Definición de protección colectiva
La idea de protección colectiva se emplea en el ámbito laboral. Para entender a qué se refiere, resulta útil prestar atención a los dos términos que forman la expresión.
La protección es el acto y el resultado de proteger: resguardar, cuidar. Colectivo, en tanto, alude a aquello vinculado a un grupo de personas.
Retomando el concepto de protección colectiva, hace mención a los recursos de seguridad que permiten salvaguardar de forma simultánea a un conjunto de trabajadores que están expuestos a un cierto riesgo. Se trata de técnicas que anteponen el cuidado grupal al particular, pero que deben complementarse con la protección individual.
De acuerdo a los expertos, la protección colectiva resulta más efectiva que la protección individual en términos de prevención, ya que abarca a muchos sujetos y suele ser más segura. Así se protege al conjunto de la población en riesgo, evitando depender de decisiones y factores de cada trabajador.
Tomemos el caso de una instalación industrial donde, por las actividades que se realizan, se generan vapores con un elevado nivel de toxicidad. Una medida de protección colectiva sería colocar un sistema de ventilación que purifique el aire y disponga de un método de extracción de los vapores nocivos. Con este tipo de iniciativa, todos los empleados que cumplan con sus tareas en dicho ambiente estarían protegidos. Además se pueden brindar a los trabajadores soluciones de protección individual, como máscaras y barbijos.
Las redes y las marquesinas anticaídas, las barandas o barandillas y el vallado perimetral son otros elementos que forman parte de la protección colectiva. En estos casos, el amparo siempre alcanza a más de una persona.
En toda oficina o espacio de trabajo debe existir un plan de prevención de riesgos y uno de emergencia, que se deben complementar con los programas de uso y mantenimiento de los equipos de protección colectiva. Esto significa que no basta con instalarlos, sino que el personal debe recibir una capacitación adecuada para saber utilizarlos y que éstos deben estar en buenas condiciones o bien reponerse cuando ya no puedan ofrecer sus prestaciones correctamente.
Entre los incidentes cuyos perjuicios buscan minimizar o anular los equipos de protección colectiva se encuentran los derrames de sustancias tóxicas, las quemaduras, las salpicaduras y los incendios, todo esto sumado a la generación de vapores antes mencionada.
Para escoger los equipos de protección colectiva más adecuados es necesario tener en cuenta ciertos factores determinantes, comenzando por la cantidad de trabajadores que se exponen a cada riesgo en particular. Algunos equipos resultan más efectivos para grupos muy numerosos, mientras que otros funcionan mejor con pocas personas, por lo cual en este caso no siempre «más es mejor».
El segundo punto a considerar antes de adquirir un equipo de protección colectiva es el espacio del que se dispone en la empresa para colocarlo: si hay muchas opciones, entonces los responsables de la seguridad deben priorizar los puntos más cercanos a las actividades que provoquen los riesgos; en caso contrario, se recomienda plantear una redistribución del espacio porque de nada sirve contar con la protección si llegar a ella supone un desplazamiento demasiado extenso.
Entre los elementos más comunes dentro de la protección colectiva se encuentran las duchas de seguridad, que sirven para hacer frente a diferentes incidentes, como ser las quemaduras químicas o el incendio de la indumentaria de trabajo. Una de sus características fundamentales es que su caudal debe ser suficiente para que el individuo se moje completamente de forma casi instantánea. Además, el agua no debe estar fría porque esto podría generar un estado de shock ante una quemadura y debe ser potable. La presencia de un desagüe también es fundamental.