Definición de vuelto

Vuelto, como sustantivo, se emplea en varios países latinoamericanos con referencia al monto que un vendedor devuelve al comprador cuando éste entregó más dinero del que era necesario para pagar un producto o un servicio.

Por ejemplo: “Aquí tiene su vuelto: cinco pesos con veinticinco centavos”, “Por favor, págueme justo: no tengo monedas para darle el vuelto”, “Creo que el verdulero se equivocó al darme el vuelto”.

Supongamos que una persona ingresa a una tienda de ropa y decide comprar un pantalón cuyo precio es de 95 dólares. Al momento de pagar la prenda, entrega un billete de 100 dólares al cajero. Como se puede advertir, existe una diferencia de 5 dólares entre el precio del pantalón y el dinero entregado. Por lo tanto, el cajero debe darle 5 dólares al comprador a modo de vuelto.

Cabe mencionar que el término original para dicho significado, según las definiciones oficiales, es vuelta, el cual se utiliza en España. Según el diccionario de la RAE, se trata del dinero que se reintegra a un comprador para llevar a cabo un ajuste de cuenta, para darle el monto que excede el precio de un producto o servicio, ya sea con efecto bancario, billete de banco o moneda.

En algunas naciones, la idea de “quedarse con un vuelto” alude a apropiarse de dinero ajeno a través de un acto de corrupción: “Varios sospechan que el financista se quedó con un vuelto y por eso fue asesinado”, “Las obras de infraestructura no se terminaron porque algún funcionario se quedó con un vuelto”.

El diccionario de la Real Academia Española recoge otras expresiones que incluyen el término vuelto, como puede apreciarse a continuación: una bofetada de cuello vuelto es un golpe que se propicia en el rostro con mucha violencia; un folio vuelto (o folio verso) es una hoja de un cuaderno abierto o un libro, por lo general de un manuscrito, que se ubica a la izquierda de la persona que se encuentra leyéndolo; un cuello vuelto (o cuello alto) es aquél que, en ciertas prendas, se dobla sobre sí mismo.

El término vuelto, por otra parte, es también el participio del verbo verbo volver (regresar, retornar), o sea su forma no personal (no se conjuga en ninguna persona) cuya terminación es -do de acuerdo con el paradigma regular de nuestra lengua y sirve, entre otras cosas, para la formación de los tiempos compuestos; veamos algunas oraciones de ejemplo a continuación: “¡Mi amor, ya he vuelto! Por fortuna no había mucha gente en el mercado”, “Marta no ha vuelto a ver a Facundo desde que se separaron”, “El jugador argentino ha vuelto a marcar tres goles en un partido y le dio una nueva victoria a su equipo”.

Con respecto al uso de los tiempos verbales compuestos, es importante señalar que en algunos países no es común, sino que los hablantes optan por los simples, aquéllos que constan de una sola palabra (he vuelto pertenece al Pretérito Perfecto Compuesto, mientras que volví es la conjugación equivalente en Pretérito Perfecto Simple).

Centrándonos únicamente en los tiempos pretéritos, no es correcto usar solamente uno de ellos, ya que cada uno cumple una función diferente: si bien ambos describen acciones que tuvieron lugar en el pasado, el compuesto denota que han provocado ciertas consecuencias en el presente, mientras que el simple desvincula ambas instancias en el tiempo.

Por ejemplo, si estamos hablando de un viaje que realizamos hace mucho tiempo, es más correcto apelar al Pretérito Perfecto Simple: «Cuando volví de Irlanda, a finales del 84, lo primero que hice fue visitar a mis amigos«. Si, en cambio, la acción recién ha concluido, y aún tenemos las maletas con nosotros o acarreamos el cansancio propio de un viaje largo, debemos utilizar el Pretérito Perfecto Compuesto: «Recién he vuelto y ya me están llegando montones de mensajes«.

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