Definición de pedicuría
El concepto de pedicuría no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). De todos modos, es habitual que se use como sinónimo de pedicura: el cuidado de los pies.
Pedicura, podemos establecer, que tiene su origen etimológico en el latín. Exactamente se ha formado uniendo el sustantivo “pes, pedis”, que puede traducirse como “pie”, y el verbo “curare”, que es equivalente a “curar” o “cuidar”.
La pedicuría o pedicura, por lo tanto, es el tratamiento de los trastornos que afectan a los pies, como uñeros o callos. La noción también alude a los procedimientos que se llevan a cabo por cuestiones estéticas.
Al experto en pedicuría se lo denomina pedicuro (o pedicura, si se trata de una mujer). Su trabajo consiste en tratar la afecciones cutáneas de los pies y en embellecer esta parte del cuerpo, incluyendo las uñas.
Cortar y limar las uñas de los pies son dos de las acciones más frecuentes de la pedicuría. La pintura de las uñas también es habitual. Por otra parte, en el caso de detectarse la presencia de algún hongo, el especialista puede indicar un tratamiento antimicótico.
Muchas son las personas que recurren a un servicio de pedicuría o pedicura especialmente en verano. Y es que con el calor lucen más sandalias y chanclas, por lo que van a querer que sus pies parezcan realmente radiantes. Así, por ejemplo, van a querer que se les pinten sus uñas y lo habitual es que en esa época del año se opte porque sea en colores tales como el rojo, en cualquiera de sus tonos, así como los nude o incluso el blanco o los que incorporan varios colores a la vez.
Más allá de las uñas, la pedicuría se centra en los callos (las durezas de la piel). En este marco, la sesión puede incluir el uso de piedra pómez y de diversas sustancias exfoliantes e hidratantes para ablandar la piel y revitalizarla.
Sobre el origen de la pedicuría tenemos que establecer que es realmente antiguo. Así, se considera que se remonta a 4.000 años atrás, aproximadamente. En concreto, ya se cree que en Babilonia las personas que pertenecían a las clases nobles contaban con determinados artículos de oro que usaban para lucir una manicura y una pedicura perfectas.
Eso sí, un paso importante en este sector se produjo allá por el año 3.000 a.C. Sí, porque, al parecer, fue entonces cuando en China se le dio forma al esmalte de uñas. Y es más ese, según el color del que fuera, venía a indicar en las personas la clase social a la que pertenecían. En esta línea en el Antiguo Egipto se establecía que quienes tenían las uñas pintadas de rojo eran las de la clase social más alta. Y este sería el caso, por ejemplo, de Cleopatra.
A nivel general, puede afirmarse que una sesión estándar de pedicuría se inicia con la eliminación del esmalte de las uñas, en el caso de que lo hubiera. Luego los pies se colocan en una tina con agua caliente para lavarlos y ablandar los callos. Hecho esto, el pedicuro pasa a cortar y limar las uñas y a limpiar y suavizar la piel de la planta del pie y del talón, eliminando las células muertas. Finalmente, tras la aplicación de un esmalte protector en las uñas, se realiza el coloreado.