Definición de profano
Para comprender el significado del término profano, resulta muy útil revisar su historia etimológica. El concepto deriva de una noción latina que puede traducirse como “delante del templo”. Lo profano, por lo tanto, es aquello que no está dentro del templo: es decir, que no forma parte de lo sagrado o de lo religioso.
Puede calificarse como profano aquello que resulta irrespetuoso para una religión. Por ejemplo: “En su juventud era un hombre profano: por eso llama la atención verlo convertido en sacerdote”, “Sus libros profanos le valieron la condena de los eclesiásticos”, “Nunca apoyaré un movimiento profano en una ciudad de profunda fe católica como la nuestra”.
Lo profano también es lo mundano o lo material, alejado de la espiritualidad y de las cuestiones elevadas: “Me gustaría ir más seguido a la iglesia, pero tengo problemas profanos que atender”, “Creo en Dios, pero no podría ser cura: soy más útil atendiendo necesidades del mundo profano”.
Se conoce como profanación a la violación de símbolos religiosos o sagrados. Profanar tumbas es uno de los actos profanos más frecuentes, aún cuando resulte algo macabro para la mayoría de las personas: “La policía investiga la profanación de un cementerio judío en el norte de la ciudad”.
En un sentido simbólico, suele decirse que alguien profano es quien no tiene conocimientos sobre un tema o asunto: “Soy profano en estas cuestiones, por eso me asesoré con un abogado”, “No puedo brindarte más detalles porque soy profano en esta disciplina”.
Se denomina música profana a aquella que no trata temas de interés religioso sino que se enfoca en aquellas cuestiones que atraen al pueblo. Desde otra perspectiva, es correcto decir que se trata de lo contrario a la música sacra, la cual sí se creaba para exaltar los símbolos de la religión, como ser fiestas o mensajes de sus principales representantes, o al propio Dios.
Sobre el final del siglo IX, poco tiempo después de que apareciera la música gregoriana, nació la llamada música profana medieval (o del medievo), casi de forma contemporánea con la polifonía (una clase de textura musical que consiste en ejecutar más de una voz melódica al mismo tiempo). Es importante señalar que en esa época la música no sufría de una división regional, como sí había sucedido anteriormente, sino que se clasificaba según diversos aspectos relacionados con su género.
El objetivo principal de la música profana era entretener al pueblo con sus conmovedoras y ocurrentes historias, que abordaban temas tan cotidianos como el amor o tan intensos como la traición. Fue en su seno que surgió la figura del juglar, un artista que viajaba de un pueblo a otro y ofrecía un espectáculo al aire libre a cambio de alimento o dinero, y que también solía ser contratado por la nobleza para divertir a los invitados de banquetes y fiestas reales. Dados los temas que tocaba el juglar en sus presentaciones y el carácter de su actuación, también se lo relaciona con el nacimiento del teatro profano medieval.
La música profana se divide en popular y culta. Con respecto a sus instrumentos, destacaba el uso de las cuerdas, las panderetas y las flautas; era menos común el empleo de gaita y, menos aún, de la voz cantada, ya que lo más normal era recitar rimas sobre la música de fondo. Los ámbitos en los cuales solía interpretarse eran las festividades y la Corte, en cuanto a su exposición pública, pero también en la intimidad del hogar, con acompañamiento de laúd, clavicémbalo o vihuela.
La forma vocal más conocida de la música profana es la ópera, mientras que la instrumental encuentra su representación en la música de cámara y la suite. En el ámbito de la música académica, el término música profana suele usarse para denominar cualquier obra que no sea religiosa.