Definición de reforma educativa

El concepto de reforma educativa se encuentra comprendido por dos términos bien diferenciados entre sí. El primero de ellos (reforma) se encuentra vinculado con la acción y efecto de reformar o reformarse. Como verbo su significado es modificar o enmendar algo; se utiliza por ejemplo para referirse a la restitución de una orden religiosa a su disciplina primitiva.

El segundo concepto (Educativo) hace referencia a lo que pertenece o es relativo a la educación; siendo ésta la forma en la que se denomina el proceso de socialización de las personas. A través de la educación, las personas asimilamos y aprendemos conocimientos, desarrollando una concienciación conductual y cultural.

Hecha esta aclaración, prosigamos. La noción de reforma educativa, se utiliza para referirse a la modificación del sistema educativo con el objetivo de mejorarlo. Este tipo de iniciativas tiene múltiples aristas, ya que puede desarrollarse desde diferentes perspectivas y de acuerdo al análisis de la situación que haya realizado quienes impulsan las reformas.

La reforma educativa debería impulsarse a partir de un amplio consenso social, ya que la educación atañe a toda la sociedad y nunca debe depender de una ideología o del gobierno de turno. Cuando la reforma educativa obedece sólo a los intereses de la autoridad del momento, suele tratarse de un emprendimiento político para difundir una visión sesgada de la realidad y para formar a las nuevas generaciones de acuerdo al mensaje dominante.

Más allá del componente político, la reforma educativa puede llevarse a cabo para actualizar los métodos de enseñanza y para adecuar las asignaturas a los tiempos actuales. La inclusión de Internet y de herramientas digitales en la enseñanza es una de las innovaciones presentes en la mayoría de las reformas educativas que se impulsan en la actualidad.

Cuándo se realizar una reforma educativa

Para emprender una reforma educativa debe existir un cierto consenso entre los responsables del área educativa de una nación. En muchos casos estas modificaciones tienen como objetivo disminuir la deserción en las escuelas; para ello se realizan planes acordes a la realidad de cada lugar donde los jóvenes puedan continuar con la educación mientras trabajan, ofreciendo horarios flexibles y exigencias posibles de superar mientras combinan ambas actividades.

Pero no todas las reformas se realizan con buena fe o resultan favorables para la educación. Por ejemplo, en Argentina, una de las últimas que se realizó, la cual derivó en la consolidación el EGB y el Polimodal fue nefasta. La idea era que esta reforma trajera una reorganización que fluyera hacia una mejora en las planificaciones de los estudios primarios y secundarios. No obstante, lo que se pretendía era una utopía.

En este caso, el resultado fue negativo. Quizás se debió a que no se tuvo en cuenta que el mismo sistema no había dado buenos resultados en España y otros países que lo habían adoptado con antelación, y que terminaron por descartarlo. Esto nos lleva a afirmar que para que una reforma sea positiva y acarree buenos resultados es fundamental realizar un profundo estudio sobre la realidad educativa y planificar con detenimiento todos los cambios que van a realizarse, si se han hecho en otro lugar y no ha servido es un poco tonto creer que esta vez será diferente.

Es muy importante también que este tipo de reformas se realicen cuando las herramientas a disposición de la educación han cambiado; cuando ha tenido lugar un cambio tecnológico que pueda servir para potenciar los recursos de los que los docentes disponen para realizar su labor. En este caso, en un mundo donde Internet es una herramienta tan amplia y que ofrece tantas posibilidades para todos los usuarios, es menester que la educación se amplíe y ofrezca contenido y utilidades para que los alumnos puedan aprender más y mejor.

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