Contrato de prestación de servicios

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Un contrato de prestación de servicios es un acuerdo entre dos partes. Mediante el mismo, se establecen las condiciones necesarias para la realización de un determinado servicio. Y ello, a cambio de una retribución pactada.

Dentro de las distintas modalidades de relaciones mercantiles, existe el contrato por prestación de servicios.

Se trata de una herramienta de contratación muy extendida entre individuos y organizaciones, pues permite establecer acuerdos por realización de servicios profesionales a cambio de una contraprestación.

Esta modalidad contractual es comúnmente adoptada por profesionales autónomos. Estos desarrollan una determinada actividad económica para un tercero, estableciendo unas condiciones particulares por escrito.

Por otro lado, este tipo de contrato es el mayormente utilizado por proveedores de servicios de muy distinta naturaleza, así como de empleados en empresas en periodos de tiempo finitos o delimitados.

Elementos básicos del contrato por prestación de servicios

Este tipo de acuerdo formal cuenta con algunas características que lo definen en el ámbito profesional y laboral:

  • Identidad de las partes intervinientes: Los profesionales y entidades participantes deben contar una identificación oficial y una firma que represente su aceptación del acuerdo.
  • Fecha de desarrollo: El contrato delimita el periodo de tiempo durante el cual se prestará el servicio en particular.
  • Condiciones económicas a satisfacer: La realización del trabajo conlleva el pago o remuneración que establezca el documento, el cual estará previamente convenido bilateralmente.
  • Naturaleza del servicio: Existen muchos tipos de colaboración mercantil mediante la cual se establecen este tipo de acuerdos laborales. Todos ellos se refieren a la prestación de un servicio y no un bien tangible.

El contrato de prestación de servicios como estrategia de externalización

En cierto modo, el contrato por prestación de servicios está estrechamente ligado al fenómeno empresarial de la externalización o la subcontratación.

En ese sentido, este tipo de formalidad contractual se erige como la herramienta legal que posibilita el desarrollo de este tipo de relaciones laborales.

Esto último responde a la necesidad por parte de organizaciones de todo tipo de recurrir a profesionales externos para la satisfacción o el cumplimiento de una serie de tareas o deberes.

Dicha relación suele plantearse en periodos de tiempo determinados. Por ello se recurre a esta modalidad contractual, o a otras similares, como el contrato de obra y servicio.

Diferencia entre contrato por prestación de servicios y contrato laboral

Este tipo de contratación otorga a la parte contratada un mayor nivel de libertad o independencia a la hora de definir las condiciones para el desarrollo de su actividad.

En términos de condiciones de retribución, plazos de cumplimiento u otras muchas características laborales, el contrato tradicional (el más común sería el indefinido) supone una aceptación, en mayor grado, de las condiciones impuestas por una empresa o institución.

Otro punto de distinción a destacar es la compensación de obligaciones oficiales y tributarias. En ese sentido, en contratos laborales es la empresa contratante la que debe satisfacer estos requerimientos.

Alternativamente, el profesional vinculado mediante un contrato de prestación de servicios debe encargarse por su cuenta de cumplir debidamente con sus obligaciones tributarias.