Certificado de depósito

2 min

El certificado de depósito es un título financiero emitido por una entidad financiera que ofrece un a rentabilidad fija en el periodo de tiempo determinado.

El cliente de esta institución invierte su capital en éste con una rentabilidad superior a la de un depósito comercial. Los certificados de depósito comenzaron a emitirse por los bancos comerciales de EEUU a partir de 1961.

Además, existe un mercado secundario dónde se puede llegar a intercambiar este título financiero. En él, el inversor puede vender los títulos antes de su vencimiento. Si bien es cierto que la liquidez es menor que el de otro tipo de activos (como las acciones).

Características de los certificados de depósito

La emisión de un certificado de depósito requiere que sea atractiva en términos de rentabilidad en el tiempo. Con el fin de que los agentes que lo emiten puedan captar pasivo y convertirlo en forma de préstamos. Préstamos que se ofrecen a un tipo de interés superior, con el fin de que exista un margen de negocio o un margen de beneficios para la entidad financiera.

Hoy en día, es poco común la negociación de certificados de depósito, salvo en algunos países de Latinoamérica donde sigue siendo un negocio muy activo. El hecho de que se negocien menos, radica en que existe una gran ingeniería financiera con una importante variedad de productos muy atractivos. Lo que, para el inversor, provoca que la competencia sea mayor y que se puedan decantar por otro tipo de productos financieros. Además, existe una gran pericia por parte de los intermediarios financieros y las empresas para crear nuevos productos y negociar sus picos de tesorería dónde los canales de distribución son privados y, por tanto, también quitan cuota de mercado a los grandes bancos comerciales.

En Europa, se negocian muy pocos certificados de depósito y aquellos que se negocian son emisiones de ADRs o certificados de depósito de acciones sobre compañías que tienen presencia en Latinoamérica y que cotizan en estos países.