sistema de precios— proporciona las señales necesarias y, al mismo tiempo, orienta la acción económica que permite superar el problema de carencia.
¿Necesidades ilimitadas?
Muchas veces nos preguntamos cómo es que pueden existir necesidades ilimitadas cuando las personas sólo requieren de algunos bienes y servicios básicos para poder sobrevivir como por ejemplo: alimento, vivienda, servicios de salud o vestimenta.
No obstante, las necesidades que se consideran en el principio de escasez incluyen también todos los deseos de las personas que van más allá de sus necesidades básicas. Lo anterior incluye juegos, viajes, ropa de lujo, etc., todo lo que la imaginación puede crear y eso es evidentemente ilimitado.
El principio de escasez en la vida cotidiana
Suponga que hoy quiere comer un bocata acompañado de un jugo natural, no obstante si sólo cuenta con 3 euros seguramente tendrá que elegir entre ambos. Asimismo, aunque el dinero no sea un problema para usted, otros recursos como el tiempo también puede ser un limitante. Por ejemplo, es probable que en nuestro día libre tengamos que elegir entre ir a visitar a la abuela o ir con nuestros amigos a la playa, pero las horas del día no serán suficientes para hacer las dos cosas.
Todos los días tomamos decisiones que implican administrar nuestros recursos para satisfacer nuestras necesidades. Estas decisiones no sólo son tomadas a nivel individual sino que también a nivel grupal o social. Por ejemplo, la mayoría de las personas de nuestro país encontrarían deseable aumentar las pensiones a los ancianos a la vez que invertir más en educación. No obstante, el gobierno puede que no cuente con recursos suficientes para implementar ambas medidas.