Definición de tirolesa

Tirolesa es un término que tiene varios usos. Como adjetivo, tirolés y tirolesa aluden a aquel o aquello que es originario del Tirol, una región de los Alpes que se encuentra repartida entre Italia y Austria. Innsbruck y Trento son las ciudades tirolesas más pobladas.

La noción de tirolesa, de todos modos, suele asociarse a un sistema de desplazamiento que se emplea, por lo general, con fines recreativos. También conocida como canopy o tirolina, se compone de una polea instalada con cables que tienen una cierta pendiente. De esta manera, por acción de la gravedad, la persona se desliza por un cable mientras se sostiene de la polea.

Las tirolesas permiten llegar a zonas de difícil acceso, haciendo que el usuario pueda pasar por encima de un cañadón, de un arroyo o de vegetación muy tupida, por citar algunas posibilidades.

A modo de entretenimiento, la tirolesa suele instalarse entre árboles, a una altura considerable. Se puede elegir un terreno que, en caso de caída, amortigüe el impacto. De todos modos, quienes practican tirolesa deben utilizar arneses, guantes, cascos y otros elementos de seguridad.

Para que pueda desarrollarse la práctica de tirolesa sin riesgo, es indispensable que el cable utilizado para el desplazamiento sea muy resistente y pueda tolerar el peso de la persona que se desliza. Por lo general, estos cables son de acero inoxidable.

Varios parques nacionales y reservas naturales en distintas partes del mundo ofrecen la tirolesa como un atractivo turístico. Se trata de una actividad que, desarrollada de manera consciente y tomando ciertas precauciones, no daña el medio ambiente.

Otro ámbito en el que a menudo se encuentra este término es la música, cuando se habla de canto a la tirolesa, una forma de usar la voz que exige la realización de cambios repentinos de tono, saltos veloces de notas graves a agudas y viceversa, gracias a los cuales se genera un sonido muy particular. El canto a la tirolesa no usa palabras, sino juegos de notas para expresar diferentes ideas y emociones; sin embargo, muchas canciones con letra incluyen secciones de este tipo, algo que puede generar climas muy alegres y festivos.

El nombre original de este canto es jodeln, y su pronunciación se asemeja a «iodln» (nótese que la «j» se lee como una especie de «i», y que la «e» no se pronuncia). Se trata de una onomatopeya procedente de las construcciones que debe usar el intérprete mientras canta, las cuales no tienen significados; algunas de ellas son las siguientes: yohodraehó, holadaittijô, iohodraehó y hodaro (la pronunciación de la «h» es similar a la del inglés, o sea aspirada, y no muda como en nuestra lengua).

Esta forma de arte tan particular y llamativa es típica en los países de la región europea de los Alpes (Austria, Suiza, Liechtenstein, norte de Italia y sur de Alemania), donde se considera parte de una tradición muy importante; en otros países existen estilos con técnicas parecidas, como ocurre con los pigmeos, en África Central, y los saami, en Escandinavia.

Como sucede a menudo en el mundo del arte, la fuente de inspiración del canto a la tirolesa no estuvo precisamente en un conservatorio, sino que surgió de la vida cotidiana de la gente de dicha región, más precisamente de los gritos de llamada que en las montañas se volvían necesarios para la comunicación entre los ganaderos y los rebaños, o bien entre personas de poblaciones cercanas. En otras palabras, algo que comenzó siendo usado para complementar la comunicación oral se convirtió con el tiempo en una forma de canto que quedó impresa en la cultura alpina. Cabe mencionar que en noruega los pastores llaman al ganado con sonidos similares.

Definición siguiente →