Definición de pera
La pera es una fruta comestible que procede del Pyrus communis, un árbol que se conoce coloquialmente como peral común. Existen, de todas maneras, muchas clases de peras, que son producidas por otros árboles del género Pyrus.
Por ejemplo: “Me encantan las peras al borgoña que prepara mi abuela”, “Voy a elaborar una ensalada de frutas con manzana, banana, naranja, ananá y pera”, “El jugo de peras es muy saludable”.
De sabor muy apreciado, la pera es un alimento popular ya que aporta pocas calorías y presenta diversas vitaminas (A, B1, C y otras) que ayudan a cuidar la piel, fortificar los músculos y proteger diversos aparatos y sistemas del organismo. Las peras también cuentan con fósforo, potasio, cobra, calcio y otros minerales.
Una de las maneras más usuales de comer pera es a la hora de postre. En este caso, la pera se ingiere cruda, por lo general sin su cáscara. Es posible, por otra parte, utilizar peras para preparar jaleas y compotas.
Con peras, por otra parte, se puede elaborar una bebida con alcohol conocida como perada. Esta sidra de pera, de consumo habitual en Reino Unido y Francia, se desarrolla al fermentar el jugo de la fruta.
Ciertos dispositivos que se emplean para expulsar aire o un líquido también se denominan pera, debido a que comparten la misma forma que la fruta. Al apretar la parte más abultada, el contenido de la pera es arrojado al exterior.
En algunos países, por último, el término pera es sinónimo de mentón: “Santiago se cayó y se raspó la pera”.
Consumir una pera al día puede marcar una gran diferencia en nuestra salud. Veamos algunas de las propiedades beneficiosas de esta fruta:
* reduce el riesgo de cáncer de colon (gracias a su contenido en fibra, la cual tiende a alojarse en el ácido biliar, sustancia que en exceso aumenta el riesgo de cáncer en el intestino), gástrico (debido a la acción de sus fitonutrientes) y de esófago (según reveló un importante estudio científico del cual participó cerca de medio millón de personas);
* mejora la salud intestinal y estimula la digestión. Gracias a la consistencia carnosa y fibrosa de la pera, una porción por día nos puede ayudar a mejorar considerablemente el proceso digestivo y brindarnos casi el 20% de la cantidad ideal de fibra al día, la cual facilita el paso de los alimentos por el tracto intestinal. Asimismo, promueve la secreción de jugos gástricos, regula los movimientos del intestino y reduce las probabilidades de aparición de diarrea y estreñimiento;
* reduce la presión arterial debido a la acción vasodilatadora del potasio, del cual goza en grandes cantidades esta fruta. En consecuencia, la pera también ayuda a reducir la tensión, evitando que se formen coágulos, y aumenta el flujo de sangre en todo el organismo, brindando oxígeno a los órganos y aumentando su efectividad. Cabe mencionar que la presión arterial puede conducir a enfermedades cardiovasculares tales como la arteriosclerosis, a accidentes cerebrovasculares y a ataques cardíacos;
* es ideal para bajar de peso, algo que la vuelve especialmente atractiva en las vísperas del verano. Si bien ciertas frutas contienen muchas calorías, éste no es el caso de la pera, que a penas supera las 100 (el 5% del valor recomendado por día para una alimentación saludable). Uno de los secretos se encuentra en la fibra, que genera rápidamente una sensación de saciedad;
* contribuye con la reparación de tejidos. Por medio de la vitamina C, la pera actúa en la síntesis de nuevo tejido de estructuras celulares y de diversos órganos, manteniendo el metabolismo del cuerpo a punto y garantizando su correcto funcionamiento;
* refuerza el sistema inmunológico, gracias a la acción de la vitamina C y los antioxidantes. Para evitar o tratar la gripe o el resfriado común, entre otros trastornos leves, la pera es un alimento ideal.