Definición de pérdida
El vocablo latino perdita se transformó, en nuestra lengua, en pérdida. El concepto se emplea para nombrar a la falta o ausencia de algo que se tenía. Cuando una persona dispone de una cosa y luego la pierde, podrá decirse que sufrió una pérdida.
Por ejemplo: “La pérdida del empleo fue un duro golpe para mí”, “Después de la pérdida de balón, LeBron James cometió una dura falta contra Kobe Bryant”, “Era una empresa rica pero, tras diez años de pérdidas, terminó en bancarrota”.
Para perder algo, primero hay que tenerlo, ya sea de manera física o simbólica. En otras palabras: no se puede perder aquello que nunca se tuvo. El antónimo de perder, en este sentido, es encontrar; de esta manera, sólo se puede encontrar algo que nunca se haya poseído o que se haya perdido.
Este término también puede actuar como sinónimo de fuga o escape cuando se habla de pérdida de gas. Se trata de un hecho muy riesgoso, ya que puede acarrear un incendio, una explosión o la asfixia de los individuos presentes en el escenario. Cuando se trata de gas natural, por ejemplo, cabe señalar que dicha mezcla es inodora, aunque las compañías distribuidoras suelen agregarle un odorizante conocido como mercaptano para colaborar con la detección de fugas.
Dicha sustancia tiene un olor que se compara con el de un huevo podrido. Otro de los signos a tener en cuenta para saber si está teniendo lugar una pérdida de gas es un sonido similar al del silbido. En la calle, los signos son diferentes, ya que el olor y el sonido no suelen ser perceptibles; en este caso, puede manifestarse a través de plantas muertas o descoloridas sin razón aparente, polvo saliendo despedido por un hueco o burbujas en charcos de agua.
En el ámbito de la economía y las finanzas, las pérdidas suponen un cambio negativo en los fondos o recursos. Es posible advertir las pérdidas en los registros contables: si una compañía tiene más egresos de dinero (por gastos, inversiones, etc.) que ingresos (procedentes de ventas), habrá sufrido pérdidas.
El concepto de pérdida también aparece vinculado a la salud. Diversas enfermedades o trastornos están relacionados con pérdidas de facultades y capacidades. En este sentido, puede decirse que la sordera es la pérdida de la audición o que la ceguera es la pérdida de la visión, por citar dos ejemplos.
Cuando una mujer está embarazada, se denomina pérdidas a las hemorragias de menor o mayor intensidad que sufre. Estas pérdidas de sangre pueden deberse a asuntos poco relevantes, aunque también pueden reflejar un inconveniente importante. Por lo tanto, es imprescindible que el médico esté al tanto de estas pérdidas para que analice el caso.
La pérdida de un ser querido es su fallecimiento, y suele ser un suceso muy difícil de superar para mucha gente. En la mayoría de las culturas occidentales, la muerte es un tema del que no se habla o bien que se considera trágico; no nos preparan para ese día, sino que nos enseñan a prolongar la vida tanto como sea posible. Cuando una persona fallece, si su entorno no acepta la pérdida entra en un ciclo de negación que puede costarle la salud y, en el peor de los casos, la vida.
Enfrentar una pérdida no es sencillo, pero de ello depende que podamos seguir adelante con todas nuestras energías. Esto no significa que la muerte de una persona importante para nosotros no deba causarnos tristeza o que no debamos echarla de menos; por el contrario, se trata de aceptar que la muerte nos tocará a todos y que debemos aprovechar cada segundo de la vida para construir buenos recuerdos que nos acompañen cuando nuestros allegados ya no estén.