Disolución de sociedades

2 min

La disolución de sociedades es la eliminación jurídica de una empresa, por lo que acabará desapareciendo tras el cierre definitivo de su actividad.

Es decir, si bien podemos dar de baja a nuestra empresa en el registro mercantil, debemos seguir con su actividad normal hasta que finalice las fases de liquidación y extinción definitiva de la sociedad.

Es decir, en la fase de disolución, la empresa pierde su personalidad jurídica. Y, consecuentemente, se encamina hacia las dos siguientes fases: liquidación y extinción.

Motivos de la disolución de sociedades

Las principales causas por las cuales una sociedad decide tomar la decisión de dar punto y final a su actividad son las siguientes:

  • Cese de la actividad ordinaria.
  • Imposibilidad de funcionamiento correcto.
  • Quiebra contable. Es decir, dificultades para mantener un valor del patrimonio neto mínimo según ley.
  • Quiebra económica. Es decir, pérdidas sostenidas en el tiempo.
  • Incumplimiento de otras condiciones según ley o estatutos de la propia sociedad.

Estas son algunas de las razones por las cuales una sociedad puede verse obligada a detener su actividad y por ende, dar por finalizada su trayectoria empresarial.

Fases de disolución, liquidación y extinción

Si bien la fase de disolución es clave para comenzar el proceso por el cual va a hacer desaparecer nuestra empresa, el orden de las fases sería tal que así:

Como podemos ver para terminar de forma definitiva no sólo basta con realizar el proceso de disolución, sino que debemos llevar a cabo los procesos de liquidación y finalmente el de extinción. Por otra parte, cabe destacar que para que la disolución sea totalmente efectiva debe aparecer en el BORME (Boletín Oficial del Registro Mercantil) de la fecha que corresponda.