Definición de taquicardia
Se denomina taquicardia al ritmo acelerado de la frecuencia cardíaca. Para comprender, por lo tanto, qué es la taquicardia, es imprescindible tener nociones básicas sobre el funcionamiento del corazón.
Este órgano se contrae y se dilata para bombear la sangre que circula a través del organismo. Dichas contracciones y dilataciones se producen con un cierto ritmo: es decir, el corazón se contrae y luego se dilata una cierta cantidad de veces por minuto. El movimiento de contracción y dilatación, por otra parte, genera un pequeño golpe en el pecho que se conoce como latido.
La frecuencia cardíaca revela el ritmo del corazón. Por lo general se mide a través de pulso (que se genera en las arterias por el paso de la sangre que bombea el corazón). A medida que crece el pulso (y el número de latidos), se incrementa la frecuencia cardíaca. Es importante tener en cuenta que una frecuencia cardíaca irregular o fuera de lo habitual implica un trastorno de salud que puede ser grave.
Se considera que una persona adulta, en estado de reposo, debe tener un pulso de entre 60 y 100 latidos por minuto. Cuando la medición revela una cantidad superior a dicho valor máximo, es correcto afirmar que el individuo tiene taquicardia. Esto quiere decir que su corazón late demasiado rápido; se contrae y se dilata de forma acelerada.
Como el corazón late más rápido y, por lo tanto, está sometido a un esfuerzo mayor, la taquicardia en el largo plazo provoca un deterioro del órgano. La actividad física, el uso de drogas, la ansiedad y la insuficiencia renal son algunas de las causas que pueden provocar taquicardia.
Por otro lado, tanto la deshidratación como la sobrehidratación pueden colaborar con la aparición de la taquicardia: en el primer caso, el cuerpo incrementa la frecuencia cardíaca para compensar la falta de líquido, mientras que en el segundo se da un cuadro de insuficiencia cardíaca ante el exceso. Debemos tener presentes estos dos fenómenos para consumir la cantidad de líquido adecuada, especialmente si realizamos ejercicio físico.
Si bien las causas relacionadas con problemas de salud complementarios a la taquicardia no son posibles de controlar, existen diversos factores de nuestra vida cotidiana que colaboran con su aparición, y éstos sí podemos alterarlos. Veamos algunos consejos relativamente fáciles de seguir para mantener la salud del corazón:
* evitar los alimentos con altos contenidos en grasas, priorizando siempre aquéllos que nos brindan mucha fibra, y buscando una dieta equilibrada y saludable. Cada vez más especialistas en nutrición señalan que lo mejor para el corazón, y para el organismo en general, es una dieta completamente vegetariana, sin ningún producto de origen animal;
* alejarse de cualquier situación que pueda provocarnos estrés, y aprender a controlarnos en aquellos casos en los que los problemas parecen más fuertes que nosotros;
* mantener una actividad física regular, ya sea mediante el ejercicio o bien caminando para evitar ascensores, escaleras mecánicas y vehículos motorizados siempre que sea posible;
* estar atentos a los niveles de colesterol de nuestra sangre. Esto se relaciona directamente con la dieta, y por eso es tan importante escoger los alimentos a consciencia;
* combatir el sobrepeso, pero en este caso no por cuestiones sociales o estéticas, sino por las graves consecuencias que puede tener en nuestro organismo, siendo la taquicardia una de ellas;
* dormir el mínimo de horas recomendado, de acuerdo con la edad, y evitar la irregularidad en las sesiones de sueño. Lo más recomendable es dormir de corrido entre 6 y 8 horas cada noche;
* impedir que los niveles de glucemia alcancen valores por encima de lo normal;
* si nos gusta el alcohol y el café, consumirlos de forma moderada.