Definición de sigiloso
Sigiloso es quien guarda sigilo. Este término (sigilo), por su parte, se refiere al silencio cauteloso o al secreto que se mantiene respecto a una noticia o una cosa. Por ejemplo: “El soldado se acercó sigiloso a la puerta, consciente de que lo estarían esperando”, “El leopardo, sigiloso, vigila a su presa durante horas hasta que decide el momento del ataque”, “Te pido por favor que mantengas un manejo sigiloso de la información”.
Una conducta sigilosa suele desarrollarse cuando uno espera no ser descubierto o pretende que su presencia no sea advertida. Consideremos el caso de un niño que desea tomar unos dulces de un frasco sin que su madre se dé cuenta. Para esto, el pequeño tendrá que dirigirse en puntas de pie hacia el frasco, asegurándose de no hacer ruido. Una vez que tome el tarro, tendrá que abrirlo con mucho cuidado y dejarlo exactamente en el lugar donde lo encontró.
En ciertas profesiones u oficios, el sigilo es indispensable para el éxito. Un detective debe ser sigiloso mientras desarrolla sus investigaciones ya que, de lo contrario, será descubierto. En caso de que un espía tenga que seguir a alguien para conocer sus movimientos, un accionar sigiloso lo llevará a mantenerse a no menos de cincuenta metros de distancia y a utilizar gafas oscuras que le permitan mirar con mayor discreción.
Lo sigiloso también se vincula a lo secreto. Cuando el dueño de una empresa le informa al gerente que habrá una reducción de personal y le pide que sea sigiloso con la noticia, le estará indicando que no debe compartir la información con todos los empleados. Este ejemplo demuestra que el sigilo puede tener diversos objetivos, que van desde la supervivencia hasta el egoísmo, desde la necesidad genuina de no ser advertidos por un depredador hasta la cómoda decisión de no enfrentar un problema de la manera más adecuada y justa.
El sigilo, si bien es una de las características de muchos depredadores naturales, no es algo que se tenga y ya, sino que exige una serie de consideraciones bien definidas y mucha práctica. El punto fundamental es conocer el terreno en el que uno se mueve, tanto su forma como sus dimensiones y los elementos que lo componen, pero también aquéllos que no pertenecen al paisaje usual sino que han llegado allí accidentalmente, que se encuentran fuera de lugar.
En un espacio natural, como ser un bosque, ser sigiloso resulta muy complicado, ya que existen más posibilidades de hacer ruido a cada paso que de pasar desapercibido. Dado que su suelo es muy húmedo y que puede presentar abundante vegetación, o bien espesas capas de hojas secas y ramas, es difícil imaginar caminar por su superficie sin provocar un crujido. Sin embargo, el sigilo no solamente consiste en no hacer ningún tipo de ruido; por el contrario, ante la posibilidad de mantener el silencio, lo ideal es lograr que cada sonido se vuelva parte del escenario.
Los animales que dependen de la caza para alimentarse suelen pasar largos períodos de tiempo prácticamente inmóviles, observando detenidamente cada movimiento, cada parpadeo, cada suspiro de sus potenciales presas antes de dar un solo paso. Una vez que se deciden a avanzar, lo hacen de forma continua, sin detenerse, porque así generan un ruido constante, que pueda pasar desapercibido hasta último momento. En resumen, se puede ser sigiloso sin ser absolutamente silencioso, y el truco está en mantener el ritmo.
Otras costumbres de los animales que dependen de un comportamiento sigiloso para sobrevivir son evitar siempre que sea posible caminar al descubierto, repartir en partes iguales su peso y escoger detenidamente la ruta, priorizando la que más reparo le ofrezca por sobre la más corta.