Cuenta IRA
Una cuenta IRA individual de jubilación es una forma de ahorro a largo plazo que permite obtener una elevada rentabilidad y ciertas ventajas fiscales.
Por tanto, estamos ante un producto de ahorro que aúna las ventajas del interés compuesto y de su favorable fiscalidad. Así, permite crear un montante de dinero mayor que el capital aportado, debido a los intereses acumulados.
Lo que hace la entidad financiera es invertir nuestros ahorros en acciones, obligaciones, bonos y otros productos financieros. Por otro lado, la elección de estos dependerá del tipo de inversor y su aversión al riesgo o no, teniendo en cuenta siempre que, a mayor riesgo, mayor rentabilidad.
Por qué abrir una cuenta IRA
Existen muchas razones para abrir una cuenta IRA, pero todas ellas parten de una premisa, conseguir el mayor rendimiento posible del ahorro a largo plazo. Veamos algunas de las más relevantes a la hora de elegir este producto.
- En primer lugar, es un plan de ahorro a largo plazo y, por tanto, el interés compuesto entra en juego. Esto quiere decir que los intereses que se van generando, si no se retiran (que es lo habitual) se acumulan junto al capital y serán el punto de partida de los siguientes intereses.
- Por otro lado, es un producto adaptado a la jubilación. Esto quiere decir que permite prepararla con tiempo y tranquilidad. Cuando llegue el momento será un colchón que formara un ingreso complementario importante.
- Además, tiene ciertas ventajas fiscales. De esta forma, solo declaramos el ingreso patrimonial al proceder a retirarlo (a su vencimiento) o cuando aportemos al plan. Esto permitirá elegir dos tipos de cuenta como veremos a continuación.
IRA tradicional y Roth IRA
Como ya hemos mencionado existen dos tipos. Por una parte, el IRA tradicional y por la otra, el Roth IRA. Veamos en detalle cada uno de ellos.
- La cuenta IRA tradicional permite realizar aportaciones adaptadas al perfil del usuario. De esta manera, él decide cuánto dinero ahorrar. Por otro lado, tiene ciertas ventajas fiscales como el pago diferido de impuestos cuando se retira el dinero en la jubilación.
- Por su parte, la Roth IRA permite seguir contribuyendo incluso después de la jubilación. Esta condición permite dejar a los herederos un fondo que, además, estará libre de impuestos pues estos se van pagando por anticipado con las aportaciones.
La cuenta IRA de ahorro y de inversión
Por último, veamos la diferencia entre dos formas de entender este producto en función del perfil del cliente, el ahorro o la inversión.
La primera es de bajo riesgo, para personas de perfil conservador que busquen solo ahorrar. Además, disponen de certificados de depósito que garantizan el capital invertido. Eso sí, su rentabilidad es baja.
Por su parte, la cuenta IRA de inversión es para un perfil no conservador. Así, invierte en acciones, bonos o fondos cotizados. En este caso su rentabilidad es mayor, pero no están aseguradas por certificados de depósito y podrían perder valor.