Definición de soltero
El término latino solitarĭus derivó, en nuestra lengua, en el adjetivo soltero. El concepto menciona al individuo que no contrajo matrimonio ni tiene un vínculo sentimental estable. El soltero, por lo tanto, es aquel que no está en pareja.
Por ejemplo: “Mi hijo está soltero y aún vive conmigo”, “Estoy soltero desde hace varios meses”, “Me gusta la vida de soltero: no tengo que dar explicaciones a nadie y puedo salir cuando quiero”.
En un sentido estricto, soltero es quien no se casó. La soltería, en este sentido, es un estado civil. De todas formas, suele decirse que aquel que está de novio no está soltero, más allá de que no haya contraído matrimonio. La persona que se casó y luego se divorció, vuelve a estar soltera, aunque también puede calificarse como divorciada o separada.
A todo esto podemos añadir que también está el mito de lo que se conoce como “soltero de oro” o “soltera de oro”. Ese es un término que se utiliza para referirse a hombres o mujeres que no están en pareja y que son muy “codiciados”, es decir, que si quisieran tendrían una larga lista de posibilidades en las que encontrar a su media naranja.
¿Qué les hace ser considerados “de oro”? Básicamente que son muy atractivos, que cuentan con un buen trabajo, que tienen una elevada economía, que poseen propiedades, que tienen un carácter agradable…
De ahí que se establezca que pueden recibir esa calificación figuras muy conocidas como Tamara Falcó, la hija de Isabel Preysler; Evan Spiegel, el cofundador de la aplicación Snapchat; la modelo Nieves Álvarez; el futbolista Cristiano Ronaldo, el actor Leonardo DiCaprio…
Precisamente hay una película que gira en torno a ese tipo de soltero. Nos estamos refiriendo a “Arthur, el soltero de oro”. Se trata de una comedia romántica de 1981, dirigida por Steve Gordon y protagonizada por Dudley Moore y Liza Minnelli.
Narra la historia del hijo único y soltero de una familia acomodada, que vive a todo confort y lujo gracias a la renta de sus padres. Sin embargo, estos, cansados de su actitud, le establecen un matrimonio de conveniencia con el objetivo de que pueda heredar la fortuna e incluso aumentarla. Y aceptará el trato hasta que conozca a una joven de origen humilde de la que se acaba enamorando.
La soltería no se considera buena o mala en sí misma. Para muchas personas, estar soltero permite gozar de mayor libertad; para otras, la falta de un compañero sentimental genera angustia o tristeza. La valoración de la soltería depende de cada individuo y suele estar vinculada a la edad, el contexto cultural y otros factores.
Es importante tener en cuenta que un individuo puede estar soltero por voluntad propia o de forma involuntaria. Hay personas que deciden no formalizar los vínculos sentimentales, pero también hay sujetos que se encuentran solteros de manera forzada ya que desean entablar una relación seria y formal pero no encuentran a la pareja indicada.
A pesar de la insistencia y los deseos de nuestros padres y abuelos, la vida moderna promueve cada vez más la soltería para disfrutar a pleno de nuestra libertad y tener la posibilidad de realizarnos a nivel profesional. Si bien muchas personas se casan y tienen hijos apenas pasados los veinte años, no todos ellos pueden compaginar adecuadamente su vocación con la vida en pareja y la paternidad, razón por la cual terminan dejándola de lado para no descuidar a su familia.
Cuando el matrimonio se convierte en un obstáculo para alcanzar los sueños, entonces la soltería parece una opción más tentadora o sensata. Claro que, dadas las presiones sociales con respecto a las relaciones de pareja y la procreación, no es nada fácil tomar la decisión de enfocarse en uno mismo, ya que esto suele ser interpretado como una actitud triste y egoísta.
Como se menciona más arriba, estar soltero no siempre sucede por elección, sino que algunas personas simplemente no se cruzan con su otra mitad, a pesar de intentarlo sin descanso. Por otro lado, no debemos olvidar que muchos aconsejan no buscarla, sino permitirle a la vida que nos lleve hacia ella de manera espontánea.
Cuando una pareja tiene un hijo sin haber establecido un vínculo formal, se considera a sus integrantes como padres solteros. De hecho, la madre que debe hacerse cargo de su hijo ante la desaparición o el alejamiento del padre, es conocida como madre soltera.
Los padres solteros deben enfrentar una serie de obstáculos muy particulares, que no siempre guardan relación con el hecho de la soltería en sí misma. Uno de ellos es el desprecio de las otras familias, por ejemplo, en el ámbito escolar o laboral. Los prejuicios y las habladurías pueden dificultar seriamente el día a día de un padre soltero, especialmente cuando sugieren que sus hijos no gozan de una vida plena.
Sin embargo, como sucede en otros casos, del desafío de criar a un niño sin pareja puede surgir una fuerza sobrehumana que propicie una perfecta crianza, más completa y sana que la de muchas familias aparentemente perfectas, donde la falta de comunicación invalida la presencia de una o ambas figuras paternales, o las constantes discusiones destruyen la vida emocional de los hijos.