Definición de espía
Para poder determinar el significado del término espía que ahora nos ocupa, es primordial que antes procedamos a establecer su origen etimológico. En concreto, en este sentido, tenemos que dejar patente que emana del vocablo germánico “spähen”, que puede traducirse como “ver a distancia”.
Espía es una persona que se dedica a observar o escuchar lo que sucede para obtener información y conocimientos que transmite a aquel que tiene interés al respecto. Se conoce como espionaje al conjunto de técnicas y prácticas cuya finalidad es obtener datos de manera encubierta.
Por ejemplo: “El ejército norteamericano detuvo a un espía iraní que pretendía conseguir información sobre los planes nucleares”, “Las películas de espías son las favoritas de mi abuelo”, “Cuando era chico, mi sueño era ser espía y utilizar todas esos equipos sofisticados que se ven en la televisión”.
Los espías pueden trabajar para un gobierno, empresas o personas particulares. Se trata de una actividad con diversos límites legales ya que el espionaje, en muchos casos, está fuera de la ley.
A lo largo de la Historia, han existido numerosos espías que cobraron gran importancia y prestigio gracias a las labores tan significativas que hicieron para sus países. En concreto, estos son los que se han considerado más relevantes:
• Mata Hari. Sin lugar a dudas, esta mujer ha sido la espía más conocida desde que el mundo es mundo. Ella trabajaba como bailarina exótica y actriz, y aprovechó su profesión y su relación con altos cargos para poder convertirse en espía. Ese trabajo le llevó a ser acusada en Francia de haber ejercido como doble agente para Alemania lo que supuso que fuera condenada a muerte.
• Kim Philby. Durante casi tres décadas ejerció de espía tanto para la URSS como para el Reino Unido sin que fuera descubierto. Sin embargo, hay quien sostiene que fue un profesional del espionaje a tres bandas. Lo que sí es cierto e innegable es que formó parte de lo que se conoció como “Los cinco de Cambridge”, un grupo de espías británicos que habían sido reclutados por la Unión Soviética y que ejercieron esas funciones durante la Guerra Fría.
A nivel literario y cinematográfico, tampoco hay que olvidarse de uno de los espías que más expectación ha generado y que se ha convertido en una figura clave de nuestro acervo cultural: James Bond, el agente 007 del Servicio de Inteligencia Británico.
Las técnicas más habituales que utilizan los espías son la infiltración y la penetración. La infiltración consiste en incorporarse a las filas del blanco (aquella organización que se pretende espiar) de manera oculta. El espía que se gana la confianza del blanco se conoce como agente encubierto o topo.
La penetración, por su parte, se basa en lograr la colaboración, ya sea conciente o inconsciente, del blanco, para que proporcione información confidencial. En ocasiones, la persona que brinda los datos ha sido persuadida para trabajar en secreto en contra de su propia organización.
Cuando el espionaje se desarrolla a nivel corporativo, está penado por la ley. El espionaje industrial consiste en obtener información confidencial de la competencia para sacar ventaja en el mercado. Así, una compañía puede espiar a su rival para conocer sus investigaciones y, con los datos obtenidos, adelantarse en el lanzamiento de un producto.