Definición de sachet

La palabra sachet no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Se trata de un término francés que se emplea para hacer referencia a una bolsa de tamaño reducido que, cerrada herméticamente, alberga algún producto en su interior.

Una vez que se abre un sachet (es decir, que se rompe su cierre hermético), aquello que contiene debe utilizarse de una vez o a la brevedad. Esta necesidad de usar rápido el producto obedece a las dificultades para volver a cerrar el sachet o, en ciertos casos, a que el producto se puede echar a perder.

Lo habitual es que estos envases contengan productos líquidos, cremosos o en gel. En el caso de los alimentos, la leche, el yogur, la mostaza, el ketchup y la mayonesa (mahonesa) son algunos de los productos que suelen ofrecerse en sachet.

Su uso es muy común en las cadenas de comida rápida, ya que permiten comercializar dichos productos en pequeñas proporciones, ideales para acompañar un plato sin que se desperdicie. En estos casos, las tiendas no suelen cobrar un suplemento por cada sachet, aunque algunas sí lo hacen, para evitar abusos por parte de los consumidores (como ser que pidan muchos más de los que necesitan y luego se los lleven para usarlos en sus casas).

La leche y el yogur, por ejemplo, se comercializan en sachet de un litro. Como muchas veces el contenido del sachet no se agota apenas se abre el envase, existen recipientes conocidos como porta-sachet para guardar el sachet abierto en la heladera (nevera o frigorífico).

Una costumbre bastante generalizada para conservar los sachets una vez abiertos es colocarlos en las jarras que normalmente se utilizan para el agua o el zumo. Se trata de una alternativa más económica, ya que evita la compra de un producto demasiado específico que puede tener un precio más elevado simplemente por esta razón, o bien costar lo mismo pero no servir para otra cosa: si bien hay porta-sachets de aspecto casi idéntico a una jarra tradicional, algunos no tienen mango y otros poseen diversos huecos en su estructura, que vuelven imposible usarlos para contener líquidos.

El jabón líquido, el champú y la crema de enjuague también suelen ofrecerse en sachet. En estos casos, lo habitual es que se trate de sachets muy pequeños que se entregan como muestra gratuita para que un consumidor conozca el producto y, si le agrada, luego compre un envase más grande. El sachet de champú o el sachet de crema de enjuague también pueden resultar útiles en un viaje, ya que son fáciles de trasladar.

En los hoteles, por ejemplo, es normal encontrarse con productos de tocador en sachet, como ser champú y jabón, y en este caso las ventajas del formato son la seguridad de que no se derrochen los productos (así como se menciona anteriormente con respecto a las salsas en las tiendas de comida) y también la higiene, ya que cada cliente recibe un sobre cerrado herméticamente, que él mismo abrirá y desechará una vez que no desee continuar usándolo. No sería acorde a los tiempos que corren exigirles que compartiesen una botella de champú con personas que ni siquiera conocen.

Algunas de sus características físicas son su forma (típicamente rectangular), su textura (que puede ser lisa, especialmente para los alimentos, o rugosa, para productos de higiene personal), su composición a base de láminas y su cerrado hermético. En su interior se suele usar el color negro, para evitar que la luz haga contacto directo con el producto que contiene. Los materiales más usados para su fabricación son el aluminio, el papel y ciertos plásticos.

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